Depresión y enfermedades cardíacas: ¿por qué las mujeres son más vulnerables?

Las enfermedades cardíacas representan una grave amenaza para la salud mundial, siendo la principal causa de muerte tanto en hombres como en mujeres. En Venezuela, una de cada tres mujeres fallece por estas enfermedades, de allí la importancia de que la investigación, el diagnóstico y el tratamiento sean atendidos con urgencia.

Un factor que agrava esta situación es la alta prevalencia de depresión en mujeres, el doble que en hombres. Recientes estudios han revelado una preocupante conexión entre ambas afecciones: las mujeres con una predisposición genética a la depresión tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar enfermedades cardíacas, un vínculo que no se observa en los hombres.

Esta relación entre depresión y enfermedades cardíacas ha sido respaldada por investigaciones previas, las cuales han demostrado que las personas con depresión tienen mayores probabilidades de sufrir problemas cardíacos. La causa de esta asociación es multifactorial. 

Por un lado, algunos medicamentos psiquiátricos pueden contribuir al aumento de peso y del colesterol, factores de riesgo cardiovascular. Por otro lado, la depresión puede llevar a la adopción de hábitos poco saludables como el tabaquismo, la mala alimentación y el sedentarismo, que a su vez incrementan el riesgo de enfermedades cardíacas.

Conexión

Sin embargo, los mecanismos biológicos subyacentes a esta relación y si estos difieren entre hombres y mujeres, aún no se comprenden completamente. Por ello, se han realizado investigaciones para explorar los factores biológicos compartidos y las posibles diferencias de género en esta compleja interacción entre la depresión y las enfermedades cardíacas.

Un reciente estudio genético a gran escala, realizado con datos de aproximadamente 345.000 personas en el Reino Unido, ha profundizado nuestra comprensión sobre la conexión entre la salud mental y cardiovascular, especialmente en mujeres. Los investigadores aprovecharon la capacidad de los estudios genéticos para identificar regiones del ADN asociadas con diferentes enfermedades.

De esta manera, pudieron calcular el riesgo genético individual de depresión para cada participante. Al analizar estos datos, descubrieron que las mujeres con un mayor riesgo genético de depresión, también tenían un riesgo significativamente más elevado de desarrollar afecciones cardíacas como la enfermedad de la arteria coronaria, la fibrilación auricular y la insuficiencia cardíaca.

Lo más sorprendente fue que este vínculo se mantuvo incluso en mujeres que nunca habían sido diagnosticadas con depresión ni habían tomado medicamentos psiquiátricos. Esto sugiere que la relación entre la depresión y las enfermedades cardíacas en mujeres va más allá de los cambios de comportamiento o los efectos secundarios de los tratamientos y apunta a una conexión biológica más profunda. Además, este riesgo persiste independientemente de si las mujeres han pasado por la menopausia o no, lo que sugiere que se trata de un factor de riesgo más complejo.

Prevención

Actualmente, las herramientas utilizadas para evaluar el riesgo cardiovascular, como la calculadora AusCVDRisk, se basan principalmente en factores conocidos y tienden a subestimar el riesgo en mujeres. Aunque algunas calculadoras, como QRISK3, incluyen el diagnóstico de depresión, asumen que su impacto es igual en ambos sexos, lo cual, según este estudio, no es el caso.

Los hallazgos de esta investigación subrayan la necesidad de desarrollar herramientas de evaluación de manifestación de enfermedades cardiovasculares más precisas para las mujeres. Al incorporar factores como el riesgo genético de depresión, podríamos identificar a aquellas mujeres con mayor probabilidad de desarrollar enfermedades cardíacas y ofrecerles intervenciones preventivas más personalizadas. Esto se relaciona con la importancia de realizar controles cardíacos regulares en mujeres con antecedentes familiares o diagnóstico de depresión.

Este estudio resalta la necesidad de una transformación en la forma en que abordamos la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardíacas en mujeres. Al reconocer la depresión como un factor de riesgo clave y al adaptar las estrategias de atención a las necesidades específicas de las mujeres, podemos salvar vidas. Sin embargo, es fundamental continuar investigando para comprender plenamente los mecanismos biológicos subyacentes y desarrollar intervenciones aún más efectivas.

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Profesor-Investigador Universidad Central de Venezuela • Miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat • Editor de la Revista Catálisis • Presidente (H) de la Sociedad Venezolana de...