Por La Hora de Venezuela
Parece una escena de la película John Q, donde Denzel Washington interpreta a un padre desesperado que toma como rehenes a los médicos de un centro de salud en Estados Unidos como última carta para salvar a su hijo. Pero en este caso el protagonista no es un actor. Tampoco llevaba un revólver y la historia se desarrolla en un hospital del estado Aragua. Winston Armando Vargas Idrogo, un joven venezolano de 19 años, fue inmortalizado esta semana en un video en las redes sociales, cuando con un destornillador amenazaba a una doctora. Justifica la agresión diciendo que su pequeño hijo, Mathias, de apenas dos meses de nacido, llevaba días sin ser atendido.
–¡Por favor! –imploraba Vargas Idrogo–, ¡atiendan a mi hijo!
–¡Ella no opera, ella no opera! –decía una voz, que no se puede identificar en el cortometraje que se hizo viral en Instagram.
Las frases dan más contexto a la escena que ocurre en el Hospital Central de Maracay –ciudad caída en desgracia por la fama del Tren de Aragua– y ratifica el colapso del sistema de salud pública en Venezuela.
La noticia se extendió por todo el país y luego llegó a los diarios mexicanos y colombianos. Los medios digitales usan adjetivos para llamar al clickbait: «Espeluznante», «Terrorífico», dicen, como si en estos países no murieran decenas de personas diariamente, mutiladas, a tiros, por violencia machista o por capricho de las mafias, guerrillas y paramilitares.
Vargas Idrogo lleva una gorra, camiseta larga, jean y un morral. Parece uno de los tantos venezolanos que cruzan el Darién, buscando un país en el que las cosas funcionen. La salud por ejemplo. En el video no se ve que le acerque el destornillador a Iza Jiménez, como se llama la doctora. La aprieta, eso sí, con el brazo derecho.
Video del hospital de Maracay
Cuentan también en las redes y medios que no hubo desenlace fatal. Vargas Idrogo fue detenido. Jiménez no sufrió daños físicos (habrá que ver qué pasa con el estrés posterior). Fue un desenlace a lo «John Q», esa buena película de Nick Cassavetes que protagoniza Denzel Washington y que juega con una premisa difícil de responder: qué estaríamos dispuestos a hacer para mantener a nuestro hijo con vida.
Fiscalía imputa a joven que tomó de rehén a médico en hospital de Aragua
En «John Q», John Quincy Archibald, un decente hombre de la clase obrera, se enfrenta a una situación límite por no decir imposible: necesita reunir 75,000 dólares para que su hijo se mantenga en una lista como candidato para ser intervenido si aparece un donante. El total de la operación es de $250,000. Como su jornada laboral fue reducida, perdió el derecho de seguro para el pequeño. A principios de 2000, no existía GoFundMe.
Como no puede reunir esa suma, la esposa de John, Denise, le exige que actúe como un buen padre y resuelva. Él resuelve: con un arma secuestra a 8 personas en el hospital. Si el hijo no sigue en la lista para recibir un nuevo corazón y es intervenido, anuncia a las autoridades que matara a los retenidos. Con el paso del tiempo, los secuestrados se dan cuenta de que John es un buen tipo y que, dadas las circunstancias, cualquiera de ellos podría hacer lo mismo.
A pesar de un cierre a lo Hollywood (una pistola que no funciona como se espera en un momento climático, por ejemplo) el mensaje de «John Q» fue muy discutido en ese momento. El guión de James Kearns apunta a la calidad y accesibilidad de los seguros y la atención médica. Esa es hoy una de las mayores preocupaciones de los venezolanos. «Se puede vivir, pero no te enfermes», suelen repetir de manera automática cuando los que se quedaron en el país se actualizan por videollamada con los que se fueron.
Afiche de la película John Q
La vida de Winston Armando Vargas Idrogo y su familia se hizo cuesta arriba luego de que su pareja fuera trasladada desde el hospital de Valencia, en el estado Carabobo, hasta el Hospital Central de Maracay, para dar a luz a su segundo bebé el pasado 5 de marzo.
Este día nació Mathias. El niño presentaba una afección de salud que ameritaba una intervención quirúrgica inmediata a fin de prolongar su vida, con la menor secuela posible, pero como la familia no cuenta con los recursos para costear la operación el bebé permanecía en el centro asistencial sin ser operado.
Desde hace varios años en los hospitales públicos en Venezuela exigen a las familias de los pacientes comprar todos los insumos, medicamentos y material quirúrgico necesarios e incluso pagar honorarios a los médicos. Un reportaje publicado en 2024 por la Alianza Rebelde Investiga (ARI) señala que “el desabastecimiento de insumos en los quirófanos públicos de Venezuela se situó en 73 %, según la última Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) –una iniciativa de la ONG Médicos por la Salud que monitorea 40 centros asistenciales–".
Esta investigación denominada Estado Borrado también reveló que 4,2 millones de venezolanos afectados por problemas de salud graves en el país no recibieron asistencia médica durante 2023.
Gráfico del reportaje Estado Borrado
Tras 59 días de espera, Mathias había comenzado a presentar complicaciones y el joven padre solicitó hablar con el médico a cargo, pero no fue posible. En su lugar enviaron a una de las médicos residentes, lo que causó impotencia y desencadenó la reacción violenta de Vargas Idrogo.
En una de las escenas más logradas de la película, John decide despedirse de su hijo. Lo hace porque ha tomado una decisión trascendental y posiblemente no lo volverá a ver. El diálogo es el siguiente:
—Mike, Mike, intenta mantenerte despierto, solo un minuto ¿Vale? Tengo que decirte unas cosillas.
—Vale, papá.
—Haz caso a tu madre, siempre ¿Me entiendes? Haz lo que te diga, es tu mejor amiga. Dile que la quieres todos los días.
—Muy bien, papá.
—Bien, eres muy joven para las chicas ahora, pero ya te llegará el momento, y cuando llegué trátalas como princesas, porque eso es lo que son. Cuando digas que vas a hacer algo… cuando digas que vas a hacer algo hazlo porque tu palabra de hombre es todo lo que tienes. Y el dinero, oye gana, gana dinero si puedes, aunque tengas que venderte de vez en cuando, gana todo el dinero que puedas, no seas estúpido como tu padre.
—Vale.
—Todo es mucho más fácil con dinero, hijo. Y no fumes. Se bueno con la gente. Si alguien se mete contigo, esto ya lo hemos hablado, plántale cara y sé un hombre y… aléjate de las cosas malas hijo, por favor. No te líes con cosas malas. Ahí afuera hay muchísimas cosas buenas… Nunca te dejaré… Siempre estaré contigo ahí dentro (señala el corazón). Te quiero, hijo.
Trailer de la película John Q
Vargas Idrogo después de entregar el destornillador y ser esposado fue trasladado al centro de detención preventiva adscrito a la policía estadal en El Limón, municipio Mario Briceño Iragorry. No sabemos si pudo despedirse del pequeño que no había sido atendido o si al menos llegó a decirle: “Te quiero, hijo". Desde el lugar de reclusión, el joven pidió disculpas y aseguró que no tenía pensado agredir a nadie. “Solo quiero que mi hijo no muera", dijo a las autoridades.
Se espera que el próximo martes 6 de mayo el pequeño Mathias entre a cirugía y reciba finalmente la atención de médicos especialistas.
Entre tanto, el joven padre debe enfrentar la justicia, espera ser trasladado para su presentación ante los tribunales y conocer así el proceso judicial que amerita. El Código Penal en su artículo 169 establece sanción con cárcel a las agresiones y amenazas, pero se flexibiliza con la realización de trabajos comunitarios o terapias asistidas.