Tres meses han transcurrido de las elecciones presidenciales del 28 de julio sin resultados reconocidos por ninguna de las partes, sin la publicación de los números oficiales por parte del Poder Electoral, casi 2.000 presos políticos, entre ellos 68 adolescentes y dirigentes opositores encarcelados, en la clandestinidad y en el exilio.
Politólogos consultados por Efecto Cocuyo ven como escenario más probable la juramentacion de Nicolas Maduro ante la Asamblea Nacional (AN) dominada por el chavismo, con el apoyo de los militares y los organismos de seguridad del Estado.
Sin embargo, señalan que aún no se debe descartar por completo la influencia que pueda ejercer la presión internacional para que cambie dicho escenario, mientras la oposición hace esfuerzos por mantener viva la esperanza de un cambio político y la organización ciudadana, pese a la “normalidad a la medida” que ha “logrado” imponer el gobierno a punta de represión.
“La situación política del país se presenta como una aparente estabilidad, sostenida en gran parte por la respuesta coordinada de los poderes públicos para enfrentar los resultados electorales. Sin embargo, el gobierno intenta imponer una narrativa oficial que difiere sustancialmente de la percepción colectiva mayoritaria, buscando que la sociedad pase la página y olvide lo ocurrido. Este esfuerzo se orienta a instaurar un ambiente de temor y resignación en la población, respaldado por la promesa de cumplir las transformaciones planteadas en el programa de gobierno y la propaganda electoral de Maduro”, señaló, el politólogo Guillermo Tell Aveledo.
Balance negativo
“Los eventos del 28 de julio implicaron una gran movilización ciudadana, la gente salió a votar a pesar de todas las dificultades que puso el gobierno. Los testigos se mantuvieron en las mesas, defendiendo el voto, la oposición se organizó e hizo el trabajo y luego el 29 de julio, la gente que salió a protestar por el desconocimiento de la voluntad popular era de los sectores populares”, resaltó el politólogo, Luis Remiro en retrospectiva.
A su juicio, es el espíritu que la gente y la dirigencia opositora, bajo el liderazgo de Maria Corina Machado debe esforzarse por mantener vivo, mientras se intenta lograr una negociación que de paso al restablecimiento de la democracia.
“El gobierno decidió autoritaria proclamarse ganador de las elecciones e incurrir en fraude electoral, lo que lo ha llevado a una fuerte represión, encarcelando gente para imponerse y provocando desajustes en la oposición que ha tenido que pasar a la clandestinidad, soportar la prisión o exiliarse. Un caso lamentable es el asesinato del dirigente (VP) Edwin Santos, por lo que el futuro de Venezuela no luce alentador. La oposición ha sufrido un golpe fuerte por la persecución violenta ”, advirtió Remiro.
De acuerdo con el Foro Penal, tras los comicios del 28 de julio, los organismos de seguridad han arrestado de manera arbitraria a 1.814 personas, de las cuales 68 son adolescentes y 238 mujeres.
“El chavismo a la fuerza ha logrado imponerse, el gobierno ha logrado a su manera normalizar entre comillas la situación del país, la gente cada vez menos habla de política, se enfocan más en la sobrevivencia diaria, en lo económico. El gobierno sigue mostrándose fuerte, pero aun así no ha podido ocultar las diferencias internas”, señala el politólogo, Miguel Barone.
Presión interna en bajada
Aun sin que exista una orden de captura en su contra, la líder opositora Maria Corina Machado se mantiene en la clandestinidad por su seguridad. Recientemente desmintió a Maduro, quien aseguró que había huido a España. Otros voceros del chavismo como Jorge Rodríguez, afirman que está “escondida” en una embajada, sin revelar el país.
La máxima dirigente de Vente Venezuela mantiene contacto con la comunidad internacional. Recientemente, el 22 de octubre, participó en una sesión del senado colombiano para mostrar las actas recabadas por los testigos electorales de la oposición que prueban el triunfo de Edmundo González sobre Maduro con 67% de la votación. También advirtió que no puede haber paz en el vecino país con un “régimen dictatorial” como vecino.

“La represión ha logrado que la presión interna bajara muchísimo en torno a la necesidad de hacer valer la voluntad popular, puesto que una buena parte de la dirigencia política en Venezuela se terminó yendo al exilio o están en la clandestinidad”, coincide Barone.
Para Aveledo, la reestructuración del Gabinete Ejecutivo con figuras “más ortodoxas del chavismo”, junto con el afianzamiento del apoyo militar, apunta a contener cualquier intento de radicalización opositora, especialmente frente al repliegue de los sectores moderados dentro del oficialismo.
“Por su parte, la oposición atraviesa un momento de seria desarticulación. La limitada capacidad para responder políticamente y socialmente a la imposición de la narrativa oficial, en gran medida por la ola represiva, ha generado divisiones internas. Estas disputas tácticas y estratégicas, sumadas al ajuste de cuentas entre facciones, agravan la fragmentación opositora. Este escenario favorece al statu quo, que percibe que no tendrá que enfrentar una presión organizada significativa” alertó Aveledo.
Notoria ha sido la pugna interna entre la alta dirigencia de Primero Justicia (PJ). Por un lado, Julio Borges y Juan Pablo Guanipa señalan a Henrique Capriles de formar parte del sector que quiere convivir con el gobierno de Maduro. A su vez, el exgobernador de Miranda acusa a Borges de malos manejos de recursos internos y de querer destruir al partido con señalamientos falsos contra otros dirigentes.
¿Aún es posible la negociación?
A tres meses de las elecciones presidenciales, Edmundo González también sigue contactos más allá de España para informar al mundo lo ocurrido en los comicios del 28 de julio y pedir cooperación para que aumente la presión internacional hacia Maduro. Este 28 de octubre, fue recibido por la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien le reiteró el apoyo de su país «a los esfuerzos para facilitar la transición democrática» en Venezuela.
El Parlamento de Panamá también reconoció a Gonzalez Urrutia como presidente electo de Venezuela, este 28 de octubre, al igual que lo hiciera el congreso español hace más de un mes.
Un evento significativo ha sido el endurecimiento de la posición de Brasil con respecto a Venezuela por la no publicación de pruebas sobre el supuesto triunfo de Maduro. La gestión de Lula da Silva bloqueo el ingreso de Venezuela a los Brics, lo que llevó a la administración de Maduro a denunciar un “ataque” por parte del gigante del sur.
Analistas políticos esperan que Colombia se vea obligada a seguir la ruta de Brasil a medida que se acerque el 10 de enero o una vez consumada la juramentación de Maduro. Está por verse, han advertido, que tan aislado podría quedar el país de extenderse el no reconocimiento a la investidura del actual gobernante.
Remiro subraya que el objetivo del gobierno es “pasar la página” de lo ocurrido el 28 de julio con una oposición doblegada y hasta ahora nada indica que pasara algo distinto a la juramentación de Maduro el 10 de enero, aunque no descarta por completo las negociaciones y los efectos de una crisis interna en el chavismo.

Puertas adentro
“No sabemos qué pasa puertas adentro, las pugnas internas en el Psuv son reales y la muestra es que luego de las elecciones renovó al alto mando militar, cambió a varios ministros y encarceló a otro exministro del Petróleo (Pedro Tellechea), por lo que también existe allí incertidumbre por lo que pudiera ser una crisis de legitimidad”, apuntó.
Barone tampoco desecha la posibilidad de negociación, pero coincide en que el escenario más obvio es la toma de posesión de Maduro, al desconocerse cuáles serán los pasos de la oposición para impedirlo.
“La estrategia por parte de María Corina Machado, Edmundo González y la Plataforma Unitaria me parece que de forma quizás coherente, no revelan de cara al 10 de enero, lo que aumenta la preocupación de la gente, sin dejar de abogar porque el fin de esta crisis política que golpea a Venezuela, que va a masificar la migración, aumentar el aislamiento internacional, pueda ser resuelta a través de la negociación, del diálogo, del entendimiento entre las partes y del reconocimiento de la voluntad popular en el marco de unas negociaciones”, apuntó.
Al respecto, Tell Aveledo es menos optimista al respecto. A su juicio, parece poco probable que haya voluntad dentro del oficialismo para emprender un proceso de diálogo genuino.
“El mayor obstáculo radica en la incapacidad de la oposición para convertir su respaldo social en herramientas concretas de presión política. El statu quo no tiene incentivos ni inclinaciones hacia un esquema de poder pluralista”, sostuvo.
Pero sostiene que así como el escenario más probable para el 10 de enero, es que la aspiración social expresada el 28 de julio, a favor de un cambio político no se concrete, el gobierno tampoco obtendrá legitimidad tanto interna como externa que pretende.
“Cuando hay una desconexión entre el ejercicio del poder y la percepción social de su legitimidad y no existen canales institucionales para restablecer ese vínculo, se generan condiciones propicias para situaciones críticas. En ese contexto, una salida negociada, por improbable que parezca hoy, podría llegar a ser el mal menor”, acotó.