Durante la tarde de este viernes 31 de enero aterrizó en Maiquetía, procedente de Washington y a bordo de un avión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Richard Grenell, enviado para misiones especiales del Gobierno de Donald Trump, quien ya se encuentra en el Palacio de Miraflores para reunirse con Nicolás Maduro.
Según la prensa oficial venezolana, Maduro recibió a Grenell en el Salón Simón Bolívar del palacio presidencial en Caracas.
El gobernante aceptó las solicitudes de conversar en forma respetuosa y soberana, para lo cual ha planteado a su contraparte norteamericana iniciar una “Agenda Cero” con el actual gobierno de Estados Unidos.
Según los medios del Estado la agenda cero de Maduro está centrada en revisar las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela; el gobernante aseguró que lo se proponga dentro del plan de trabajo será mediante consenso y no impuesto por ninguna de las partes.
La Casa Blanca dice que «absolutamente no» reconoce a Maduro
En una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, fue preguntada sobre si la visita a Venezuela de Grenell significaba un reconocimiento como presidente para Maduro, quien juró como presidente para un tercer mandato el pasado 10 de enero tras una cuestionada reelección.
«Absolutamente no», respondió Leavitt.
La portavoz insistió en que el objetivo de la visita de Grenell es lograr que Venezuela, que no tiene relaciones diplomáticas con Estados Unidos, acepte vuelos de deportación de migrantes indocumentados y conseguir la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en el país.
El encuentro entre Grenell y Maduro
La prensa norteamericana habla que en el encuentro se tocará exclusivamente el tema de los vuelos de deportación masiva de connacionales deportados de EE. UU.
La reunión, reportada primero por CNN, inmediatamente generó temores de que la administración Trump, que recientemente suspendió las protecciones ante la deportación para miles de inmigrantes venezolanos, esté tratando de llegar a un acuerdo con Maduro para aceptar a los deportados. Pero también plantea un desafío particular para Marco Rubio, actual secretario de Estado, quien había sido crítico de las negociaciones con Maduro bajo la administración Joe Biden.
«El presidente Trump espera que Nicolás Maduro acepte de regreso a todos los criminales y pandilleros venezolanos que han sido exportados a Estados Unidos, y que lo haga de manera inequívoca y sin condiciones», dijo el enviado especial de Estados Unidos para América Latina, Mauricio Claver-Carone.
Trump ha hecho de la deportación de migrantes una prioridad para su segundo mandato, involucrando a la policía, agencias de inmigración, funcionarios de patrulla fronteriza y al ejército estadounidense en la campaña de deportación.