Los desacuerdos entre Donald Trump y Gustavo Petro el pasado domingo 26 de enero encendieron las alarmas en otros países de América Latina. Para nadie es un secreto que el recién nombrado presidente de Estados Unidos busca aplicar una política agresiva contra los extranjeros en su país; en esa lista la prioridad la tienen los migrantes venezolanos, pues Trump ha sido enfático al decir que va a sacar a la mayor cantidad de personas que pueda.
Al principio se creía que las políticas antimigratorias serían principalmente dirigidas a las personas que tuvieran antecedentes penales o que cometieran delitos graves en Estados Unidos. Pero después de escuchar a funcionarios del gobierno de Trump, pareciera quedar más claro que el plan es hacer deportaciones masivas, sin importar si la persona ha cometido delitos o no.
Maduro intentó darle la mano a Petro
El caso venezolano es particular, pues no hay relaciones entre Washington y Caracas. Nicolás Maduro y su homólogo norteamericano no tienen vínculos formales que podrían hacer más sencilla la deportación de los migrantes venezolanos. Es por ello que se asoma la posibilidad de que los criollos sean recibidos en un tercer país.
“Venezuela, al igual que otros países, puede ejercer el derecho a no recibir ciudadanos deportados. Esto genera una situación muy particular: algunos podrían ir deportados a México y otros terceros países pueden aceptar a algunos deportados. Pero, en general, mientras no haya un acuerdo sobre deportación entre Venezuela y Estados Unidos, sencillamente no es posible”, explicó el internacionalista venezolano Iván Rojas Álvarez a Efecto Cocuyo.
El impasse entre Trump y Petro, subsanado el propio domingo 26 de enero, generó tensión en los gobiernos cercanos, pero también generó respuestas de apoyo un tanto oportunistas, como la de Nicolás Maduro, quien aseguró tenderle la mano a Gustavo Petro. Sin embargo, en juicio del internacionalista Iván Rojas Álvarez, el mandatario colombiano no es el que salió perdiendo el pasado domingo.
“Muchos están viendo que Trump hizo una muestra de fuerza, pero utilizar las amenazas de esa manera, lo que hace es desgastar la capacidad de maniobra del gobierno de Estados Unidos”, analizó Rojas Álvarez.
Donald Trump y Gustavo Petro se mostraron los dientes, pero no se atacaron
El pasado domingo 26 de enero el continente americano se sacudió por completo desde el mediodía. Corrió el rumor de que Marco Rubio, Secretario de Estado de EE. UU. anunciaría la suspensión de trámites de visas en la embajada norteamericana en Bogotá, esto como respuesta a un cambio de decisión de Gustavo Petro en la recepción de dos vuelos con migrantes colombianos deportados desde el norte del continente.
Estados Unidos redobló la medida con el anuncio de aumento de aranceles a los productos que Colombia exporta hacia el norte y Colombia respondió con una decisión similar. Sin embargo, con el paso de las horas, ambos retrocedieron en sus hostilidades.
No obstante, este evento generó un precedente de cómo será el gobierno de Donald Trump hacia el resto del continente, especialmente hacia países que él puede menospreciar de cierta manera. “Colombia es un aliado de Estados Unidos, no es un oponente. Entonces, si se usan amenazas de tan alto calibre, eso desgasta y cansa la capacidad de respuesta de Estados Unidos”, analizó Iván Rojas Álvarez en conversación con Efecto Cocuyo.
Este tipo de amenazas puede derivar en que los países del continente quieran ser más independientes y que la relación con Estados Unidos no tenga un papel tan importante. No obstante, según Rojas Álvarez, esto no quiere decir que los países voltearán de inmediato a ver a otras potencias como posibles aliadas, como sería el caso de China.
¿Es posible deportar migrantes venezolanos a Venezuela desde EE. UU.?
Durante el último año del gobierno de Joe Biden se dieron vuelos de deportación con migrantes venezolanos. Sin embargo, estos vuelos no iban directo desde Estados Unidos hacia el país del sur, sino que hacían una parada. Podía ser en México o en República Dominicana. Las deportaciones se frenaron abruptamente cuando Delcy Rodríguez, en calidad de vicepresidenta de Venezuela, anunciara que no aceptarían más vuelos desde el 13 de febrero de 2024.
En 2025 vuelve a aparecer la posibilidad de las deportaciones, pero la situación entre Estados Unidos y Venezuela no ha mejorado, de hecho es peor de lo que era en 2024. El anuncio de la suspensión de la extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), hecha este miércoles 29 de enero, es otro paso que da el gobierno de Trump en contra de la migración venezolana en Estados Unidos.
Sin embargo, la suspensión de la extensión del TPS no quiere decir que este sea anulado. Por el contrario, todavía está vigente. Para algunos se vence en abril y para otras vence en el mes de septiembre. Una vez se dé este vencimiento, los venezolanos tendrían seis meses de plazo para abandonar el país o modificar su estatus migratorio.
El internacionalista Rojas Álvarez indicó que, de momento, pareciera que las personas afectadas por el anuncio del TPS no serían deportadas en el futuro inmediato. “Como está la situación, actualmente no hay una manera de que Trump deporte cantidades masivas de venezolanos, a menos que haya una triangulación, un tercer país que, al final del día, sería casi lo mismo que un acuerdo directo entre Estados Unidos y Venezuela”, sentenció.