Los trastornos de salud mental son una de las principales afecciones en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que mil millones de personas viven con un trastorno mental, la mayoría por ansiedad y depresión. Aproximadamente 301 millones de individuos tienen un trastorno de ansiedad, esta cifra incluye 58 millones de niños y adolescentes. Si bien los datos de salud mental más recientes de la OMS provienen de 2019, antes de la pandemia, se estima un aumento pronunciado en los trastornos de salud mental del 27%. Estudios recientes en Venezuela muestran que 1 de cada 5 personas experimentan niveles más altos de angustia psicológica. Estos trastornos de salud mental tienen un gran costo tanto para el individuo como para la familia y la sociedad. Las enfermedades mentales le cuestan a la economía mundial aproximadamente 2,5 millardos de dólares cada año, un monto que aumentará a 6 millardos para el 2030.
En un artículo se concluyó que realizar ejercicio físico por unas 12 semanas reduce los síntomas leves a moderados de depresión, estrés psicológico y ansiedad, siendo 1,5 veces más efectiva que la terapia cognitiva conductual y los medicamentos. Las actividades de mayor intensidad fueron las que produjeron los mejores beneficios.
Además, es conocido que el ejercicio tiene beneficios adicionales en comparación con los medicamentos, como un costo reducido, menos efectos secundarios y mejora la salud física, manteniendo un peso corporal más adecuado, una mejor salud cardiovascular y ósea, junto a los beneficios cognitivos.
Los autores extrajeron información de 97 artículos científicos y 1.039 reportes, encuestando además a 128.119 participantes. «Se sabe que la actividad física ayuda a mejorar la salud mental» indicaron los autores, «pero a pesar de la evidencia, no se ha adoptado ampliamente como un tratamiento». Asimismo, los científicos señalan que «el ejercicio de mayor intensidad tuvo mejoras para la depresión y la ansiedad, mientras que los entrenamientos más largos (en tiempo) tuvieron menores efectos. También se encontró que todos los tipos de actividad física eran beneficiosos, incluidos los ejercicios aeróbicos como caminar, hacer pilates y yoga».
El equipo de investigación extrajo los estudios de 12 bases de datos electrónicas, publicadas antes de 2022, realizando el estudio «revisión paraguas» para evaluar cómo la actividad física influía sobre la depresión, la ansiedad y la angustia psicológica en los adultos. Estas revisiones se centran en un problema de salud para los cuales hay dos o más posibles intervenciones. Al comparar los efectos encontraron que el ejercicio era mejor que la terapia conductual o la medicación. Algunos tipos de ejercicio parecían contribuir de diferentes maneras. Por ejemplo, el yoga ayudó a reducir la ansiedad, mientras que el ejercicio de resistencia ayudó más con la depresión.
Algunas pautas clínicas ya reconocían el papel del ejercicio, en algunos países se sugiere un tratamiento con medicamentos, psicoterapia y cambios en el estilo de vida (ejercicio físico). Sin embargo, organismos como la Asociación Estadounidense de Psicología, enfatizan solo la medicación y la psicoterapia y señalan al ejercicio como un tratamiento «alternativo», en la misma categoría que la acupuntura. Si bien la etiqueta «alternativa» puede significar muchas cosas cuando se trata de tratamientos, tiende a sugerir que se encuentra fuera de la medicina convencional o que no tiene una base de evidencia clara. Ninguna de estas cosas es cierta en el caso del ejercicio sobre la salud mental.
¿Cómo funciona? Se cree que el ejercicio afecta la salud mental a través de múltiples vías y con efectos a corto y largo plazo. Inmediatamente después de hacer ejercicio, se liberan endorfinas y dopamina en el cerebro. A corto plazo, esto ayuda a mejorar el estado de ánimo y amortiguar el estrés. Mientras que a largo plazo, la liberación de neurotransmisores en respuesta al ejercicio promueve cambios en el cerebro que ayudan con el estado de ánimo y la cognición, disminuyendo la inflamación y estimulando la función inmunológica, todo lo cual influye en nuestra función cerebral y salud mental.
Los hallazgos no descartan que los medicamentos y la terapia sean importantes para el tratamiento de muchas afecciones de salud mental, pero sugieren que el ejercicio también es importante y merece un enfoque renovado. «La actividad física es altamente beneficiosa para mejorar los síntomas de depresión, ansiedad y angustia en una amplia gama de poblaciones adultas, incluida la población general, personas con trastornos de salud mental diagnosticados y con enfermedades crónicas» concluyeron los autores. El análisis encontró que la actividad física produjo una reducción en el problema de salud mental del 42% al 60%. Mientras que la psicoterapia y la farmacoterapia produjeron una mejora mucho menor, entre el 22% y el 37%, respectivamente.
El ejercicio regular también puede mejorar el sueño, lo que juega un papel fundamental en la depresión y la ansiedad. Aunado a beneficios psicológicos como una mayor autoestima y una sensación de logro, todos los cuales son beneficiosos para las personas que luchan contra la depresión.
Finalmente, un plan de tratamiento debe incluir una combinación de enfoques de estilo de vida, como hacer ejercicio regularmente, tener una dieta equilibrada y socializar, junto con tratamientos como la psicoterapia y los medicamentos.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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Los trastornos de salud mental son una de las principales afecciones en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que mil millones de personas viven con un trastorno mental, la mayoría por ansiedad y depresión. Aproximadamente 301 millones de individuos tienen un trastorno de ansiedad, esta cifra incluye 58 millones de niños y adolescentes. Si bien los datos de salud mental más recientes de la OMS provienen de 2019, antes de la pandemia, se estima un aumento pronunciado en los trastornos de salud mental del 27%. Estudios recientes en Venezuela muestran que 1 de cada 5 personas experimentan niveles más altos de angustia psicológica. Estos trastornos de salud mental tienen un gran costo tanto para el individuo como para la familia y la sociedad. Las enfermedades mentales le cuestan a la economía mundial aproximadamente 2,5 millardos de dólares cada año, un monto que aumentará a 6 millardos para el 2030.
En un artículo se concluyó que realizar ejercicio físico por unas 12 semanas reduce los síntomas leves a moderados de depresión, estrés psicológico y ansiedad, siendo 1,5 veces más efectiva que la terapia cognitiva conductual y los medicamentos. Las actividades de mayor intensidad fueron las que produjeron los mejores beneficios.
Además, es conocido que el ejercicio tiene beneficios adicionales en comparación con los medicamentos, como un costo reducido, menos efectos secundarios y mejora la salud física, manteniendo un peso corporal más adecuado, una mejor salud cardiovascular y ósea, junto a los beneficios cognitivos.
Los autores extrajeron información de 97 artículos científicos y 1.039 reportes, encuestando además a 128.119 participantes. «Se sabe que la actividad física ayuda a mejorar la salud mental» indicaron los autores, «pero a pesar de la evidencia, no se ha adoptado ampliamente como un tratamiento». Asimismo, los científicos señalan que «el ejercicio de mayor intensidad tuvo mejoras para la depresión y la ansiedad, mientras que los entrenamientos más largos (en tiempo) tuvieron menores efectos. También se encontró que todos los tipos de actividad física eran beneficiosos, incluidos los ejercicios aeróbicos como caminar, hacer pilates y yoga».
El equipo de investigación extrajo los estudios de 12 bases de datos electrónicas, publicadas antes de 2022, realizando el estudio «revisión paraguas» para evaluar cómo la actividad física influía sobre la depresión, la ansiedad y la angustia psicológica en los adultos. Estas revisiones se centran en un problema de salud para los cuales hay dos o más posibles intervenciones. Al comparar los efectos encontraron que el ejercicio era mejor que la terapia conductual o la medicación. Algunos tipos de ejercicio parecían contribuir de diferentes maneras. Por ejemplo, el yoga ayudó a reducir la ansiedad, mientras que el ejercicio de resistencia ayudó más con la depresión.
Algunas pautas clínicas ya reconocían el papel del ejercicio, en algunos países se sugiere un tratamiento con medicamentos, psicoterapia y cambios en el estilo de vida (ejercicio físico). Sin embargo, organismos como la Asociación Estadounidense de Psicología, enfatizan solo la medicación y la psicoterapia y señalan al ejercicio como un tratamiento «alternativo», en la misma categoría que la acupuntura. Si bien la etiqueta «alternativa» puede significar muchas cosas cuando se trata de tratamientos, tiende a sugerir que se encuentra fuera de la medicina convencional o que no tiene una base de evidencia clara. Ninguna de estas cosas es cierta en el caso del ejercicio sobre la salud mental.
¿Cómo funciona? Se cree que el ejercicio afecta la salud mental a través de múltiples vías y con efectos a corto y largo plazo. Inmediatamente después de hacer ejercicio, se liberan endorfinas y dopamina en el cerebro. A corto plazo, esto ayuda a mejorar el estado de ánimo y amortiguar el estrés. Mientras que a largo plazo, la liberación de neurotransmisores en respuesta al ejercicio promueve cambios en el cerebro que ayudan con el estado de ánimo y la cognición, disminuyendo la inflamación y estimulando la función inmunológica, todo lo cual influye en nuestra función cerebral y salud mental.
Los hallazgos no descartan que los medicamentos y la terapia sean importantes para el tratamiento de muchas afecciones de salud mental, pero sugieren que el ejercicio también es importante y merece un enfoque renovado. «La actividad física es altamente beneficiosa para mejorar los síntomas de depresión, ansiedad y angustia en una amplia gama de poblaciones adultas, incluida la población general, personas con trastornos de salud mental diagnosticados y con enfermedades crónicas» concluyeron los autores. El análisis encontró que la actividad física produjo una reducción en el problema de salud mental del 42% al 60%. Mientras que la psicoterapia y la farmacoterapia produjeron una mejora mucho menor, entre el 22% y el 37%, respectivamente.
El ejercicio regular también puede mejorar el sueño, lo que juega un papel fundamental en la depresión y la ansiedad. Aunado a beneficios psicológicos como una mayor autoestima y una sensación de logro, todos los cuales son beneficiosos para las personas que luchan contra la depresión.
Finalmente, un plan de tratamiento debe incluir una combinación de enfoques de estilo de vida, como hacer ejercicio regularmente, tener una dieta equilibrada y socializar, junto con tratamientos como la psicoterapia y los medicamentos.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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