Un total de 29 presas políticas detenidas en el contexto postelectoral fueron trasladadas desde una cárcel en el estado Anzoátegui hasta la ciudad de Los Teques en el estado Miranda, denunció el martes, 3 de diciembre, el Comité de Derechos Humanos del partido Vente Venezuela.
“Familiares están desesperados. No sólo es la situación de reclusión sino que además, estas mujeres estarán a cientos de kilómetros de distancia. El régimen de Nicolás Maduro sigue generando dolor y sufrimiento en las familias venezolanas”, escribió la organización en un tuit.
De manera extraoficial se pudo conocer que las presas políticas fueron trasladadas a la prisión de La Crisálida.
🚨 #Urgente • 29 mujeres presas políticas detenidas en Anzoátegui durante el contexto postelectoral, fueron trasladadas la tarde de hoy #3Dic a la ciudad de Los Teques, estado Miranda.
— DDHH Vente Venezuela (@VenteDDHH) December 3, 2024
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Las mujeres en La Crisálida sufren tratos crueles
El Observatorio Venezolano de Prisiones dijo el pasado 15 de agosot, citando de fuentes extraoficiales, que al menos 70 de las mujeres apresadas durante estas protestas padecen de una “deplorable situación” en el Centro de Formación para Procesadas Femeninas “La Crisálida”, ubicado en Los Teques, estado Miranda.
La ONG Foro Penal, en el reporte del 9 de agosto sobre personas detenidas por represión política en Venezuela, informó que hasta esa fecha tenían confirmadas 160 mujeres privadas de libertad.
En el caso de las mujeres que fueron trasladadas a “La Crisálida”, el OVP explica que para ingresar al centro las mujeres son sometidas a requisas de “naturaleza invasiva”. Deben desnudarse y agacharse para que una custodia revise sus partes íntimas.
El OVP denuncia que las detenidas están “hacinadas, sin acceso a los servicios básicos, son víctimas de violencia de género”. También asegura que sufren tortura física y psicológica, además de negación de atención médica adecuada.
“Según la información recopilada, las mujeres estarían siendo recluidas en grupos de 10 personas en cada celda, y solo les dan un tobo o balde de agua para que todas puedan satisfacer sus necesidades básicas y de higiene”, asegura el observatorio, que subraya que las detenidas tampoco reciben una alimentación balanceada.
Durante el día, sostiene el OVP, las reclusas son maltratadas por la directora del centro penitenciario, quien, según la denuncia, les echa agua fría y las llama “terroristas”.