El presidente Donald Trump vetó esta semana la entrada a Estados Unidos de habitantes de doce países y limitó los viajes a los de otros siete. El mandatario justificó la medida al alegar que busca proteger a su nación de “terroristas extranjeros” y otras amenazas a la seguridad nacional. Las restricciones incluyen a tres naciones latinoamericanas: Cuba, Haití y Venezuela.
¿De qué manera afectará a los ciudadanos de estos países? ¿Qué implica esas restricciones y en qué caso se aplicarán?, son varias de las dudas que tienen muchos que aspiran de distintas maneras viajar a EE. UU.
Para responder algunas de esas interrogantes, el espacio #ConLaLuz, conducido por Luz Mely Reyes, invitó a María Trina Burgos, abogada experta en migración, quien dio algunas luces para quienes se consideran afectados:
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Todo puede cambiar
Burgos instó a mantener la calma y enfatizó durante la conversación que esas políticas podrían cambiar con el tiempo, especialmente con las próximas elecciones, y compartió su experiencia personal con los procesos de deportación, en especial por su duración y complejidad. También alertó sobre la criminalización injusta de los venezolanos y la importancia de no perder la esperanza.
La experta explicó que la suspensión de ingreso y visas, vigente a partir del próximo 9 de junio, prohíbe totalmente el ingreso de ciudadanos de 12 países y se suspende parcialmente para siete, incluyendo Venezuela y Cuba. La medida afecta las visas B1, B2, F, J y M. ; pero las que fueron emitidas antes de esa fecha siguen válidas, aunque nuevas emisiones están suspendidas.
La abogada explica que el TPS (2021 y 2023) está en proceso de eliminación, aunque se pelea su vigencia en las cortes. «El parole humanitario para venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses fue cancelado, y se propone retirar permisos de trabajo a solicitantes de asilo», dijo.
Burgos sugiere que las elecciones de medio término y presidenciales en EE. UU. podrían revertir estas políticas, instando a los migrantes a no desesperarse.
Ante esto aconseja paciencia al comparar la situación con una tormenta pasajera, y recomienda no abandonar el país voluntariamente, ya que los procesos de deportación pueden extenderse hasta tres años.
María Trina Burgos también dijo que la situación migratoria es como un clima impredecible: «Es como esperar a que pase una tormenta. No te vas a ir en medio del mal tiempo, sino que esperas con paciencia a que las cosas mejoren».
También destacó la confusión generada por la redacción oficial de las nuevas regulaciones y la falta de claridad en su implementación. Aconsejó a quienes tienen visas vigentes intentar viajar, aunque reconoció el riesgo, y recomendó consultar con abogados especializados antes de solicitar asilo, ya que no es una solución universal.
Criticó declaraciones como las del secretario de Estado, Marco Rubio, quien sugirió que todos los venezolanos con TPS califican para asilo, al decir que fueron irresponsables.