Cuando se espera en próximas horas un nuevo encuentro entre los presidentes de Brasil, Colombia y México, para seguir tratando de mediar en la crisis política de Venezuela, muchos analistas coinciden en que esta mediación debería ya ir más allá de los comunicados que han salido de esas reuniones previas.
Ya el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo el lunes 30 de septiembre que está juntando esfuerzos con el gobierno de México para “darle una salida a Venezuela, de tipo político y pacífico”. El mandatario colombiano se encuentra en tierras mexicanas para asistir a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum.
Se esperaría que ahora Sheinbaum se sume a las conversaciones y continúe o no la posición de su antecesor, Andrés López Obrador, de no opinar sobre el conflicto venezolano hasta que no se muestren las actas de escrutinio públicamente de manera detallada.
El expresidente López Obrador se fue distanciando de las gestiones por buscar salidas a la crisis postelectoral en Venezuela. Brasil y Colombia han estado más activos y a la espera de una reunión con Maduro no se ha concretado.
«En el transcurrir de estos dos meses, Lula y Petro han comenzado a jugar a la gallina ciega, faltando a la verdad y hasta hablando de nuevas elecciones, lo cual es un planteamiento de la satrapía, prestándose como correos de la ignominia», dijo al respecto el exparlamentario y exmagistrado Luis Velásquez Alvaray.
Comunicados sin resultados
Luego de las elecciones del 28 de julio pasado, Luiz Inácio Lula Da Silva y Gustavo Petro plantearon una reunión virtual entre ellos, a la que se sumó López Obrador, para buscar una salida a la crisis postelectoral causada por la proclamación de Nicolás Maduro como presidente reelecto, mientras la oposición encabezada por Edmundo González y María Corina Machado reclamaban el triunfo.
Tras esa reunión y ya con el hervidero en Venezuela, el 1 de agosto, Lula, Petro y AMLO suscribieron un comunicado en el que expresaron felicitaciones y solidaridad con el pueblo venezolano por su participación masiva en las urnas el 28 de julio e hicieron un llamado a las autoridades para que avancen con celeridad en el proceso de escrutinio y publiquen los datos desglosados por mesa de votación.
Luego, el 8 de agosto de 2024 los tres gobiernos publicaron un comunicado conjunto en el que exigieron, entre otros puntos, la presentación por parte del Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) de los resultados de las elecciones desglosados por mesa de votación; reafirmar la conveniencia de una verificación imparcial de los resultados y a respetar los derechos humanos de quienes por esos días protagonizaban protestas.
El 24 del mismo mes, Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro insistieron en la necesidad de difundir las actas electorales “desglosadas por mesa de votación”, tras el aval del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela a Nicolás Maduro.
“Ambos presidentes siguen convencidos de que la credibilidad del proceso electoral sólo podrá restablecerse mediante la publicación transparente de datos desglosados y verificables”, afirmó una declaración conjunta de ambos países que insiste, también, en que “la normalización política de Venezuela”, añadía ese tercer comunicado.
Lula y Petro, que han evitado reconocer ganador alguno en las elecciones del 28 de julio sin quemar los puentes con el chavismo, hacen también un llamado a todos los involucrados a evitar los actos de violencia y represión.
Durante su participación en la reciente Asamblea General de la ONU, tanto Lula como Petro fueron criticados por obviar el tema Venezuela. Ambos condenaron a Israel por las guerras en Gaza y Líbano, hablaron sobre Ucrania y lamentaron la crisis política en Sudán. Sin embargo, ignoraron por completo, según manifestaron muchos críticos, «una de las mayores crisis de refugiados del mundo que está teniendo lugar al lado de sus propios países: Venezuela».
Sin embargo, luego de la investidura de Sheinbaum, el primer mandatario colombiano se reunió con su homóloga, que, al parecer, le trasladó su intención de mantener la línea de su predecesor y no participar en los diálogos con Maduro para devolver la democracia a Venezuela.