Un estudio de la organización Climate Central revela que el cambio climático contribuye a que las temporadas de alergias sean “precoces, peores y más largas” para personas que sufren de alergias estacionales al polen.
El análisis, realizado en 197 ciudades de Estados Unidos, concluye que las temporadas de polen más largas e intensas pueden tener graves consecuencias para las personas con enfermedades respiratorias como el asma, conjuntivitis o rinitis, especialmente los niños y los adolescentes.
🌡️Más caliente, más alergia
Las temperaturas más cálidas, cambios en los patrones estacionales y más dióxido de carbono en la atmósfera —todos relacionados con el cambio climático y emisiones de gases de efecto invernadero– son los responsables de alterar la duración e intensidad de la conocida “temporada de alergias”, ya que se acentúa el polen.
A su vez, el polen es un desencadenante del asma alérgica, el tipo de asma más común y frecuente en la infancia, de acuerdo con la Asthma and Allergy Foundation of America, que registra casos de asma en 6,5 % de los niños solo en Estados Unidos.
Climate Central encontró que las alergias estacionales y el asma también pueden afectar la calidad de vida de los niños, incluido el rendimiento escolar, el estado de ánimo y el sueño en adolescentes de 10 a 19 años.

“Los gases causantes del efecto invernadero pueden provocar síntomas respiratorios en las personas con asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, además de contribuir a la mortalidad prematura y disminución en el funcionamiento pulmonar, con el correr del tiempo”, apunta la American Academy of Allergy, Asthma & Immunology.
🤧 Más alergias en el futuro
En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió un agravamiento de enfermedades respiratorias, entre ellas el asma, por la presencia de aeroalérgenos o causantes de alergia en el aire (polen, ácaros y polvo) y la alta concentración de gases en la atmósfera, pues más del 90 % de la población mundial “respira un aire que no cumple las normas sanitarias establecidas por la ONU”.
Para Climate Central, los niños son “especialmente sensibles a los impactos del cambio climático, en parte porque todavía están creciendo y desarrollándose y pasan más tiempo al aire libre (…) y los efectos del cambio climático experimentados en la infancia pueden tener consecuencias de por vida en la salud física y mental”.