Barquisimeto.- El excandidato presidencial Enrique Márquez visitó este 21 de noviembre la ciudad de Barquisimeto, donde presentó el foro ‘Volvamos a la Constitución’. Antes de su intervención, Márquez ofreció declaraciones a los medios sobre su participación en la mesa de diálogo convocada por el Gobierno venezolano para discutir las leyes electorales. Este espacio fue abierto tras los cuestionados comicios presidenciales del 28 de julio, en los cuales el Consejo Nacional Electoral (CNE) otorgó la victoria a Nicolás Maduro sin presentar resultados verificables.
«Esa mesa ha estado muy incompleta, muy deficiente, yo diría, que mis palabras no ofendan a nadie, muy pirata. Ahí no se ha construido a fondo la materia, y, muy al contrario en mi percepción, se está caminando en la dirección contraria a lo que establece la Constitución, porque se está pensando en leyes restrictivas de la participación política, en vez de leyes que auspicien la participación. Algunos están pensando que con la fuerza y el terror se puede gobernar un país eternamente, y eso no es posible», expresó el exrector del CNE desde el Colegio de Ingenieros del estado Lara.
Márquez cuestionó el desarrollo de estas reuniones, calificándolas de deficientes y excluyentes: «Solo se invita a un sectorcito, no tiene sentido hacerlo así, como a escondidas, como queriendo manipular al final el resultado». Según Márquez, esta actitud refleja una gran debilidad por parte del Gobierno, ya que a su juicio: «Ninguno de nosotros puede imponérsele a la voluntad de un pueblo que decidió cambiar».
Rechazo a las propuestas
El político criticó las declaraciones del primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, quien planteó que los opositores que no reconozcan la reelección de Nicolás Maduro para el período 2025-2031 quedarían inhabilitados para postularse en futuros comicios. Al respecto, Márquez declaró: «Eso es un exabrupto. En relación a ser más restrictivo todavía: si tú no vienes arrodillado y me besas el anillo, tú no puedes participar en elecciones. Eso no tiene sentido alguno y es parte de lo que se tiene que erradicar».
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Pese a sus críticas, Márquez aseguró que seguirá asistiendo a las invitaciones para estos espacios de diálogo: «Nosotros estamos dando la cara ante la opinión pública para decir que no estamos de acuerdo con eso, y vamos a concurrir a cualquier proceso de diálogo y encuentro, pero para decir lo que tenemos que decir». Afirmó que la ausencia en estos encuentros dejaría «una silla vacía y la opinión en el aire».
Un Gobierno al margen de la Constitución
Durante su intervención, Márquez reiteró que tanto el gobierno como los poderes públicos han actuado al margen de la Carta Magna, lo que, según él, ha intensificado las dificultades del país. «El infortunio del pueblo venezolano ha ido creciendo dramáticamente», afirmó.
En relación con los recursos introducidos ante la Sala Electoral y Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) tras los comicios del 28 de julio, Márquez señaló que el Poder Judicial «perdió la oportunidad de hacer bien las cosas». Sin embargo, insistió en que seguirá apostando por los mecanismos establecidos en la Constitución como única vía para superar la crisis.
Asimismo, el político destacó que el próximo 10 de enero debería marcar una transferencia de poder público. Advirtió que, de no ocurrir, Venezuela podría enfrentarse a una nueva ruptura del hilo constitucional, e hizo un llamado a resolver la crisis mediante una solución política.
Tras los comicios del 28 de julio, la Sala Electoral del TSJ afecto a Nicolás Maduro solicitó que los candidatos firmaran un acta de respeto a los resultados emitidos por el CNE. Sin embargo, Márquez se negó a firmar, al igual que Edmundo González, quien tampoco asistió al TSJ. Márquez fue el único candidato presente en el acto que rechazó suscribir el documento.
Finalmente, Márquez y González han exigido de manera insistente la publicación de los resultados de las elecciones del 28 de julio, que a casi cuatro meses aún permanecen sin divulgarse, pese a que las actas físicas del CNE están resguardadas en las urnas electorales, pero simplemente no se han hecho públicas.