
Caracas.- Un grupo de ocho estudiantes de la Escuela de Medicina Luis Razetti de la Universidad Central de Venezuela (UCV) suspendió, desde el jueves 9 de abril, el servicio voluntario que prestaban en el Hospital Universitario de Caracas. El voluntariado que inició ante la contingencia sanitaria por el COVID-19, no pudo cumplir el primer mes por las dificultades para trasladarse, derivados de la escasez de gasolina que afecta a todo el país.
La alerta fue realizada mediante un comunicado por el Centro de Estudiantes Razetti, perteneciente a la Facultad de Medicina de la UCV. Esta decisión se tomó luego de semanas en las que los estudiantes pasaron hasta ocho horas en las colas para surtirse de combustible. Sebastián Gasparini, vocero de los estudiantes, relató que durante la primera semana de abril las dificultades para obtener gasolina se profundizaron. Hasta el momento de esta publicación, ninguna autoridad les ha ofrecido una alternativa que les garantizara la movilidad mínima.
“Se habilitó una estación de servicio para todo el personal médico de la capital. Pero esto no fue suficiente. A diario se forman largas colas tanto en número de más de 400 vehículos. Muchos pasamos desde las 12:00 am hasta las 8:00 am del día siguiente para poder llenar el tanque. Eso nos alcanza para poco más de una semana. Todo empeoró cuando el servicio se limitó por número de placa", contó.
En la carta, los ucevistas urgen a las autoridades del Ministerio de Salud a implementar un esquema especial de abastecimiento de combustibles que les permita volver a sus labores. El documento se distribuyó por redes sociales, luego de enviarlo al Servicio de Infectología donde colaboraban con el despistaje de coronavirus y la atención de pacientes sospechosos.
Inmovilizados
La falta de combustible no es un problema exclusivo de los estudiantes de medicina. Gasparini denunció que trabajadores de otras áreas, en especial personal médico, están a punto de agotar sus reservas de combustible, por lo que se teme una paralización de los servicios que se mantenían parcialmente en funcionamiento. Agregó que, desde su concepción, el voluntariado se redujo a pocos estudiantes para evitar una mayor exposición al contagio.
“Esas fueron las condiciones que puso el Servicio de Infectología para ver cómo funcionaba el protocolo. La intención era que, de ser necesario, se extendiera el voluntariado a más estudiantes a medida que escalara la pandemia. En un principio se planteó hacer grupos que rotaran por día o semana y el servicio no estuvo de acuerdo, porque era exponer al virus a más estudiantes. Se planteó, de igual manera, extender el voluntariado a los demás hospitales de Caracas y no recibimos respuesta", indicó.
El estudiante añadió que todo el grupo afectado está dispuesto a reincorporarse a sus actividades en lo inmediato. Su única condición es que se les asegure una opción para el abastecimiento de combustible. El servicio continúa su operación en una carpa habilitada para la emergencia, aunque con menor capacidad que hace un mes, cuando se confirmaron los primeros casos de infección por SARS-CoV-2 en Venezuela.
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