Caracas.- La tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set de Santo Domingo, República Dominicana, dejó un saldo devastador de 218 personas fallecidas, entre ellas 11 ciudadanos venezolanos. Esta catástrofe ha encendido las alarmas en la nación quisqueyana no solo por las condiciones del local, sino también por la posible inacción y negligencia de las autoridades.
Según opinión de expertos, el colapso de la discoteca se produjo debido a fallas estructurales que eran conocidas desde hacía años. Declaraciones revelan que el dueño de Jet Set, Antonio Espaillat, quien también figura como un prominente empresario del entretenimiento, había ignorado advertencias sobre el estado de la infraestructura del local. Además, las inspecciones técnicas exigidas por la ley no se realizaron adecuadamente, lo que señala posibles omisiones por parte de funcionarios responsables de la supervisión.
Responsabilidad del dueño
El dueño de Jet Set tenía la obligación legal de garantizar la seguridad de los asistentes. El incumplimiento de esta responsabilidad es un factor clave en el trágico desenlace. Según declaraciones del ingeniero Álex Ramírez de Marchena, especialista en estructuras, «era evidente que las condiciones del inmueble no eran aptas para recibir público».
Teodoro Tejada, expresidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA), dijo en una entrevista con el medio dominicano El Día que una de las causas de la caída del techo de la discoteca fue el sobrepeso.
«Hay que destacar que la estructura de la discoteca se construyó hace 45 años para albergar la sala de cine El Portal. Esa losa, definida como de doble altura, no fue calculada como entrepiso, sino como techo. Posteriormente fue sometida a sobrecarga», explicó. Agregó que el local fue creado inicialmente para otro fin.
Tragedia en República Dominicana: 11 venezolanos murieron en el desplome de la discoteca Jet Set
Micaías Pérez, hermano del cantante Rubby Pérez, uno de los fallecidos en la tragedia destacó que centenas de familias están de luto porque «aquí (en República Dominicana) no hay instituciones fuertes, aquí no hay quien regule, aquí no hay quien vele». El comentario lo hizo en medio del sepelio del merenguero en referencia a las condiciones del local Jet Set.
Complicidad y omisión de las autoridades
La tragedia también expone la omisión de las autoridades municipales y de protección civil de Santo Domingo. Las fallas estructurales eran detectables; pese a ello, el local seguía operando. Esto genera interrogantes sobre la eficacia de los mecanismos de control y fiscalización. «No se puede entender cómo un establecimiento en esas condiciones mantenía permisos vigentes», señaló el ingeniero Ramírez de Marchena en entrevista difundida en redes sociales.
El general Luis Elías Esmurdoc Rodríguez, presidente de la Unión Nacional de Bomberos (UNABOM), advirtió en declaraciones recogidas en redes sociales que «hubo una falta de supervisión técnica adecuada» y que «los responsables deben rendir cuentas por la tragedia que pudo haberse evitado».
Las familias de las víctimas exigen justicia y una investigación imparcial que sancione tanto a los responsables directos como a los funcionarios que, por acción u omisión, permitieron que esta tragedia sucediera.
La tragedia también enlutó a los venezolanos
La trágica caída del techo de la discoteca Jet Set en República Dominicana cobró la vida de once venezolanos, una dolorosa noticia confirmada por El Pitazo a través de familiares y amigos.
Entre las víctimas se encuentran: Leydimar Parra, Ana Muñoz, Dougliana Villalobos, Pierina Noguera, Fabiana y Fabiola Rodríguez, Bárbara y Olían Querales, Daneska Pérez, José Federico Azpúrua y Esmeiro Fuenmayor.
El Pitazo pudo conocer que los amigos y familiares de los venezolanos fallecidos están realizando los trámites necesarios para obtener visas humanitarias. El objetivo es poder viajar al país caribeño y gestionar la repatriación de los restos de sus seres queridos.
Con información de medios locales y publicaciones de expertos en redes sociales. Este contenido fue desarrollado con herramientas de inteligencia artificial bajo la supervisión editorial de El Pitazo.