Las políticas migratorias de Estados Unidos, basadas ahora en una promesa de un presidente que prometió realizar la mayor deportación de toda la historia, ha generado un impacto fulminante en la comunidad de migrantes que vive en EE. UU. cuya permanencia en ese país se ve amenazada por un sistema que le dificulta solicitar asilo y regularizar su situación migratoria con políticas que se han quedado obsoletas.
Para analizar el rol del asilo, las causas de la migración, el impacto de las políticas estadounidenses, y las recomendaciones para una gestión más efectiva y humana del fenómeno migratorio, Luz Mely Reyes, directora de Efecto Cocuyo, conversó con Adam Isacson, director para Veeduría de Defensa en la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Del “garrote y la zanahoria a sólo el garrote”
Según Isacson, el gobierno de Biden adoptó una estrategia mixta, combinando incentivos (la «zanahoria») como los parole humanitarios y el uso de CBP One para agendar citas en la frontera, con medidas restrictivas (el «garrote») como la continuidad del Título 42 para expulsar migrantes y reglas que limitaban el acceso al asilo para quienes no tenían citas previas. «Entonces, Biden escogió algo de garrote y zanahoria para los muchos migrantes que estaban llegando en este ha arreglado el sistema”,
El ejecutivo de Wola describe la política de Trump como exclusivamente punitiva («solo garrote»), con la eliminación de los parole humanitarios, dificultando el acceso al asilo y aumentando las deportaciones. Se destaca el uso de vuelos de deportación, incluso con aviones militares. “En sus dos semanas, ha escogido solo garrote y acabó con las zanahorias. CBP One ya no existe”, explicó.
Un “sistema migratorio roto y raquítico”
Isacson enfatiza que el sistema de inmigración estadounidense está «roto» y tiene una capacidad «raquítica» para recibir, procesar y evaluar solicitudes de asilo. Esto, a pesar de que la mayoría de los migrantes son solicitantes de asilo.
El ejecutivo explica que, en la actualidad, la mayoría de los migrantes son atendidos por unos 700 jueces de inmigración que deben atender más de 3 millones de casos que tardan años en resolverse.
Isacson explica que, aunque muchos migrantes huyen de la inseguridad y la violencia, en su mayoría sus solicitudes no cumplen con los estrictos requisitos de asilo en EE.UU. «Uno no puede huir, no uno no puede conseguir estados de asilo en Estados Unidos solo por ser víctima de la violencia generalizada o sólo por no poder alimentar a sus hijos debido a la situación y el mal gobierno.»
Recomendaciones de WOLA para una gestión migratoria más efectiva
- Aplicar una reforma de las leyes de inmigración de 1990 para reflejar la realidad actual, más cupos de residencia y facilitar la aplicación a la ciudadanía desde el país de origen.
- Fortalecer el programa de refugiados para ofrecer una alternativa segura al peligroso viaje hacia EE.UU.
- Agilizar los procesos de asilo deben ser más rápidos (menos de un año), justos y eficientes, con más jueces y evitar la detención de solicitantes de asilo.
- Cumplir las leyes existentes que dan derecho al asilo y protegen a poblaciones vulnerables.
Isaacson también aboga porque se tomen decisiones justas, más rápidas, más eficientes, con mejor procesamiento. “Hay tantas cosas que tenemos que hacer horas solo para llegar al sentido común y a la legalidad básica, que hablar de reforma es un tema para el futuro en este momento.»
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