En medio del colapso de la capital venezolana – típico de la temporada decembrina -, entre bocinas y una multitud de personas a la espera del cambio de luz del semáforo para cruzar en una avenida, el taxista Jesús Carvajal comentó que, a pesar del gran movimiento en la calle, podía sentir la falta de ánimo en esta Navidad. Sin embargo, hay venezolanos que intentan mantener la magia de la época.
Aunque las personas realizan sus compras habituales de la temporada, Carvajal consideró que es parte de la cultura, a pesar de que muchas tradiciones se quebraron. Sin embargo, no cree que el ánimo sea el mismo que años anteriores. En su caso, compartirá con los familiares que aún le quedan en casa e intentará que sus dos hijos no pierdan la ilusión que trae la Navidad, pero en el fondo siente tristeza.
«Esa explosion cultural y emocional va a ocurrir si todos los familiares que emigraron se regresan. Volveríamos a compartir como lo hacíamos anteriormente y haciendo las hallacas en familia», expresó el conductor al equipo de El Pitazo.
Aumento de precios de ingredientes para hacer hallacas hace que los venezolanos reinventen la cena en Navidad
Un sentimiento similar tiene la joven Yusmarlin Mendoza, quien trabaja en el área administrativa. Para la celebración de los días navideños compró regalos para sus sobrinos y algunos adornos para la casa, pero aseguró que no sentía ambiente navideño y sólo esperaba que los días pasen rápido para regresar de nuevo a su rutina.
«Uno hace el esfuerzo de compartir en estas fechas con las familias y por mantener la tradición, pero antes sentías el olor a diciembre y te provocaba hacer las compras u organizar reuniones. Ahora creo que no es así y tratamos es de decorar la casa o dar el regalo de Niño Jesús es por los más pequeños de la casa», indicó.
El profesor e investigador del Instituto de Psicología de la Universidad Central de Venezuela (UCV), José Eduardo Rondón, indicó que diciembre es una época en la que las emociones están a flor de piel, bien sea por alegría, tristeza, nostalgia o frustración por todo lo que no se pudo concretar en el año que finaliza y eso puede explicar lo que ocurre con el ánimo de los venezolanos en este momento.
«Las personas están muy susceptibles a nivel emocional. Además de eso, tenemos un ambiente que se ha caracterizado por una polarización política que conlleva a que el contexto no sea favorecedor para emociones placenteras en una gran parte de la población», precisó el psicólogo.
De cara al próximo 10 de enero, fecha en la que se juramentará el próximo presidente de Venezuela, hay quienes expresan que sienten ansiedad y estrés al pensar qué pasará, pero también por cómo está transcurriendo diciembre en relación a la situación política y económica del país.
«Yo escucho mucha gente, incluida mi mamá, conocidos, familiares, que dicen que ya quieren que pase todo el asunto de Navidad y fin de año y que llegue enero, para ver qué es lo que va a pasar», comentó el caraqueño Gregorio Abreu.
Mantener la ilusión
La psicóloga y coach, Isbelia Segnini, precisó que existe una relación directa entre lo que la persona siente, piensa y hace. Por lo tanto, cuando hay una situación de ansiedad, expectativa, angustia o falta de certezas, esto afecta directamente el estado emocional y hace que las personas no se conecten tanto con la alegría, los planes y los sueños, sino que estén un poco a la expectativa de qué pasará.
A pesar de esto, aseguró que la Navidad, con fiestas o sin ellas, es un momento mágico y, por ello, dijo que es fundamental conectar con todo lo que la época implica. «La ilusión y los pensamientos no te los quita nadie, a pesar de las circunstancias».
«Cuando una persona decide conectarse con lo maravilloso del encuentro familiar, la cercanía afectiva y con lo que los niños pueden desear con esta época, inmediatamente va a conectar con la emoción de la alegría», puntualizó al equipo de El Pitazo.
Segnini agregó que es necesario tener claro que si hay una vinculación entre lo que alguien piensa, siente y hace, puede determinar su estado emocional, así sea de forma leve.
En ese sentido, dijo que todavía existe la capacidad de vibrar, pero también de soñar y siempre hay herramientas para transformar las situaciones, en especial porque es importante enseñar a los niños que no necesariamente se necesitan mayores recursos económicos para activar la imaginación.
Eso intenta hacer María Valderrama. Es madre de un niño de 4 años y, a pesar de los distintos problemas por los que atravesó durante el año, intenta que su hijo crea y disfrute de la magia de la Navidad.
«Hemos perdido mucho, pero hay que hacer el esfuerzo y mantener tradiciones porque eso es lo que les va a quedar a los niños. No hay que perder la ilusión porque muchos de los que ya no están, fueron los que nos enseñaron a vivirla y ahora nos toca hacer magia nosotros», expresó.
Ser resilientes y ver lo bonito
Isbelia Segnini comentó que las personas acostumbran a culpabilizar la vinculación que tienen los problemas económicos con la Navidad y argumentan que esa es la razón por la cual se sienten mal, pero la realidad es que el desánimo es por situaciones pasadas que generan tristeza.
Detalló que los problemas de salud, económicos, políticos y familiares están presentes en todo momento, pero la diferencia es cómo la persona decide enfrentarse a ellos y manejarlos. «Ahí es donde buscamos la resiliencia y la capacidad de utilizar tus potencialidades para enfrentar las dificultades».
En ese sentido, le recomendó a los venezolanos ver lo bonito de la Navidad para cambiar el estado de ánimo, pues, al transformar la manera de pensar, también se transforman los momentos.
«Si cambias la mentalidad, cambiarás tu forma de sentir y de actuar. Tenemos que poner la imaginación a volar. No perdamos las emociones positivas y está en cada uno encontrarlas», precisó.
Segnini sugirió a los padres que transmitan a sus hijos el mensaje de que hay momentos y juegos que no requieren una inversión económica. Aseguró que es indispensable fortalecer la red social y la conexión, además de no perder la ilusión porque hasta mirar por la ventana puede ser mágico.