Con poco oxígeno en su sangre y contra todo pronóstico, Héctor Barreto superó la enfermedad. Estuvo consciente todo el tiempo, incluso, durante la semana que permaneció en la unidad de cuidados intensivos de una clínica de Maturín, estado Monagas. Hoy cuenta a El Pitazo que hasta cepillarse los dientes era una actividad exigente para sus agotados pulmones