El gobierno de Nicolás Maduro expresó este 15 de octubre su «respeto absoluto» al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pocos días después de que el fiscal general venezolano, Tarek William Saab, lo calificó de «vocero» de la izquierda latinoamericana «captado» por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
El Gobierno venezolano se desvincula del señalamiento del funcionario y asegura que es una opinión «de carácter personalísimo». El Ministerio de Exteriores «expresa a la opinión pública nacional e internacional, especialmente al pueblo y Gobierno de (…) Brasil, que las recientes declaraciones emitidas por el fiscal general de la República sobre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva corresponden a opiniones de carácter personalísimo y en ningún momento reflejan la posición del Ejecutivo nacional», reza un comunicado.
En una entrevista en el programa Análisis Situacional que conduce Óscar Schemel, difundida el domingo en el canal Globovisión, Saab aseguró que está «comprobado» que el mandatario chileno, Gabriel Boric, y el jefe de Estado brasileño, Lula da Silva, son agentes de la CIA.
Tarek William Saab acusa a Lula y a Boric de ser agentes de la CIA
Además, el funcionario venezolano, quien dijo que había conocido a Lula, expresó que el presidente del gigante suramericano «no es el mismo en su físico ni expresión» en comparación con el que «fundó y arengó a los movimientos obreros de Brasil» en los años 70 y 80.
Este martes, el Gobierno venezolano reafirmó su compromiso con la construcción de vínculos de hermandad y solidaridad con Brasil y expresó su respeto absoluto a la trayectoria de Lula y su liderazgo.
Lula, histórico aliado del chavismo, aún no reconoce la controvertida reelección de Maduro proclamada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en los comicios presidenciales del 28 de julio. Ha instado a la publicación de los resultados desagregados del proceso, algo que no se ha hecho pese a que lo establecía el cronograma oficial de las votaciones.
Asimismo, el líder progresista ha insistido en la posibilidad de una mediación conjunta de Brasil, Colombia y México para propiciar un diálogo entre su homólogo venezolano y la oposición mayoritaria, que denuncia fraude y reivindica la victoria de su abanderado, Edmundo González Urrutia, ahora exiliado en España.