Caracas.- El traslado de migrantes venezolanos al centro de detención de Guantánamo causó alerta en los familiares de los deportados. Uno de los últimos casos fue el de Joan Bastidas, cuya madre, quien no se identificó, afirmó en un video difundido el 12 de febrero que su hijo no es miembro de ningún grupo delictivo.
«Lo que quiero es que me ayuden, mi hijo es un hombre trabajador», declaró la madre en una grabación replicada en redes sociales por el periodista Sergio Novelli. Según ella, su hijo la había llamado el 19 de diciembre de 2024 para decirle que había aprobado el proceso para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Casi dos meses después vio a su hijo siendo trasladado en un avión hacia Cuba y denominado como un «criminal».
La venezolana, oriunda del estado Zulia, explicó que Bastidas estaba en un refugio de El Paso, en Texas, desde el 17 de octubre del año pasado. Cuando ella le preguntó por qué estaba allí, él le respondió que «por los tatuajes». Las autoridades estadounidenses consideran algunos tatuajes como marcas vinculadas a la banda criminal el Tren de Aragua. Aún no se ha confirmado que sus miembros se identifiquen de esta forma.
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La deportación continúa
La madre de Bastidas recordó que, cuando su hijo tenía 17 años, se fueron para Colombia y, para ganar dinero, comenzó a lavar carros. «Mientras fue creciendo le empezó a gustar la construcción, nunca se vio involucrado en ninguna cosa mala«, recalcó mientras lloraba.
Al final del video, la venezolana aseguró que a su hijo «se lo llevaron como a los peores». Además, tras reafirmar que Bastidas no es ningún delincuente, comentó que «lo único malo» que hizo fue tatuarse.
El Gobierno de Donald Trump continúa aplicando una política de deportación masiva y los migrantes venezolanos han sido afectados. El 29 de enero suspendió el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), algo que dejó a las personas amparadas por esta medida en una situación de incertidumbre.
Doce días después de la revocatoria ejecutada por Trump, dos aviones de la aerolínea venezolana Conviasa arribaron a Venezuela con 190 migrantes venezolanos. Los deportados fueron recibidos por el ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, como parte de un acuerdo entre Estados Unidos y el oficialismo venezolano.