La diseñadora venezolana Daniela Peña regresa al país luego de participar en la Semana de la Moda de Nueva York, una de las pasarelas más importantes del mundo de la moda. Para ella, este logro representa la culminación de un sueño que alguna vez parecía inalcanzable.
Desde sus inicios, lucir sus diseños en este importante encuentro fue su meta suprema, un objetivo que todos en su campo anhelan alcanzar. Ahora, al haberlo conseguido, se siente inmensamente feliz y satisfecha.
Este éxito no llegó sin esfuerzo. Peña destaca que fue el resultado de un arduo trabajo en equipo, muchas horas sin dormir y noches de desvelo. Hubo momentos de bloqueos creativos, pero también de grandes aciertos y satisfacciones. Cada paso en este camino fue una prueba de la dedicación y pasión con amor a lo que hace.
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“Estar en esta prestigiosa pasarela no solo es un logro personal, sino también una prueba del talento que existe en Venezuela. Creo firmemente en que en mi país se crean diseños y productos de calidad que pueden competir a nivel internacional. Este reconocimiento en la Semana de la Moda es una muestra de que Venezuela tiene mucho que ofrecer al mundo de la moda", comparte.
En cuanto al impacto de Venezuela en su colección, Peña menciona que su país ha sido una fuente constante de inspiración. La riqueza cultural, la diversidad y la resiliencia de su gente se reflejan en cada una de sus piezas. Cada diseño cuenta una historia, por lo que fue un honor llevar un pedazo de su tierra a una plataforma tan importante y mostrar al mundo la creatividad y el talento de sus paisanos.
Subir la cuesta por el éxito
Ahora reflexiona sobre los desafíos que enfrentan los diseñadores. A pesar de las dificultades económicas y sociales, considera que los creadores venezolanos han encontrado formas de innovar y seguir adelante. Este espíritu de perseverancia es lo que, según dice, hace que las creaciones sean únicas y especiales.
Finalmente, expresa su gratitud hacia todas las personas que han apoyado su carrera. Desde su equipo de trabajo hasta su familia y amigos, porque cada uno ha jugado un papel crucial en su éxito.
Al reflexionar sobre su crecimiento tanto profesional como personal, comentó: «Es una lista sumamente difícil de mencionar porque estos siete años de carrera han estado llenos de aciertos, de desaciertos, de gente buena, de gente que me ha dejado muchísimos aprendizajes, pero que sin duda alguna todas esas experiencias me han hecho ser la persona que somos hoy en día».
Daniela, también destaca que sus clientes la han forjado como diseñadora, porque la mujer venezolana es muy exigente y ultra femenina, a la que le gusta ser diferente y su marca, Selva Magnolia, se adapta perfectamente a eso.
“He entendido muy bien lo que es el gusto de mis clientes aquí en Venezuela. Este es un país que nos invita continuamente a reinventarnos y adaptarnos a las necesidades», agrega.
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