306 y no más

306 artículos en 306 semanas. . Creo que fueron más pero ese es el número en la numeración de correos.  Podría convertir esas semanas en meses o años pero prefiero dejarlo así.  306 es más contundente. Ese fue mi aporte a los lectores y lectoras de Efecto Cocuyo, en esta temporada que por razones de reestructuración, se ha decidido hacer una pausa a la publicación de artículos de opinión. Entonces, este es el último. Lamentablemente. 

Pausa obligada

Desconozco si hay otras razones que obligan a pausar la sección de opinión en  este portal. Quizás, la mencionada reestructuración sea un eufemismo para referir la crisis económica que viene agobiando a los medios digitales en Venezuela. Esto porque los medios de comunicación, tanto físicos como virtuales, en este país, al contrario de la tendencia mundial, están en extinción.

El ahogo económico es una forma de ejercer el cerco político. El proceso político que vive Venezuela se ha caracterizado por la polarización y la pérdida de libertades.  Los medios de comunicación han ido desapareciendo del espectro informativo.  Quedamos a merced de las redes, por tanto, enredados.

Con el avance del siglo, Venezuela ha retrocedido en materia de comunicaciones. Muchas emisoras de radio han sido clausuradas, uno de los más importantes canales de televisión fue sacado del aire y los periódicos y revistas fueron desapareciendo de los kioscos. En su lugar hay  chucherías como forma de endulzar la vida que se ha hecho más amarga cada día.

Periodistas, grupos políticos y algunas empresas de comunicación pensaron que la salvación informativa en Venezuela estaría en los medios digitales y emprendieron varios proyectos, que así como surgieron, han ido desapareciendo o reduciendo su acción debido al ahogo económico y el control gubernamental a través del bloqueo de páginas que le eran molestas. 

Los medios de comunicación no se han librado de la polarización/radicalización política en Venezuela. Algunos perdieron la objetividad y mesura necesaria en la labor informativa convirtiéndose en voceros de ciertos grupos de la oposición o del gobierno. La necesaria neutralidad informativa es difícil encontrarla.

Las noticias tendenciosas, seleccionadas para crear una determinada imagen del país predominan, de un lado y del otro. Venezuela es un país desinformado en donde lo opinativo y lo informativo se superponen.  En ese contexto, el artículo de opinión adquiere valor pero cada vez se cercena más.

La importancia de la opinión

Venezuela, el mundo, necesita, hoy más que nunca, de opiniones bien fundamentadas, de firmas autorizadas, que digan y escriban sobre lo que está ocurriendo. 306 artículos han sido mi aporte para cubrir esa necesidad. He escrito sobre diversos temas sociales, más específicamente, sobre sexualidad, cuestiones de género, del ser mujer, ser hombre, ser persona trans, homo, hetero, cis. Me he detenido en la violencia en las calles,  en los hogares, en los campos de batalla. En la cabeza de cada uno de nosotros.

El genocidio en Gaza y la violencia hacia las mujeres han sido uno de los temas que más me han ocupado en el último año , también tuve la intención de aportar mi visión sobre la complicada situación política venezolana pero confirmé que en climas polarizados, disentir es difícil. El caudillismo y autoritarismo que lideran  tanto al gobierno como a sectores de la oposición no lo admiten. A ambos sectores les cuesta aceptar la disidencia, el pensamiento libre, eso que llaman respetar la libertad de expresión. O te alineas conmigo o cállate, se oye. Preocupante, muy preocupante.

En el tintero electrónico

Quedan en el tintero de mi computadora dos artículos: Inmigrantes/indocumentados /delincuentes y…, en el que sostengo que el sentimiento que subyace en el discurso anti inmigrantes que recorre al mundo es una atroz aporofobia, un  profundo rechazo a los más pobres vengan de donde viniesen. El otro tema es Lo que la pandemia nos dejó, una reflexión sobre los profundos cambios que se produjeron en la sociedad mundial como consecuencia de la aparición del covid y el confinamiento que vivimos hace 5 años.  Buscaré la forma de compartirlos.

Antes del adiós

Como los premiados con un Oscar suelen decir en la ceremonia: quiero agradecer a todo el equipo de Efecto Cocuyo por la invitación que me hicieran, hace 6 o 7 años, a para formar parte del equipo de opinión de este portal.

También quiero agradecer a quienes tuvieron a cargo la edición de los artículos, al equipo de redacción,  al de redes, fotografía y al grupo administrativo de Cocuyo que -como dicen en Hollywood- “sin ustedes esto no hubiera sido posible”. Y por supuesto, gracias a los lectores y lectoras que alguna vez me hacían llegar sus comentarios enriqueciendo mi pensamiento

Me despido satisfecho por lo que fue y triste porque no más. Ojalá volvamos.  Abrazo

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: Paquita y su revancha al machismo

Leoncio Barrios, psicólogo y analista social. Escribidor de crónicas, memorias, mini ensayos, historias de sufrimiento e infantiles. Cinéfilo y bailarín aficionado. Reside en Caracas.