Se recomendaron herramientas para verificar desinformación
El taller fue impartido por Luz Mely Reyes, Jeanfreddy Gutiérrez y Reynaldo Mozo

En un mundo donde las elecciones se juegan tanto en las urnas como en las pantallas, la desinformación se ha colado como un enemigo silencioso pero feroz, capaz de torcer percepciones y confundir a quienes deciden el rumbo de un país. 

Tras estos desafíos que representan las narrativas desinformativas, la Escuela Cocuyo, el programa de formación de Efecto Cocuyo, lanzó este 10 de abril el taller virtual sobre “Cómo cubrir elecciones en tiempos de desinformación». 

La actividad, que tuvo una duración de dos horas, reunió a periodistas y estudiantes de periodismo para debatir cómo informar cuando la verdad compite con rumores, encuestas falsas y narrativas tramposas. 

Dasnisbel Gómez, directora de estrategia de Efecto Cocuyo, fue la encargada de presentar y moderar el panel, que estuvo compuesto por Luz Mely Reyes, directora general del medio; Jeanfreddy Gutiérrez, coordinador de Cocuyo Chequea, y Reynaldo Mozo, periodista de la misma unidad. Juntos trazaron un mapa para navegar el caos electoral con herramientas, estrategias y un ojo crítico. 

Claves para cubrir elecciones en un contexto autoritario

Durante su presentación, Luz Mely Reyes señaló que en Venezuela, donde se esperan elecciones regionales, parlamentarias y municipales en 2025, el periodismo opera en un entorno autoritario y restringido que  limita el espacio cívico, según el seguimiento realizado por ONG de derechos humanos. Destacó cómo las normativas y la represión poselectoral tras el 28 de julio de 2024 complican aún más las condiciones para informar. 

Reyes explicó que una cobertura electoral no se limita al día de la votación, sino que abarca un ciclo completo que incluye el registro de candidatos, la información a los electores, las negociaciones entre partidos, la publicación de normas por la autoridad electoral, las campañas, el día de la elección y el análisis postelectoral. 

Resaltó la relevancia de lo que ocurre después de los comicios, un aspecto clave que los periodistas deben cubrir, especialmente en contextos como el venezolano.

Reyes enfatizó que, a pesar de las restricciones, es posible hacer periodismo electoral si se diseñan estrategias adecuadas. Propuso un enfoque centrado en las comunidades, más allá de los partidos políticos, para reflejar sus necesidades y perspectivas. 

Cuando estamos en un proceso de elecciones, mientras más información tenga la gente, puede tomar una mejor decisión”.

El papel de los medios

También abordó el papel de los medios en la democracia, un tema que calificó como evidente pero fundamental, tras explicar cómo las narrativas difieren entre medios tradicionales y digitales, lo que puede generar sesgos. 

Advirtió que el sesgo mediático no implica necesariamente invisibilizar candidaturas, sino que los medios pueden reflejar preferencias sin perder su función informativa.

Sobre la desinformación, Reyes recordó que este fenómeno no es nuevo en campañas electorales, citando las «guerras de encuestas» de 1998 en Venezuela, cuando medios publicaban sondeos manipulados por comandos políticos. Recomendó analizar encuestas con cuidado, verificando fichas técnicas y márgenes de error (generalmente entre 3% y 4%), y evitar coberturas tipo «carrera de caballos» que prioricen la intención de voto sin contexto. 

“Muchas veces las encuestas a las que tenemos acceso tienen algún tipo de interés de los clientes”, dijo. 

Ofreció también recomendaciones prácticas como por ejemplo poner el foco en las personas, verificar encuestas con analistas, trabajar con fuentes confiables, diseñar productos informativos adaptados a las audiencias, planificar la cobertura del día de la elección con antelación y aprovechar estos eventos para investigaciones profundas. 

Las tendencias desinformantes en procesos electorales

Jeanfreddy Gutiérrez, coordinador de Cocuyo Chequea, centró su intervención en las tendencias desinformantes que afectan las elecciones, dividiéndolas en cuatro fases: precampaña, campaña, día de la elección y posresultados. 

En la precampaña identificó estrategias como la siembra de miedo y duda sobre candidatos, para contextualizar mejor esta idea, citó casos como los rumores de que Corina Yoris era uruguaya o que Rafael Lacava era italiano, buscando descalificarlos como no elegibles. También mencionó el uso de encuestas interesadas para adelantar resultados falsos, un recurso recurrente para manipular percepciones antes de que comience oficialmente la campaña.

Durante la campaña, Gutiérrez describió tácticas como la «guerra de fotos» para exagerar concentraciones, el reciclaje de desinformaciones antiguas (llamadas «ataques de zombis») y narrativas que vinculan candidatos a extremos ideológicos, como nazis o marxistas, alimentando la hiperpolarización. 

Qué busca la desinformación en elecciones

Aseguró que quienes desinforman aprovechan las emociones y los algoritmos de redes sociales, que priorizan contenido viejo pero viral. Además, destacó que la desinformación no siempre es local. “En Venezuela se detectaron campañas pagadas en Facebook y Google desde República Dominicana, gestionadas por agentes de marketing extranjeros”, dijo. 

Durante la elección, Gutiérrez alertó sobre las «exit polls» ilegales en Venezuela, usadas para generar confusión, y narrativas que atacan al árbitro electoral acusándolo de fraude. 

Ya en la fase postelectoral, se centró en las irregularidades con productos desinformativos que buscan deslegitimar resultados y destacó que en Venezuela es muy frecuente la distribución de desinformación desde canales oficiales y funcionarios del gobierno, algo poco común en otros países. 

También mencionó el caso de encuestadoras ficticias, algunas surgidas de cuentas de memes o sin fichas técnicas, que se presentaban como «internacionales» para ganar credibilidad.

Gutiérrez subrayó que el objetivo principal de los desinformadores es confundir a los electores, y que estas tendencias se repiten en distintos países, aunque con matices locales. 

 Herramientas prácticas para combatir la desinformación

Reynaldo Mozo, periodista de Cocuyo Chequea, cerró el taller compartiendo herramientas y técnicas para verificar contenido en contextos electorales. Indicó que la observación minuciosa es el primer paso: analizar detalles en fotos, textos o cadenas de WhatsApp puede ser suficiente para desmentir desinformación sin necesidad de tecnología. Por ejemplo, señaló que muchos contenidos compartidos en momentos electorales son fácilmente refutables al leer cómo están estructurados o al notar incongruencias evidentes.

Entre las herramientas digitales, Mozo presentó la búsqueda inversa de imágenes, que permite rastrear el origen de una foto y obtener coordenadas aproximadas de su procedencia, útil para identificar si una imagen es real o ha sido manipulada. También habló de Fotoforensics, una herramienta que analiza características de una imagen para detectar posibles alteraciones digitales, aunque aclaró que no ofrece conclusiones definitivas. 

Recomendó el buscador ruso Yandex como alternativa a Google, destacando la potencia de su motor de búsqueda inversa para imágenes, algo que lo hace especialmente útil en verificaciones rápidas.

Mozo también explicó el uso de InVID, una herramienta especializada en verificar videos mediante la generación de fotogramas que facilitan el rastreo de contenido desinformativo. Recomendó SightEngine, que detecta si imágenes, videos o textos fueron generados por inteligencia artificial e incluso identifica la fuente de generación, aunque su versión gratuita es limitada y está reservada para casos puntuales, ya que el acceso completo tiene costo. 

El periodista indicó que estas herramientas son esenciales en elecciones, cuando la desinformación busca confundir a la audiencia con contenido falso o manipulado, y que combinar la observación manual con tecnología es la clave para una verificación efectiva.