No abundan las candidaturas femeninas para las gobernaciones del país, de cara a los cuestionados comicios del 25 de mayo. En las postulaciones para la Asamblea Nacional (AN) el panorama tampoco mejora para el liderazgo de mujeres, lo que evidencia, de acuerdo con dirigentes políticas y activistas por los derechos de las mujeres, que falta mucho por hacer en este campo.
Para la vicepresidenta del Movimiento al Socialismo (MAS), María Verdeal, en general, las mujeres han podido “ser mejor tratadas” en el seno de los factores políticos que participarán en la escogencia de gobernadores, diputados regionales y nacionales.
Nombres para gobernaciones
El Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) postuló solo a cinco mujeres para las gobernaciones, que son 24. Se trata de Johana Sánchez para la Gobernación de Sucre; Yulisbeth García para Bolívar; Loa Tamaronis en Delta Amacuro; Johanna Carrillo para Sucre y Marisel Velásquez para Nueva Esparta.
La tolda que preside Nicolás Maduro avanzó respecto de las elecciones regionales de 2021, cuando inscribió a solo tres militantes del Psuv, de las cuales dos son las únicas gobernadoras en la actualidad: Karina Carpio en Aragua y Lizeta Hernández en Delta Amacuro.
El pacto Un Nuevo Tiempo (UNT) y Unión y Cambio, cuya tarjeta es vinculada a Henrique Capriles, inscribió a seis mujeres para las jefaturas regionales. Es el caso de la exdiputada Nirma Guarulla para la Gobernación de Amazonas; la exdirigente estudiantil Lustay Franco para Falcón; María Carvajal en Monagas; Liliana Guerrero en Mérida; María Elvira Alonso en Sucre y María Teresa Cantor en Táchira, también postulada por la Alianza del Lapiz.
Para las regionales de 2021, cuando la unidad opositora comenzó a recomponerse luego de 2015, las tarjetas de la MUD y UNT inscribieron solo tres candidaturas femeninas que no obtuvieron el triunfo (Mauglimer Baloa en Amazonas, Bernarda Suárez en Delta Amacuro y María Beatriz Martínez en Portuguesa).
Otros factores políticos que participan en los comicios regionales y parlamentarios como la tarjeta de Acción Democrática (AD) judicializada, en poder de Bernabé Gutierrez, postuló candidaturas de mujeres para la Gobernación de Guárico con Alejandra Baron; Anyelith Tamayo para Carabobo y Hecmarys Varela para Monagas.
“Fuerza Vecinal postuló a una mujer para la Gobernación del Táchira (Daniela Castro), mientras que por la alianza UNT- Capriles son cuatro mujeres. Avanzada Progresista postuló a la profesora Iraly Guerrero para la Gobernación de Trujillo y en Miranda el partido UNE también inscribió a una mujer; pero de lo que se conoce es apenas 1% o 2% de candidaturas a las gobernaciones en todo el país y casi 98% de las candidaturas están representadas por hombres”, advirtió la coordinadora general del Movimiento Mujeres en Política de Venezuela, Iris De Franca.
Selección cuantitativa no cualitativa
“Como parte de la reglamentación del CNE para postular en este proceso, hubo una cláusula de paridad de género sin alternabilidad e invitaba a los partidos a que sus postulaciones fueran 50% hombres y 50% mujeres y por excepción 60% hombres y 40% mujeres. Hubo un retroceso para la lucha feminista porque al no tener alternabilidad en muchas listas (a la AN), los primeros 20 puestos son hombres y luego empiezan a intercalar a las mujeres para cumplir con el mínimo requerido que era 40%”, observó De Franca.
Indicó que en las candidaturas por lista nacional al Parlamento en la que se escogerán 50 diputados principales con sus suplentes es una constante. Ejemplificó con las postulaciones de la Alianza Democrática, Fuerza Vecinal y el pacto Un Nuevo Tiempo (UNT) y Unión y Cambio.
“Se puede ver lo mismo en esas tres listas: los primeros puestos son para los hombres y las mujeres entran como una especie de relleno en algunas posiciones, solo para cumplir con la regulación de género que planteó el CNE. Y en algunos casos han rellenado con asistentes, periodistas, personal administrativo y no precisamente con dirigentes políticas. Para nosotras es un retroceso importante porque se está haciendo una selección meramente cuantitativa de candidatas sin ver cualidades ni reconociendo el trabajo de las mujeres”, criticó De Franca.
Para la lista nacional de 50 diputados a la AN, el Psuv y sus aliados inscribieron a 23 mujeres; Cilia Flores e Iris Varela ocupan el segundo y tercer puesto, respectivamente, detrás de Jorge Rodríguez, que ocupa el puesto uno.

UNT y Unión y Cambio no dejaron en puestos salidores al liderazgo femenino para la lista nacional de la AN. Los primeros cinco puestos son para hombres. Encabeza Capriles, seguido del vicepresidente de UNT, Luis Emilio Rondón; Stalin González, el exdiputado Tomás Guanipa y el exgobernador de Lara, Henri Falcón. La primera mujer, Hilda Rubí, apenas aparece en el puesto nueve, seguida de la exdiputada Amelia Belisario en el puesto diez.
“Poner a mujeres solo para llenar cuotas es discriminación, porque en su mayoría, los puestos salidores están ocupados por hombres. Hay pocas mujeres, es verdad, con iniciativa de asumir candidaturas por ello también la dificultad para cumplir con la alternabilidad (una mujer por cada hombre) y si a ellos sumamos el ambiente de persecución política, lo hace más cuesta arriba”, admitió Verdeal.
La tarjeta de AD es parte de la Alianza Democrática con representación en la AN de 2020. En la lista nacional tampoco dio cabida a mujeres en los puestos salidores como principales. Encabeza el propio Gutiérrez, seguido de otros diputados actuales como Timoteo Zambrano, Alfonso Campos, Luis Parra y Luis Augusto Romero.
Para “enfrentar” a Cilia Flores, la Alianza del Lápiz inscribió como segunda en la lista nacional a Maryeling Occhino, actual concejal de Caracas. El primer puesto lo ocupa el presidente de ese partido, Antonio Ecarri.
¿Por qué no se ha avanzado?
“Tenemos una cultura muy arraigada en el país en la que se potencian más las candidaturas masculinas sobre las femeninas”, admitió Verdeal.
Verdeal es candidata nominal por los altos mirandinos a la AN y dijo aceptar el reto porque presentaría su nombre y apellido al electorado como una alternativa, no “escondida” en una lista y en un circuito donde se conoce su trabajo político.
“Es difícil hacer política con la marea en contra, pero hay que continuar en la lucha”, dijo.
Para las presidenciales de 2024 ninguna candidatura femenina fue admitida. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ratificó la inhabilitación política de la líder opositora María Corina Machado, por lo que no pudo presentarse a los comicios, pese a ganar las primarias opositoras de 2023 con 90% de la votación. Designó a una sustituta, la académica Corina Yoris, pero no pasó el filtro del CNE.
“Hay dos razones asociadas a por qué no se ha avanzado más. Primero tiene que ver con nosotras las mujeres, no hemos logrado construir un bloque fuerte para defender los espacios que les corresponden a las mujeres. Termina siempre prelando el compromiso político partidista por encima del compromiso con la agenda de mujeres y con la reivindicación de los derechos de las mujeres, producto del mismo sistema patriarcal en el que vivimos y del sistema político con dominio masculino”, señaló De Franca.
La también miembro de Centrados sostuvo que la participación femenina en la política se reduce mayormente a defender sus espacios en los partidos porque son los más seguros, por encima de un movimiento nacional de reivindicación de los derechos de las mujeres, de la participación política paritaria. Admitió que falta mucho por hacer, pero se sigue trabajando.
“Además debemos seguir luchando para que la paridad de género y la alternabilidad sea ley, una metodología incluida en la Ley Orgánica de Procesos Electorales (lopre) que establezca sanciones para los partidos que no lo cumplan, porque solo así por vía legislativa y reglamentaria se puede hacer obligatoria y se evita la flexibilización por parte del CNE por presión de los partidos como ha sucedido hasta ahora”, agregó.
Advirtió que no es suficiente para que mujeres con perspectiva de género lleguen al poder; pero si se logra un bloque con lideresas que no permita los rellenos, se puede presionar para una selección cualitativa de candidaturas y no solo cuantitativa como actualmente ocurre.