Israel envía a la cárcel a eurodiputada francesa y un activista brasileño
09/06/2025.- Fotografía facilitada por la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC), de la tripulación del buque Madleen, con destino a Gaza, sentada en la embarcación, con chalecos salvavidas y las manos en alto, en el Mediterráneo. Foto: EFE/EPA/COALICIÓN DE LA FLOTILLA DE LA LIBERTAD

Las autoridades de Israel enviaron a la cárcel a la eurodiputada francesa Rima Hassan y al activista brasileño Thiago Ávila, a quienes detuvieron junto a los otros 10 activistas del barco Madleen de la Flotilla de la Libertad interceptado por el Ejército israelí el pasado lunes de madrugada.

Según informó el grupo legal palestino Adalah, que representa a los activistas en Israel, a Hassan la trasladaron a la prisión de Neve Tirza y puesta allí en «aislamiento en condiciones inhumanas» tras escribir la frase «Palestina Libre» en la cárcel de Givón, donde la mantenían junto con los siete activistas restantes que no aceptaron ser deportados de Israel y están en espera de una deportación forzosa.

«La trasladaron a una celda pequeña, sin ventanas y con pésimas condiciones higiénicas, y se le negó el acceso al patio de la prisión«, dicen sobre Hassan.

Activista brasileño en huelga hambre

En cuanto Àvila, a quien también llevaron a otra prisión, la de Ayalon -tanto esta cárcel como las dos anteriores están en Ramla, cerca de Tel Aviv-, en su caso por la huelga de hambre y sed que inició tras su arresto por las autoridades israelíes, explica Adalah en un comunicado.

«También ha sido tratado agresivamente por las autoridades penitenciarias, aunque esto no ha llegado a agresiones físicas», dice la nota.

Los abogados publicaron el comunicado tras visitar a los detenidos (8 en total ya que 4 aceptaron ser deportados al llegar) y recibir información sobre sus condiciones de arresto, «incluyendo las recientes medidas punitivas adoptadas contra ellos».

«El aislamiento y el traslado a instalaciones penitenciarias separadas constituyen una grave violación de los derechos de los voluntarios y un claro intento de ejercer presión psicológica y política sobre ellos», dicen los letrados.

Exigen por ello a las autoridades israelíes que saquen a los dos detenidos de aislamiento, «cesen todas las represalias contra ellos y liberen inmediatamente a los ocho, ya sea permitiendo su regreso al barco para continuar su misión humanitaria o facilitando su regreso a sus países de origen».

Israel aprobó deportación de miembros de la Flotilla

Los ocho activistas detenidos en Israel pasaron el martes ante un tribunal que avaló su deportación del país y fijó una revisión de la custodia para el 8 de julio en caso de que la deportación no se produzca antes, explicó su equipo jurídico, que denuncia que el juez penitenciario permitió así «extender la detención arbitrariamente, posiblemente por un mes«.

Los activistas que permanecen en Israel son Suayb Ordu, de Turquía; Mark van Rennes, de Países Bajos; Pascal Maurieras, Reva Viard, Yanis Mhamdi y Rima Hassan, de Francia; Thiago Avila, de Brasil; y Yasemin Acar, de Alemania.

Los cuatro que aceptaron la deportación y ya abanonaron el país son la activista sueca Greta Thunberg; el activista español Sergio Toribio, al que trasladaron a Barcelona en un vuelo; y los franceses Omar Faiad (periodista) y Baptiste Andre (activista).

Los activistas a bordo del barco Madleen se dirigían a la Franja de Gaza con ayuda humanitaria con el objetivo de romper el bloqueo impuesto por Israel al acceso de bienes básicos como comida, alimentos o combustible al enclave.

Sin embargo, los interceptaron las fuerzas israelíes en la madrugada del lunes, en lo que sus abogados denuncian como aguas internacionales sobre las que Israel no tiene jurisdicción, y el Ejército escoltó al barco hasta el puerto israelí de Asdod, donde los detuvieron.

El 2 de marzo, Israel lanzó un bloqueo total a la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, que concluyó parcialmente el pasado 19 de mayo con la entrada de algunos camiones cargados, mayoritariamente, con harina y otros alimentos.

Sin embargo, las organizaciones internacionales denuncian que la ayuda que ha accedido a Gaza desde entonces es muy insuficiente para abastecer a una población de 2,1 millones de personas que llevan más de un año y medio en medio de una guerra.