El especialista en diplomacia, Mariano de Alba, cree que las señales apuntan a una posible negociación bilateral entre Estados Unidos y Nicolás Maduro. El analista del Baker Institute, Francisco Monaldi, resalta la incertidumbre en el sector petrolero
Incógnita es la palabra que define el regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos y lo que será su política exterior hacia Venezuela, en un contexto que luce más complejo que en el pasado, cuando el mandatario estadounidense se involucró en la crisis política venezolana signada entonces por una dimensión distinta.
“Estamos mirando a Venezuela muy de cerca. Es un país que conozco muy bien por muchas razones; era un gran país hace 20 años y ahora es un desastre", dijo Trump a periodistas esta semana en su despacho mientras firmaba algunas de sus primeras órdenes ejecutivas.
Para el especialista en Derecho Internacional, geopolítica y diplomacia, Mariano de Alba, las perspectivas de Trump sobre Venezuela siguen siendo, en buena parte, volátiles.
“Lo que sí está claro es que obtener logros para contrarrestar la migración en Estados Unidos es una de sus grandes prioridades. También no ve necesidad de que empresas estadounidenses compren petróleo venezolano, porque apuesta a que en Estados Unidos se aumente ampliamente la producción, aunque esto será en todo caso un proceso progresivo", resaltó De Alba a El Pitazo vía telefónica.
El analista también destaca que Trump conoce de primera mano que Venezuela “es un país que se ha deteriorado mucho durante las últimas décadas y por eso hay tantos venezolanos viviendo en Estados Unidos".
¿Una política más transaccional?
Desde el mismo día de la juramentación de Trump el oficialismo, como ya lo ha hecho en el pasado cada vez que hay un cambio de gobierno en Washington, se mostró dispuesto a encaminar la relación con la Casa Blanca por senderos menos conflictivos que en el pasado y para eso la coalición que lidera Nicolás Maduro busca aprovechar las prioridades de Trump.
De Alba considera que, en medio de las pocas certezas sobre Trump, el mandatario estadounidense luce dispuesto a restringir nuevamente las capacidades del sector petrolero venezolano mediante medidas, “pero también podría sopesar si logra diversas concesiones y avances fundamentalmente en el tema migratorio".


El régimen venezolano probablemente pedirá que no se sancione al sector petrolero venezolano
Mariano De Alba, especialista en geopolítica y diplomacia
“Por eso el gobierno de Nicolás Maduro está haciendo un esfuerzo de mostrarse abierto a acordar una cooperación para recibir a los deportados y contener la migración. Para ello, el régimen venezolano probablemente pedirá que no se sancione al sector petrolero venezolano", apuntó De Alba.
Pero algunas de las designaciones de Trump en cargos clave de su administración reflejan una apuesta que inquieta a la elite gobernante en Venezuela.
“Esa política más transaccional, que es la que tiene prevalencia en la cabeza del presidente, se va a encontrar en contravía con las recomendaciones de varios de sus asesores como Marco Rubio y el asesor de Seguridad Nacional, quienes son de la visión de que hay que regresar a la política de máxima presión para tratar de provocar la salida de Maduro y el chavismo del poder", precisó De Alba.
Otra incógnita: Richard Grenell
El mismo día de la juramentación de Trump en el Capitolio estadounidense un hombre ya conocido por el oficialismo, el designado por Trump para misiones y asuntos especiales, Richard Grenell, publicó en la red social X un anuncio con una foto en la que se le ve con su teléfono celular mientras conversa. Grenell adelantó que habló con funcionarios en Venezuela y que tenía previsto el inicio de reuniones sin mayores precisiones al respecto.
En uno de los segmentos de su programa semanal, en el que simula la recepción de información exclusiva, el ministro de Interior y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, planteó algunas consideraciones que están dentro de las aspiraciones de la coalición gobernante, a propósito de lo que adelantó Grenell esta semana.
“Tras la confirmación de Marco Rubio como secretario de Estado, la extrema derecha venezolana ha intentado reavivar la historia del hombre que acabará con Nicolás Maduro (…) Marco Rubio, sin perder vocería, tendrá una limitada acción en varios de los conflictos internacionales, incluido el de Venezuela. Esto se debe a que el presidente Trump ha designado al menos 10 enviados especiales para temas específicos en política exterior, lo cual quiere decir que el presidente Trump tendrá información directa sin que necesariamente sea filtrada por el Departamento de Estado", dijo Cabello al leer un supuesto reporte.


No va a haber un aumento importante de producción petrolera en Venezuela en caso de cancelarse las licencias e incluso si se mantienen
Francisco Monaldi, director del Latin American Energy Program del Baker Institute
De Alba cree que Grenell envía un mensaje de que él será el encargado de manejar directamente la relación con Venezuela, “además como un emisario directo de Trump, con el que tiene muy buena y directa relación, y lo nombró enviado especial para proyectos especiales, incluyendo Venezuela".
“La foto plantea que Grenell conversó con funcionarios del gobierno de Maduro y del lado estadounidense no había otros funcionarios escuchando. Ahora la incógnita es si a través de esas conversaciones Grenell puede lograr un acuerdo con Maduro", apuntó De Alba.
El tema migratorio, con especial resonancia en el caso venezolano, cuya diáspora incluye al menos 7,7 millones de personas, así como lo vinculado con la banda delincuencial transnacional Tren de Aragua, han hecho que, de momento, haya una especie de reencuadre narrativo en el oficialismo por el regreso de Trump al poder y sus objetivos de corto plazo.
En ese contexto, aun queda por ver una postura más definida de parte de Washington, cuyo secretario de Estado, Marco Rubio, ya se reunió con la líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, y con Edmundo González Urrutia, a quien Trump reconoce como presidente electo.
“Sigue sin estar claro cuáles términos está planteando: si es para conseguir vías para que haya una transición democrática en Venezuela, o si es para intereses más específicos como cooperación para recibir deportados, los estadounidenses detenidos arbitrariamente en Venezuela, etc. Esa es una incógnita que podría resolverse en las próximas semanas", añadió De Alba.
El analista cree que las señales apuntan a una posible “negociación bilateral entre Estados Unidos y el gobierno de Maduro" para tratar algunos temas concretos que son de interés mutuo.


No veo al gobierno estadounidense promoviendo el regreso de una negociación entre Maduro y la oposición venezolana
Mariano De Alba, especialista en geopolítica y diplomacia
“No veo al gobierno estadounidense promoviendo el regreso de una negociación entre Maduro y la oposición venezolana, como sí lo hizo el gobierno de Biden. Incluso, si finalmente la oposición logra que EE. UU. adopte sus demandas, el gobierno estadounidense tratará de resolver algunos puntos negociando directamente con Maduro y si no hay avances, reaccionando con sanciones y otras medidas punitivas", agregó De Alba.
De acuerdo con el experto, la influencia de varios altos funcionarios en el Departamento de Estado y la Casa Blanca hace que sea probable el regreso de medidas sectoriales, incluyendo revocación de licencias con las que operan en Venezuela petroleras internacionales, si la coalición oficialista no hace concesiones en temas de interés para Trump y en medio de un contexto en el que hay expectativas vinculadas con la restitución de garantías democráticas y el respeto a los derechos humanos en Venezuela.
“Dependerá de qué tanta libertad tengan funcionarios como Marco Rubio o Mike Waltz para adelantar la política que ellos creen que debe haber sobre Venezuela, o si Trump querrá definir la política escuchando a sus asesores y decidiendo si conviene irse por una ruta más transaccional con base en las concesiones que pueda conseguir Grenell del gobierno de Maduro", comentó De Alba.
Trump y el sector petrolero
El mandatario estadounidense también dijo esta semana que “probablemente" Estados Unidos deje de comprar petróleo de Venezuela, cuya industria está sumergida en una crisis luego de años de corrupción, mal manejo administrativo y desinversión.
“No necesitamos su petróleo, no tenemos que comprarlo. Tenemos suficiente petróleo para nosotros", le respondió Trump a un periodista en su despacho.
Maduro y su coalición encontraron algo de oxígeno para la disminuida industria petrolera nacional mediante negociaciones con la administración del expresidente Joe Biden. Las conversaciones y acuerdos derivaron en licencias que les permiten a empresas estadounidenses y otras compañías internacionales operar en campos petroleros venezolanos. Pero eso pudiera cambiar ahora con Trump en la Casa Blanca.
El director del Latin American Energy Program del Baker Institute de la Universidad de Rice, en Houston (Texas, EE. UU.), Francisco Monaldi, resalta que hay incertidumbre sobre lo que decida hacer Trump en cuanto a la relación comercial en materia petrolera con Venezuela.


No está claro si la administración Trump va a imponer sanciones más duras a Venezuela
Francisco Monaldi, director del Latin American Energy Program del Baker Institute
Sin embargo, es un hecho que la producción petrolera venezolana se incrementó de forma considerable, así como sus exportaciones a EE. UU., a partir de finales de 2022 luego de que empresas petroleras como Chevron, Repsol, Maurel & Prom, entre otras, comenzaran a operar en el país.
“A partir de 2023 y durante todo 2024 se incrementaron las exportaciones a EE. UU., llegando a niveles por encima de los 250.000 barriles diarios. Eso es porque Chevron incrementó su producción significativamente en esos períodos en sus proyectos en Venezuela y la producción actual de Chevron es de 230.000 barriles diarios, que es casi 25 % de la producción de Venezuela", precisó Monaldi a El Pitazo vía telefónica.
El experto puntualiza que Estados Unidos es hoy un exportador neto de petróleo. “Exporta más petróleo del que importa y por tanto tiene autosuficiencia en hidrocarburos. También es un gran exportador de gas en términos netos. Es una situación muy diferente al pasado".
A una pregunta de un periodista sobre un eventual embargo petrolero en el caso de Venezuela, Trump respondió: “Podría ser".
Monaldi puntualiza que la administración de Biden impuso sanciones adicionales a Rusia en el mercado negro de la venta de petróleo y esa medida tuvo un impacto en el mercado petrolero global, cuyos precios estaban en declinación.


Dependerá de qué tanta libertad tengan funcionarios como Marco Rubio o Mike Waltz para adelantar la política que ellos creen que debe haber sobre Venezuela
Mariano De Alba, especialista en geopolítica y diplomacia
“En ese contexto, no está claro si la administración Trump va a imponer sanciones más duras a Venezuela, a pesar de lo que claramente han señalado tanto el secretario de Estado, Marco Rubio, como el enviado especial para América Latina, Mauricio Claver", añade Monaldi.
El especialista del Centro de Estudios de la Energía del Instituto Baker considera que si Trump ordena cancelar las licencias con las que operan en Venezuela principalmente Chevron y otras empresas como Repsol, Morel & Prom y Reliance Industries, de la India, eso obligaría a Pdvsa a exportar crudo nuevamente solo al mercado negro, fundamentalmente en China.
“Eso se podría dificultar si Estados Unidos está implementando una política de gran presión en ese mercado negro para Irán y Rusia", agregó.
Monaldi precisa que más del 80 % del aumento de la producción de petróleo en Venezuela en los últimos dos años se debe, principalmente, a las operaciones de la estadounidense Chevron. En ese contexto, el país tiene opciones limitadas para aumentar su producción de forma significativa.
Monaldi ve dos escenarios posibles, el primero es uno en el que se mantienen las licencias vigentes. “Podríamos tener un aumento de producción hasta el millón de barriles durante este año o a principios de 2026 superar el millón de barriles diarios, unos 100.000 barriles más, y eso sería en los campos de Chevron, Repsol y Maurel & Prom".
En un contexto de cancelación de licencias, Monaldi prevé que las dificultades para Pdvsa aumentarán nuevamente.


Si se mantienen las licencias, el aumento previsible el próximo año es de alrededor de 100.000 barriles diarios
Francisco Monaldi, director del Latin American Energy Program del Baker Institute
“Tendríamos una caída de producción debido a las dificultades para exportar hacia el mercado negro parte del crudo que produce Chevron y por la falta de diluyentes hasta que Irán vuelva a proveer a Venezuela, pero esos diluyentes son mucho más costosos y es más complejo el proceso para exportar ese crudo extrapesado. En ese caso, la producción de Venezuela caería entre 50.000 y 100.000 barriles. Estaríamos hablando de que la producción estará en 850.000 o a lo sumo 900.000 barriles en 2025", detalló el experto.
Maduro aspira a que la producción petrolera en 2025 llegue a 1.5 millones de barriles diarios. Asegura que en la coalición que lidera están preparados para cualquier escenario y confía en sus alianzas con países no occidentales a los que se refiere como “hermanos mayores": Rusia, China e Irán.
Para Monaldi, el deseo de Maduro está muy lejos de la factibilidad. “No va a haber un aumento importante de producción en Venezuela en caso de cancelarse las licencias e incluso si se mantienen las licencias, el aumento previsible el próximo año es de alrededor de 100.000 barriles diarios, no mucho más, máximo unos 150.000 barriles entre 2025 y 2026".
De acuerdo con Monaldi, en Venezuela «no existe capacidad ociosa relevante» y se requiere de altos niveles de inversión en la industria petrolera. El problema para Maduro es que no hay planes descollantes que permitan un repunte notable en la maltrecha industria petrolera nacional.
«En Venezuela hay solo un taladro de perforación de nuevos pozos operando y es en el proyecto de Chevron, y aunque llegó a tener dos y se ha hablado de que pudiera tener cuatro taladros, eso dependerá de lo que pase con las licencias y las sanciones. Fuera de eso ha habido un taladro operando en el proyecto de los rusos, pero eso solo ha permitido evitar una caída de la producción, no un incremento adicional, y no hay taladros de perforación en los proyectos de Pdvsa», detalló Monaldi.
El especialista considera que, en un eventual escenario de imposición de medidas sectoriales más restrictivas, como sucedió en la primera administración de Trump, no hay evidencia de nuevos proyectos e inversiones petroleras ni de Rusia o China.
“Las empresas estatales de Rusia y China producen entre 10 % y 11 % de la producción venezolana. Hasta ahora no han dado ninguna indicación de hacer inversiones importantes ni en esos proyectos ni en otros. La idea de que los Brics o en particular Rusia y China van a venir al rescate de Venezuela, está lejos de la realidad", añadió Monaldi.
En medio de una profunda crisis política y electoral, Maduro y su coalición buscan que el pasado con Trump no se repita, pero si eso sucediera, en el oficialismo parece que confían en su propia experiencia para lidiar con una relación que fue más que conflictiva y problemática.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.