Una venezolana con V Maýuscula es Sonia Sgambatti, quien falleció este 21 de junio, tras una brillante trayectoria desde la que empujó la construcción de una sociedad moderna sobre una base jurídica sólida y, además, respetuosa de los derechos de las mujeres y las familias.
Revisar la hoja de vida de esta barquisimetana (1941-2025) es reconocer a una mujer adelantada a sus tiempos, que hizo del conocimiento de las leyes un templo para defender los derechos civiles y con especial énfasis los de las mujeres.
Brillante abogada, senadora, magistrada de la Corte Suprema de Justicia, viceministra y ministra ((e) de Justicia, integrante de organizaciones internacionales, como la OEA y la ONU, y comisiones presidenciales, también partidistas (Acción Democrática), se puede leer en la prolífica trayectoria de esta mujer de mirada global que desde joven se trasladó a Caracas con la firme idea de estudiar Derecho y lo hizo en la Universidad Central de Venezuela, de donde egresó en 1963 y desde entonces no cesó en promover y defender los derechos humanos.
Su abuelo llegó de Italia a una Venezuela casi colonial. Se instaló en la ciudad crepuscular, se enamoró de una barquisimetana y adoptó como suyo este país. De allí viene Sonia Sgambatti, como nos contó en una entrevista con Luz Mely Reyes en el seriado Miradas venezolanas, en 2022.
Para esta precursora en la defensa de los derechos de las mujeres venezolanas nunca hubo una meta que no creyera posible alcanzar, para lo cual ponía todo su empeño. Así se expresó este sábado en las redes sociales con los mensajes de reconocimiento.
Pero más allá del peso académico y la lucha por la justicia y la igualdad, Sgambatti también era una apasionada de la música. Además de varias canciones, compuso nueve himnos a instituciones relacionadas con la abogacía. Igual publicó varios libros, incluso de poesía.
A Sonia Sgambatti solo resta despedirla desde el agradecimiento por todos los aportes que dio a este país.