El coronavirus llegó a Venezuela en medio de una emergencia humanitaria compleja en curso. Un año después de divulgados los primeros casos, Nicolás Maduro persiste en implementar las mismas estrategias de prevención con las que no ha logrado controlar la curva epidémica ni impedir la circulación de la variante brasileña. Más allá de las estadísticas oficiales, cuestionadas por la comunidad médica y científica, el Ejecutivo impone un relato que ensombrece la situación de los venezolanos que sobreviven a la crisis económica y, ahora, están incrédulos por una jornada de vacunación que no tiene un plan definido