Táchira.- Un resolución del Ministerio de Cultura prohibió la movilización de la imagen del Santo Cristo de La Grita hasta el seminario Santo Tomás de Aquino y luego a la basílica de Táriba. La normativa surgió luego de que miembros de la Cofradía del Santo Cristo y ciudadanos de La Grita se opusieran a la movilización, bajo el argumento del posible daño de la imagen y de que no sea retornado.
Esta situación generó distintas reacciones, no solo en La Grita, municipio Jáuregui, sino en todo es estado. La imagen del Cristo peregrinaría hasta el seminario con ocasión de su cumpleaños número 100, y a Táriba, donde estaría con la patrona del Táchira, la Virgen de La Consolación.
Martha Duque es residente de La Grita y se opuso a la movilización del patrono del Táchira por miedo al daño que pudiese sufrir la imagen. “El Cristo tiene más de 400 años. Es de La Grita, no tiene porqué salir de aquí. Su valor es incalculable porque fue tallado por los ángeles, es decir, sí se llega a partir no hay cómo repararlo", precisó.
Ella fue una de las personas del pueblo que se opuso a la salida de la imagen; sin embargo, no participó en las acciones llevadas a cabo por otro grupo de ciudadanos, que incluyó irrumpir en la iglesia, gritar en contra de los sacerdotes y el obispo e incluso manotear frente al Santísimo. Para Duque esta actitud no fue la correcta pero la consideró una forma de protesta.
Aseguró el que Ministerio debía intervenir pues la imagen es patrimonio del estado y se encontraría en una situación de riesgo.
A través de las redes sociales de la Diócesis de San Cristóbal también hubo quienes acusaron a la iglesia de dividir a los feligreses por la discusión de sí podía o no moverse el Cristo. “Porque un recién llegado viene tomar decisiones que no le corresponde, el hecho de ser obispo del Táchira no quiere decir que va hacer lo que le dé la gana", escribió la usuaria de Instagram, Alba Serrano.
Feligreses tristes en Táchira
Quienes están en otros municipios del Táchira quedaron con la ilusión de ver al Santo Cristo, ante la imposibilidad de ir a La Grita por razones de salud o económicas.
Alfredo Osorio planeó conocer al Cristo en Táriba, porque a sus 72 años nunca ha podido viajar a verlo en La Grita, debido a la distancia de más de 80 kilómetros y a que no tiene la posibilidad de ir hasta allá. Considera que la iglesia es quien tiene potestad sobre el Cristo y es la principal cuidadora de la imagen.
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“Nadie más que la iglesia lo va a cuidar tanto. Saben y entienden la importancia. Yo no apoyo esa actitud de la cofradía que insultó al obispo, sea nuevo o viejo, es el representante de nuestra iglesia, es nuestra autoridad máxima para los creyentes", aseguró.
Dianela Ortiz, residente de Táriba, también fue de las personas que esperaban ver al patrono del Táchira. Sus hijos y nietos migraron hace seis años y no tiene cómo ir a La Grita. Es devota del Cristo y su ilusión era llevarle flores para acrecerle por su salud y a la de su familia.
“Es egoísmo. Es el patrono del Táchira entero, no de La Grita. Saldría por unos días y volvería. Los que no podemos verlo nunca tendríamos una oportunidad maravillosa. El gobierno no tiene nada que hace ahí", precisó.
Ambos coinciden con que el Ministerio de Cultura no debió tener intervención en la situación que solo compete a la iglesia católica.
Por la situación de gritos e irrespeto al Santísimo todos los templos e iglesias de La Grita fueron cerrados como acto de desagravio al Cristo. Será el 2 de febrero cuando a las 10:00 a.m. haya una misa de reparación y vuelva la normalidad con las eucaristías y sacramentos allí.
Además, monseñor Lisandro Rivas, actual obispo de la Diócesis en sustitución de Mario Moronta, informó que la actual cofradía sería sustituida y deberán entregar los bienes a la iglesia, para la formación de un nuevo equipo.