El reciente aumento de la brecha cambiaria y el incremento en los precios que esto conlleva complica el ya ajustado presupuesto de los venezolanos. Las compras de una o dos horas se convierten en medio día de caminata por locales para comparar precios y elegir opciones más accesibles. Productos más caros en bolívares es la principal denuncia de los caraqueños, que se niegan a pagar según el dólar paralelo

Edith Caballero salió el miércoles 16 de octubre a las 8:30 a.m. de su casa para comprar comida, llevaba una lista de productos puntuales que le faltaban en su hogar. Dos horas después todavía no tenía ni una bolsa en sus manos. Ya había caminado por varias calles de Quinta Crespo, en el centro de Caracas, con el fin de comparar precios, y terminó haciendo fila en un local dentro del mercado municipal, donde esperaba adquirir charcutería a un precio más bajo. 

El aumento de los precios, debido al incremento de la tasa del dólar en el mercado paralelo, lleva a Caballero de pasar una hora haciendo sus compras, a dedicar casi toda la mañana a caminar de negocio en negocio en la búsqueda de precios más bajos.

En los comercios, la dinámica para el cálculo del precio es compleja y los compradores que no están al tanto de los cambios pierden dinero. Hay quienes cobran los productos a dólar oficial, que este jueves cerró en 39,12 bolívares; también están los que establecen una tasa intermedia, para no alterar demasiado su estructura de costos; y los que cobran la mercancía a dólar paralelo, ubicado este viernes en 47,21 bolívares.

Las ofertas para pagos en divisas son otra modalidad frecuente. “10 dólares si es en divisa o 12 si es en bolívares", dicen algunos vendedores cuando se les consulta por algún precio.


Es un esfuerzo supremo hacer mercado

Profesora universitaria

Esta situación obliga a los compradores a buscar negocios en los que utilicen la tasa oficial y mantengan sus precios en bolívares, para así rendir los bajos salarios que perciben los venezolanos. En el caso de Caballero, pensionada del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), su ingreso mensual es de 130 bolívares, más el bono de Guerra Económica, equivalente a 45 dólares. 

El monto de la pensión solo le alcanza para comprar medio cartón de huevos, que, dependiendo del sitio y del tamaño de cada unidad, puede costar entre 88 y 120 bolívares. Vive con su hija, quien aporta el dinero, y su nieta en edad escolar. Su misión cada vez que sale a comprar es “estirar" los ingresos de su familia para que la comida le pueda alcanzar al menos para dos semanas.

“Comemos menos. Si antes me comía dos sándwiches, ahora me como uno. Si compraba medio kilo ahora compro un cuarto", explicó.


Comemos menos. Si antes me comía dos sándwiches, ahora me como uno

Edith Caballero, compradora en mercado de Quinta Crespo

La situación se repite en miles de hogares venezolanos. “Yo creo que así andamos todos", comenta otra caraqueña que hacía cola en el mismo local y prefirió no revelar su identidad. “Se me va toda la mañana. Ya perdí la cuenta de todos los locales en los que he preguntado precios", contó. Le sorprendió que la semana pasada compró una harina de trigo en 37 bolívares y esta semana el mismo producto costaba 47.

Como un “esfuerzo supremo" describe el hecho de hacer mercado una profesora universitaria, que también prefirió el anonimato. Esta caraqueña es trabajadora social y docente en una universidad pública de la ciudad. “Ahorita compré una carne molida de segunda. Yo no como carne de segunda, pero tuve que hacerlo", lamentó. 

Para esta trabajadora, los gastos personales quedaron en el olvido desde hace tiempo. Si comprar alimentos le resulta complicado, la ropa o los cosméticos son lujos que no se puede permitir. “Soy mujer y ni siquiera un labial, eso está olvidado".

Los comerciantes también se las ingenian

Si bien algunos entrevistados consideran que los comerciantes son responsables de la distorsión en los precios, para este sector la situación tampoco es sencilla. María Suárez vive lo peor de ambos mundos. Por una parte, es trabajadora en un local de víveres en el mercado Guaicaipuro, también en Caracas; por otra, es una venezolana más que debe salir a la calle diariamente para buscar su sustento.

A sus 70 años, todos los días ve cómo los pasillos de este mercado, en el que trabaja desde 2019, permanecen vacíos y antes “no cabía la gente". A las 9:00 a.m. del miércoles 16 solo una persona caminaba por las instalaciones comprando algunos productos. “Esto es así todos los días, casi no hay venta. Solo los clientes fijos", comenta.

Su salario lo recibe en bolívares, desconoce a qué tasa, tampoco quiso precisar el monto. Lo que sí contó a El Pitazo es que cuando sale a hacer compras camina por varios locales cercanos para comparar precios y comprar lo que puede, en muy pequeñas cantidades. Para sus medicinas tampoco le alcanza: “En un medicamento se va el sueldo completo".


Ya perdí la cuenta de todos los locales en los que he preguntado precios

Compradora en mercado de Quinta Crespo

Suárez sufre de várices y 14 pastillas para esta dolencia le cuestan 20 dólares. Vive sola y sus hijos la ayudan en lo que pueden, por lo que a veces se tiene que quedar sin el medicamento.

A pesar de esta situación, Suárez agradece tener un empleo en el cual “se distrae" y gana algo de dinero, pues asegura que a su edad hay pocas opciones.

En el local de al lado, Rosa Lozano también se lamenta. Es dueña de un negocio de víveres y dice que está “casi en la ruina" pues la población no tiene capacidad de compra. Los mercados municipales deben calcular los precios a tasa oficial y aumentar demasiado estos precios también disminuye las ventas, pues las personas optan por condiciones más accesibles.

“Compramos mercancía en Quinta Crespo o a algunos proveedores que vienen, procuramos donde vendan a tasa BCV (Banco Central de Venezuela), aunque algunos dicen que en dólares es más económico", contó. Sobre la recepción de divisas, para luego comprar de la misma forma, asegura que desde hace un mes no recibe “ni un dólar".  


Casi no hay venta. Solo los clientes fijos

Vendedora del mercado Guaicaipuro

Un problema de larga data        

Tras meses de relativa estabilidad cambiaria, la diferencia entre los dólares oficial y paralelo se ha ampliado en las últimas semanas hasta alcanzar casi 10 bolívares, monto que representa en el mercado paralelo aproximadamente 25 % más que el valor oficial.

El problema de la disparidad del tipo de cambio y su efecto en los precios no es reciente, pues expertos han advertido desde hace varios años los riesgos de la política monetaria actual.

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Al respecto, la economista y profesora de la Universidad Central de Venezuela, María Isabel Díaz, recordó que el gobierno de Nicolás Maduro, a través del Banco Central de Venezuela, ha impulsado una política de intervenciones cambiarias con la oferta de divisas al sistema bancario, que este año supera al 2023, y ha alcanzado la cifra de 4.136 millones de dólares, de acuerdo con cifras oficiales.


Estamos casi en la ruina

Comerciante del mercado Guaicaipuro

Sin embargo, la experta advirtió que esta medida no ha generado la reacción esperada por parte de los agentes económicos, cuya demanda de divisas también está condicionada a otros factores, como la cercanía de diciembre y la incertidumbre política.

“Las intervenciones, pese a ser la política de estabilización empleada para promover al mercado de dólares requeridos, sigue siendo una medida coyuntural, frente a las vulnerabilidades del mercado cambiario venezolano", dijo Díaz en conversación a El Pitazo.

El economista y fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas, Ángel Alvarado, recordó que la diferencia entre los dólares oficial y paralelo tiene que ver con la baja disponibilidad de divisas, pues la demanda no logra ser cubierta por la oferta.


Es natural que en estos momentos, la población se mantenga en alerta, con niveles de ansiedad

María Isabel Díaz, economista

Consultado por El Pitazo, Alvarado destacó que la solución pasa por deslizar el tipo de cambio hacia su valor real, pero esta medida debe acompañarse de un plan integral que, en este momento, no existe e incluye mejoras en las cuentas fiscales y bajar el financiamiento monetario del déficit.

Para Díaz, más que sincerar el tipo de cambio es necesario estabilizarlo, con el fin de ajustar las expectativas de los actores económicos. Explicó que esa estabilidad cambiaria pasa por incluir dentro de las políticas y sus instrumentos variables que generalmente se dejan por fuera, que tienen que ver con comportamientos.

“Es natural que, en estos momentos, la población se mantenga en alerta, con niveles de ansiedad, pues no hay certeza sobre el plan de país que tendremos en los próximos años. Así mismo, es complejo realizar un análisis que permita definir posiciones, siendo empresario o consumidor", agregó.


Para el trabajador público, por ejemplo, se presentan unas condiciones desafiantes

María Isabel Díaz, economista

Voluntad política y un nuevo gobierno son dos puntos que con voz más baja mencionan los caraqueños consultados por El Pitazo. El miedo al hablar de política se mantiene entre la población venezolana y todos coinciden en que serán unas Navidades difíciles para la mayoría.

En la encuesta de Perspectivas Económicas del Observatorio Venezolano de Finanzas correspondiente a octubre, los especialistas proyectan al cierre de 2024 un tipo de cambio por el orden de los 49,1 bolívares, un incremento en la estimación de 4,1 bolívares por dólar. Asimismo, estiman que la inflación cierre en 42,5 % interanual.

Para la economista Díaz, la principal preocupación de la población es la cobertura del consumo propio de las fechas decembrinas. La experta también considera que los primeros días de enero del 2025 serán determinantes para los próximos meses. Mientras, los venezolanos como Edith Caballero se mantienen a la expectativa, recorriendo negocios y sacando cuentas para estirar su presupuesto con precios que les permitan sortear el aumento del dólar.

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