Un joven venezolano de 24 años de edad fue, literalmente, tragado y luego expulsado por una ballena jorobada, cuando remaba en un bote inflable en las frías aguas del estrecho de Magallanes, frente a la ciudad de Punta Arenas, en el sur de Chile.
El hecho se conoció la noche del miércoles, cuando se viralizó en las redes sociales un video que fue captado por una de las cámaras que portaba Dell Simancas, padre del joven, de nombre Adrián Simancas, quien le acompañaba en la travesía por el sector de Bahía del Águila.
En las imágenes se aprecia como una ballena jorobada atrapa al kayakista junto a su bote y a los pocos segundos se logra ver aparecer desde el fondo de las olas al deportista.
En la secuencia se observa cómo el movimiento del cetáceo genera grandes ventanales de agua, mientras Adrián desaparece repentinamente, dejando a su padre en estado de shock ante la impactante escena.
Pero, terminó expulsado, y, rápidamente, su padre lo auxilió y lo llevó a tierra firme después de 30 minutos.
Simancas no sufrió heridas ni lesiones, lo que le permitió abandonar las aguas sin mayores complicaciones.
Una aventura
Este jueves, Adrián Simancas, relató su experiencia en diversos canales de televisión local chilenos.
«Sentí como un golpe por atrás, entre algo que me levantaba y me succionaba al mismo tiempo, como la sensación de cuando te golpea una ola, pero era demasiado fuerte», contó.
«Cuando volteo, alcanzo a ver algo entre azul oscuro, blanco, me roza un poco la cara una textura babosa y se cierra alrededor de mí», narró a la televisión. También asumió que «no sabía qué pasaba». «Mientras estaba como hundiéndome, sin ver nada, yo pensé que había muerto y que ya no tenía nada que hacer», deslizó.
Adrián señaló que gracias a los conocimientos y experiencia de su padre en situaciones de riesgo pudo salir ileso. «Fue una situación bastante extrema, en el momento para mí. Yo pensaba que podía empezar a saltar, a hacer los juegos que hacen estas ballenas», completó.
El incidente ocurrió en las aguas cercanas al Faro San Isidro, en la Bahía El Águila, en aguas del Pacífico sur, mientras Adrián, un analista, programador y músico venezolano de 24 años, realizaba una travesía en packraft -una embarcación inflable diseñada para la exploración de aguas australes- junto a su padre, Dell, un anestesista de 49 años residente en Chile.
Según National Geographic, la garganta de estas ballenas es demasiado estrecha como para que realmente puedan tragarse a un humano. Sin embargo, no es raro que, al abrir su enorme boca para alimentarse de peces u otros organismos marinos, una persona pueda ser arrastrada accidentalmente a sus fauces, en ese caso, suele ser escupido de vuelta al mar, ya que el mamífero no puede ingerirlo.