
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) declaró este viernes admisible parte de un caso iniciado en 2022 por Kiev, que niega haber cometido un genocidio contra la población rusoparlante del este del territorio ucraniano. Acusación que usó Rusia como alegato para justificar su invasión a Ucrania, aunque el tribunal desestimó partes importantes del caso.
Kiev había pedido a la CIJ que “falle y declare que no hay pruebas creíbles de que Ucrania sea responsable de cometer un genocidio en las regiones de Donetsk y Luhansk en violación de la Convención sobre Genocidio” de 1948. El tribunal consideró que tiene jurisdicción para pronunciarse sobre este punto, en contra del rechazo de Moscú.
Pero, la CIJ no consideró admisibles, bajo la Convención sobre el Genocidio, los puntos que se refieren a la ilegalidad del uso de la fuerza, y del reconocimiento de la independencia de Donetsk y Luhansk, en una decisión que anula parte del argumento de Kiev para demostrar la ilegalidad de la agresión rusa a su territorio bajo este tratado específico.
Pronunciamiento exclusivo sobre las acusaciones de Rusia en su invasión a Ucrania
Al iniciar este caso en 2022, Ucrania acusó a Rusia de violar el derecho internacional al justificar su invasión en la necesidad de detener un presunto genocidio en el este de Ucrania.
La petición de Kiev
En una muestra de solidaridad internacional, un total de 32 países, incluida la mayoría de la Unión Europea, Canadá y Australia, habían defendido la jurisdicción de la CIJ para pronunciarse sobre la totalidad de este caso.
En una fase previa y en respuesta a la petición de Kiev de imponer medidas cautelares, la CIJ exigió en marzo de 2022 a Rusia, en una orden legalmente vinculante, detener las operaciones militares en Ucrania mientras tiene lugar este proceso judicial en La Haya, pero Moscú hizo caso omiso a esta exigencia y la guerra en Ucrania aún continúa. EFE