Profunda consternación ha causado la muerte del niño cubano Geobel Damir Ortiz Ramírez, de 10 años de edad, en la ciudad de Miami, Estados Unidos.
El deceso ocurrió a las 5 de la madrugada del sábado 5 de abril en el Nicklaus Children’s Hospital de Miami, donde estaba conectado a ventilación mecánica.
En un primer momento Damir fue atendido en Cuba. En la isla le diagnosticaron una leucemia de Burkitt; no obstante, su cuadro de salud empeoraba cada día.
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Su madre hizo gestiones y le aprobaron una visa humanitaria. Ambos viajaron a Estados Unidos el pasado 12 de marzo.
Ya en suelo americano, Eliannis Ramírez, madre del niño, denunció que los médicos en Cuba estaban dejando morir a su hijo. El diagnóstico de leucemia de Burkitt fue descartado en EE. UU.
“Damir se fue tranquilo"
En un video publicado en Facebook, el médico cubado Miguel Ángel Ruano, exiliado en Colombia, reveló que Damir, tuvo un fallo multiorgánico por una septicemia que había desarrollado su cuerpo en respuesta a una bacteria.
«Fue una noche terrible y quiero que todos sepan que Damir se fue tranquilo, que esos últimos momentos no fueron para nada de sufrimiento, fue un sufrimiento muy grande de nosotros, pero Damir salió bastante tranquilo en esos últimos momentos de vida», señaló en un video subido a Facebook.
Ruano es presidente del Gremio Médico Cubano Libre (GMCL) y una de las personas que más trabajó para que el niño Damir Ortiz se tratara en Estados Unidos.
Ese activismo y sus denuncias sobre una crisis sanitaria en Cuba le valieron ataques por parte del régimen cubano.
La negligencia de un sistema
El médico cubano Alexander Jesús Figueredo comparte la postura de su colega Ruano en cuanto al manejo de la salud en Cuba. “A Damir lo mató la negligencia de un sistema".
“Su muerte comenzó mucho antes… en un hospital en Cuba donde se le diagnosticó erróneamente un linfoma de Burkitt. Lo trataron sin confirmar. Le dieron quimioterapia sin estar seguros", aseguró Figueredo, de acuerdo con una publicación de ADN Cuba.
Figueredo afirmó que mientras Damir se debilitaba, su verdadero diagnóstico –neurofibromatosis tipo 1- seguía sin ser atendido. Se trata de un padecimiento genético que provocaba el crecimiento de tumores en el cerebro, la médula espinal y los nervios.
“Cuando finalmente pudo salir del país, ya era tarde. En Estados Unidos descubrieron que Damir, además de estar mal diagnosticado, tenía infecciones bacterianas severas que jamás fueron detectadas en la isla", acotó.
En opinión de Figueredo esta negligencia médica fue letal y le ocasionó una sepsis que derivó en shock séptico.
“Damir murió en un hospital con recursos, pero víctima de un sistema que lo condenó desde el principio", concluyó.
Una enfermedad agresiva
Damir Ortiz estuvo en varios hospitales en Cuba. En el Pediátrico Juan Manuel Márquez recibió su primer tratamiento.
De allí fue trasladado al Instituto de Neurología y Neurocirugía de La Habana y luego al Instituto de Hematología e Inmunología.
Durante el tiempo que estuvo en los tres centros asistenciales hubo denuncias sobre los errores en los diagnósticos y las malas praxis.
El Instituto de Hematología e Inmunología de La Habana lamentó la muerte del niño, el 5 de abril. Este fue el último centro de salud donde estuvo Damir antes de viajar a EE. UU.
“Nuestro colectivo siente profundo dolor y consternación en este momento. En su tránsito por el Instituto, recibió la atención y cuidados de médicos, enfermeras y de todo aquel que guardó relación con su hospitalización aquí", destacó el instituto en un comunicado.
En el escrito se explica que “el diagnóstico y curso agresivo de la enfermedad de Ortiz Ramírez, además de un reto a la ciencia y al conocimiento, con frecuencia suele ser motivo de conexión afectiva con el niño o niña y sus familiares para quienes tratan estas patologías".