Caracas.- La pobreza extrema se redujo en un 14 % al cierre del primer semestre de 2024, pero la mitad de los hogares seguía en pobreza multidimensional y creció la brecha entre la población de mayor y menor ingreso, de acuerdo con la décima edición de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).
El estudio, realizado entre junio y julio de 2024 con una muestra de 2,949 hogares, revela que durante el primer semestre del año pasado mejoró el indicador de ingreso de la población y cayó la pobreza monetaria debido a la reactivación de la economía. Para esa fecha, 7 de cada 10 hogares (73,2 %) se encontraban en situación de pobreza de ingresos (recursos insuficientes para satisfacer necesidades básicas), una reducción de 9,6 % respecto a la medición de 2023.
El número de hogares en pobreza extrema (con ingresos insuficientes para cubrir los alimentos) bajó 14 % en un año, al pasar de 50,5 % a 36,5 %. En total, 3,4 millones de hogares estaban en esta situación, 600.000 menos que en 2023.
Sin embargo, 56,5 % de la población permaneció en pobreza multidimensional (que combina los ingresos con otros factores como servicios, educación, vivienda y empleo), solo 2,4 % menos que el 58,9 % de 2023.
“Durante el primer semestre de 2024 cae la pobreza, como resultado de la estabilidad cambiaria, la reducción de la inflación y el crecimiento económico (…) La volatilidad de la economía venezolana, atada a las variaciones del ingreso petrolero, convertirán estas mejoras en ‘sal y agua’ si por la coyuntura institucional del país volvemos a tener un shock negativo de ingresos", dice el texto publicado en la página web de la Encovi.
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Más vulnerabilidad
A pesar de la recuperación del ingreso de la población, la Encovi reporta que en 2024 se mantuvieron sin variación los niveles de vulnerabilidad social, asociados a ingresos, educación, salud y alimentación, empleo, protección y seguridad social, vivienda, servicios y estructura del hogar.
De acuerdo con la investigación, “el país sigue teniendo una situación de vulnerabilidad entre leve y moderada", dado que al menos el 50 % de los hogares tiene dos o más condiciones de vulnerabilidad.
“El ingreso, que en años anteriores había sido el gran responsable de la vulnerabilidad en Venezuela, es superado por la calidad y acceso a los servicios, la salud y la educación; es decir, por componentes vinculados a la política social", apunta el reporte.
“La vulnerabilidad es un marco de riesgo que puede ser causa o consecuencia del estrato de ingreso. Es causa porque los bajos ingresos limitan la obtención de satisfactores que reducen la vulnerabilidad (mejora de la vivienda, por ejemplo). Es consecuencia porque la vulnerabilidad reduce la posibilidad de mejorar el ingreso (vulnerabilidad educativa, por ejemplo)".
Aumenta la desigualdad
La concentración de los ingresos sigue a la vista en el paisaje socioeconómico venezolano. Según la Encovi, en los últimos diez años (2014-2024) creció la brecha entre quienes ganan más y menos dinero.
Con base en el coeficiente de Gini, el índice de desigualdad económica subió 32,43 % y pasó de 40,7 a 53,9/100 en una década. Mientras más cerca de 100 está el índice, mayor es la brecha de ingresos, señala la Ucab en su portal web.
Entre 2023 y 2024, la desigualdad creció 2,7 %, lo que se traduce en que el decil más bajo de la población (es decir, el 10% más pobre) recibió en promedio 12,50 dólares al mes (con un máximo de 23,06 dólares); en contraste, el 10 % más rico tuvo ingresos promedio de 633,72 dólares (aunque llegó a ganar hasta 2.725,34 dólares).
“Los ingresos promedios en dólares crecieron más del 50 % para la mayoría de los deciles. Para el decil más alto fue de más del 80 %, Esto contribuyó con el aumento de la desigualdad entre 2023 y 2024", dice el estudio.
Con estos resultados, Venezuela tiene más desigualdad que países latinoamericanos como Colombia o Uruguay, donde el indicador es de 51,5 y 40,8/100, respectivamente; o que países europeos como España, cuyo coeficiente de Gini de 32,0/100.
Empleo y remuneración
Entre 2023 y 2024, la encuesta registró una caída en la tasa de ocupados, la cual pasó de 60,9 % a 54,7 %, debido a un aumento en el número de personas dedicadas a labores del hogar (15,7 % frente a 12,6 % en 2023).
En el mismo período, la Encovi documentó que la tasa de empleo formal subió de 42,6 % a 49,1 % del total de ocupados, mejoras en la remuneración del sector público, la cual se ubicó en 110,9 dólares mensuales en promedio, gracias a transferencias y bonos, y una mayor rentabilidad del trabajo por cuenta propia. En promedio, el autoempleo fue remunerado con 202 dólares mensuales mientras que un empleado u obrero del sector privado recibió 189,5 dólares.
Las brechas de género en el mercado de trabajo siguen siendo importantes a favor de los hombres.
En términos de empleo, por ejemplo, la tasa de ocupación masculina es de 63,2 % versus la de las mujeres, que es de 36,8 % y cayó 0,5 % en un año. En pocas palabras: seis de cada 10 hombres trabajan, mientras poco más de 3 de cada 10 mujeres lo hacen.
Ambas cifras se ubican 10 puntos por debajo del promedio mundial documentado por la Organización Internacional del Trabajo (73,1 % en el caso de los hombres y 46,3 % en el de las féminas).
La situación tiene incidencia directa en los niveles de pobreza. En los hogares no pobres, 6 de cada 10 mujeres (57,1 %) trabajan más de 38 horas a la semana, mientras en los hogares pobres más de la mitad (57,6 %) no labora.
En cuanto a remuneraciones, en promedio los hombres ganan 1 dólar más por hora trabajada. Esta cifra varía según la profesión u oficio: la mayor diferencia se observa en el caso de los cargos de director o gerente, donde un hombre recibe 12,2 dólares más por hora que una mujer; en ocupaciones elementales, la diferencia a favor de los hombres es de sólo 0,7 dólares por hora.
Únicamente en el caso del profesional científico o intelectual, el hombre gana 1,9 dólares por hora menos que su par femenina.
La baja inserción laboral, el “techo de cristal" o discriminación para altos cargos, la desvalorización de los empleadores, la discriminación en “ámbitos masculinos", las pocas horas de trabajo por responsabilidades de cuido, las «protecciones legales discriminatorias» y la autominusvaloración de las mujeres se cuentan entre las causas reportadas por la encuesta.
Envío de remesas
La Encovi también revela que en los últimos tres años se registró una disminución en el envío de ayudas (dinero o bienes) por parte de los migrantes a sus allegados en Venezuela. En 2021, 58 % lo hacía, cifra que cayó a 43% en 2024.
“42% estaría enviando dinero y poco menos de la mitad de esos envíos se realizan mensualmente", apunta la Encovi, que menciona que ha disminuido considerablemente el uso de transferencias en bolívares.
“En contrapartida, hay un aumento importante de las transferencias en divisas utilizando las instituciones financieras". En este sentido, 48 % reportó hacerlo por casas de cambio o la banca y sólo 9% entregó divisas en efectivo a través de amigos o relacionados.