Caracas, Venezuela – En medio de un clima de incertidumbre política y económica, Venezuela enfrenta un nuevo punto de inflexión con la convocatoria a elecciones regionales para mayo y la posible reforma constitucional impulsada por Nicolás Maduro. Mientras tanto, la reciente decisión de la administración de Donald Trump de suspender las licencias petroleras para empresas como Chevron agrega un nuevo elemento de tensión en el panorama político y económico del país.
Para el experto electoral y analista político Eugenio Martínez la convocatoria a la elección, la reforma constitucional y la suspensión de la licencia de Chevron, ocurre en un escenario en el cual se observa que la coalición gobernante, después de desconocer los resultados del 28 de julio, decidió pasar de una autocracia electoral a una autocracia cerrada, en la cual no importa la legitimidad electoral.
“Pasamos de una autocracia electoral a una autocracia cerrada y esto es importante entenderlo así, por lo menos desde mi perspectiva, porque a una autocracia electoral le interesa la legitimidad electoral. Y la legitimidad que esa elección le da ante a la comunidad internacional. A una autocracia cerrada eso no le interesa", apunta Martínez en una entrevista con El Pitazo que puede ver completa en el canal Youtube del medio.
Participar o no en la elección
La oposición venezolana se encuentra dividida entre quienes consideran que participar en las elecciones es una estrategia clave para mantener espacios y quienes argumentan que sin garantías electorales reales, la abstención es la única opción válida.
Sin embargo, como lo advierte el analista político y experto electoral, este debate, que considera absurdo, es una repetición de discusiones pasadas y no aborda el verdadero problema de fondo: la transformación de Venezuela en una autocracia cerrada.
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«El problema es que los argumentos para participar o no en las elecciones no han cambiado, pero sí la naturaleza del Gobierno de Venezuela. Ahora es una autocracia cerrada, lo que hace que cualquier estrategia electoral tenga un impacto aún más limitado», señala Martínez.
Resalta que los dos bandos de la oposición no aclaran qué se gana dentro de una autocracia cerrada dejando de participar o participando en esas elecciones, mientras se deja por fuera el tema de la reforma constitucional
La reforma constitucional que el oficialismo busca aprobar en los próximos meses podría consolidar aún más el control del poder por parte del chavismo. Según Martínez, la reforma incluiría cambios en la estructura política y territorial del país, lo que abriría la puerta a un sistema electoral indirecto en el que la elección del Presidente ya no se haría por voto directo, sino a través de instancias comunales controladas por el oficialismo.
Por otro lado, la decisión de EE. UU. de revertir las licencias petroleras pone en riesgo ingresos de aproximadamente 700 millones de dólares mensuales para el gobierno de Maduro. Aunque esta medida busca presionar al régimen para que retome compromisos democráticos, también tendrá un impacto masivo en la economía venezolana y en la calidad de vida de los ciudadanos.
«La pregunta clave es si la precarización del país afectará solo a la población o si logrará generar fracturas en las élites que sostienen a Maduro en el poder», advierte Martínez.
En este complejo escenario, la oposición sigue sin una estrategia unificada. Mientras algunos líderes, como Manuel Rosales y Henrique Capriles, defienden la participación electoral como un mecanismo de resistencia, otros sectores, dirigidos por María Corina Machado, apuestan por una estrategia de máxima presión internacional, confiando en que el aislamiento del régimen pueda debilitar su estructura de poder.
El Pitazo realizó esta nota con la asistencia de la inteligencia artificial