La ausencia de votantes fue la verdadera protagonista en las elecciones regionales y parlamentarias del 25 de mayo de 2025 en Venezuela. En Puerto Ordaz, la apatía de los guayaneses ante el proceso fue palpable. El recorrido por Ciudad Guayana, municipio Caroní del estado Bolívar —la entidad más grande del país—, inició a las seis de la mañana, y era evidente que la ciudad aún dormía. Calles desoladas con un silencio ruidoso: este fue el escenario de partida para la jornada electoral.
Caroní, conformado por Puerto Ordaz (tres parroquias) y San Félix (ocho parroquias), cuenta con 318 centros y 634 mesas electorales habilitadas. Los ciudadanos debían depositar en una caja de cartón —también conocida como urna electoral— un pequeño papel impreso por la máquina de votación, con la selección de un gobernador, tres diputados para la Asamblea Nacional (AN) y dos diputados para el Consejo Legislativo; un total de siete votos que, en su mayoría, eran desconocidos por la población.
La Escuela Básica Alta Vista Sur, en la parroquia Universidad, fue el primer centro visitado por El Pitazo. Conocido por su tendencia mayoritariamente opositora, los alrededores, como cualquier domingo por la mañana, estaban tranquilos y con escaso movimiento de personas, delimitados por una cinta amarilla que funcionaba como barrera de seguridad. El coordinador del centro aseguró que a las 6:30 de la mañana las cuatro mesas ya estaban instaladas para iniciar el proceso.
A las 7:00 a.m., un hombre de la tercera edad se esforzaba por llegar a la escuela. Este medio conversó con el elector, quien aseguró que había salido de su casa en Yara Yara la noche anterior, a unos 20 minutos en carro de Alta Vista, para votar este domingo. El señor, un pensionado, desconocía a los candidatos a la gobernación de Bolívar, pero aun así decidió sufragar.
En las principales avenidas, los peatones vestían ropa deportiva o sus uniformes de trabajo, como un día más de la semana, un día más en la rutina.
Un silencio ensordecedor en los centros de votación
La Unidad Educativa Colegio Fe y Alegría Puerto Ordaz fue la segunda parada en el recorrido. Allí, a primera hora del día, apenas un grupo de menos de 20 personas esperaba para votar. Entre ellos, los murmullos eran bajos; el gorjeo de los pájaros era el protagonista, contrastando con el silencio que se convirtió en una característica de esta jornada.
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En este centro se habilitaron cuatro mesas electorales para 2.968 electores, todas en el salón de usos múltiples de la institución. Con un calor sofocante y termos de café, los miembros de mesa esperaban a los votantes.
«Rápido y ágil. Estuve aproximadamente 15 minutos desde que llegué», respondió un votante al salir del centro. Hasta las 11:00 a.m., solo 168 personas habían votado, según la coordinadora asignada por el CNE.
En la travesía por registrar la jornada electoral marcada por la abstención de los guayaneses, el Colegio Villa Colombia fue la siguiente estación. Con cuatro mesas electorales, las personas entraban y salían del centro de forma intermitente.
En las afueras del centro se encontraban un par de señoras de edad avanzada. Solo una de ellas, una docente, accedió a dar su apreciación de la jornada electoral, asegurando que su gremio ha sido uno de los más golpeados en los últimos años en el país.
«Decidí participar porque es un deber, el de sufragar para elegir a nuestros gobernantes, a quienes queremos que dirijan este país, para seguir y ver si algo va a cambiar, confiando en Dios que todas las cosas vayan bien», dijo la entrevistada. Sobre el conocimiento de las propuestas de los candidatos a la gobernación, la docente guayanesa expresó que la información a la que accedió fue muy vaga.
Cercano a este centro se encuentra la feria de las hortalizas de Villa Colombia. Mientras unos pocos votaban, en paralelo, una colectividad más robusta de personas realizaba sus compras con normalidad, en búsqueda del pan de cada día, en familia y ambientado con vallenato: un domingo casual para los compradores.
El Colegio Nazaret fue el cuarto centro visitado en el recorrido, con cinco mesas habilitadas, y el panorama era el mismo: poca afluencia de personas con intención de votar. «Bastante suave, pocos votantes», fueron las declaraciones de la coordinadora del centro.
Entre las incidencias destacadas se mencionó la ausencia de los miembros de la mesa número 4. En ese colegio hay más de 4.000 inscritos, y según las estimaciones de la coordinadora, solo se habían presentado entre 40 y 50 personas a votar.
Al frente, se ubica una sede de Farmatodo, y a diferencia de lo evidente en los centros de votación, el estacionamiento estaba lleno, como de costumbre. Una ciudadana que se abstuvo de ejercer su derecho manifestó su sentir:
«¿Qué nos garantiza a nosotros que esto va a cambiar? Seguimos en lo mismo, no tenemos derecho a opinar. Entonces no voy a votar, ¿para qué voy a votar, si el presidente que tenemos no es el elegido por el pueblo? Hoy es un domingo normal», sentenció la mujer.