«Margarita es una lágrima; que un querubín derramó…»; decía el maestro Inocente Carreño en una canción dedicada a la principal isla del estado Nueva Esparta, región que hoy más que nunca desborda miles de lágrimas por la crisis eléctrica que ha padecido en los últimos días y semanas.

Esa crisis se agudizó aún más desde el pasado 11 de noviembre, cuando la explosión de una planta de gas en el estado Monagas, combustible vital para mantener el sistema termoeléctrico de la isla, que depende además de un cable submarino que tampoco es muy eficiente para energizar el estado insular.

Margarita, Coche y Cubagua Isla Margarita, como archipiélago, se ubican aproximadamente a 40 kilómetros al norte de la plataforma continental de Venezuela y su energía, como la de otros lugares del país, depende de fuentes termoeléctricas. De ahí que esté padeciendo el impacto de la explosión, aunque también se le atribuye responsabilidad a las lluvias.

Esta crisis eléctrica ha dejado a los habitantes de unas doce localidades entre 12 a 20 horas diarias sin suministro eléctrico, desde hace una semana. Los prolongados apagones que mantiene prácticamente paralizada a la región insular, de unos 400.000 habitantes, se atribuye a la falta de gasoil.

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Situación inhumana

Entre promesas incumplidas por parte de las autoridades nacionales; margariteños, cochenses y cubagüenses manifiestan que han vivido una gran pesadilla, pues a los ya acostumbrados apagones de al menos una vez a la semana, ahora viven y padecen cortes de hasta 20 horas diarias, lo que pone en riesgo su trabajo, alimentos y vida en general.

«Nos ha afectado mucho más la vida fuertemente, tanto física como emocionalmente. No poder descansar en las noches. La comida se daña. Es inhumano. Los supermercados tienen plantas eléctricas, pero aun así, los alimentos refrigerados están en riesgo. Estamos consumiendo alimentos no refrigerados. Aún no hay colas en los supermercados. En las estaciones de gasolina a precio internacional sí hay colas», es el testimonio de Juan Pelayo, taxista de Margarita.

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Sin dormir

«Bueno, es un temazo, porque son 12, 13, 14, horas sin luz; después te la ponen 2, 3 o 4 horas, nada más. La semana pasada pudimos trabajar apenas dos días, esta semana va por el mismo camino. Entonces, la verdad es que es un temazo, no solo que pasas madrugada sin dormir porque el calor es insoportable, sino que además no trabajas. Entonces, no duermes, no produces nada, nada. Todavía no te dicen horas, no te dicen nada, no te dan algo programado, absolutamente nada. Estamos totalmente a ciegas», expresó, por su parte, el propietario de una pizzería en Pampatar.

Asimismo, Ysabel Viloria, periodista de la región, narró que todos estos días han sido para ella y su familia sorpresivos, inciertos y sin ningún tipo de información certera. Asevera que la única información que han podido manejar es la de las autoridades nacionales, que es lo somero que manifiestan en redes sociales.

«Desde el martes estamos teniendo racionamientos, que en mi caso empezaron por 8 horas de corte de electricidad, luego 10 horas de corte y ha llegado a las 12 horas sin servicios. Pero esto no es igual en todos los sectores, hay lugares que han llegado a 24 horas sin electricidad», dijo.

Añadió que no han sido notificados de algún cronograma por sectores de los tiempos de cortes y que la cotidianidad es ya un caos.

«Cambiaron por completo las rutinas, la alimentación, los cuidados de los enfermos
Al día de hoy no sabemos cuándo llega ni cuándo se va la luz. Es bastante errático todo. Tareas básicas como lavar, cocinar, trabajar se han convertido en una adivinanza; la actividad comercial totalmente en crisis, las cadenas de frío de alimentos y medicinas interrumpidas, electrodomésticos y demás artefactos dañados. Todo ha ido colapsando de forma progresiva», agregó.