Puede sonar pomposo, pero la verdad es que esta firma fue pionera en acreditarse como empresa B, un movimiento que busca el bien común. Ellos se plantearon fabricar muñecos con mermas de telas, contratar a costureras de sectores desasistidos y ceder con cada venta un plato de comida a un niño. Para estos empresarios, el éxito no es hacer dinero, es hacer el bien