Muchos feligreses caraqueños consideran que la fe es una vasija que siempre debe estar llena de amor a Dios, pero además creen que gracias al recorrido del Nazareno de San Pablo por varias comunidades, este Miércoles Santo, se pudo reafirmar este compromiso con el Señor.
Los presentes que esperaban el papamóvil con el Nazareno, indicaron que el pedido principal que le están haciendo es la erradicación del coronavirus en Venezuela, así como la sanación de todos los venezolanos que actualmente están padeciendo de COVID-19.
Los consultados por El Pitazo en la Calle comentaron que la visita de esta imagen católica a los hospitales de la ciudad fue excelente idea: «Es allí en donde su poder va a sanar. Creo en sus milagros; él me curó a dos miembros de mi familia», comentó Raiza Pérez, joven habitante de la parroquia Caricuao.

La residente de la parroquia afirmó que valió la pena la larga espera, porque su visita a Caricuao había sido anunciada por la televisión para las doce del mediodía.
Bajo el sol, los habitantes de Ruiz Pineda, de Caricuao, lo esperaron en la entrada de esta parroquia y al frente de su hospital materno infantil. Grupos de familias, vecinos y amigos se organizaron para respetar el distanciamiento social.
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A las 1:33 am, las sirenas y los gritos de emoción de las personas anunciaron la llegada del Nazareno de San Pablo a Caricuao. En La Vega y El Paraíso lo recibieron bajo un aguacero.

Cuenta Alicia Morales que lo esperó parada en la avenida principal que une Antímano con Montalbán y junto a vecinas de la urbanización Juan Pablo II. Varias del grupo indicaron que estaban emocionadas viendo cómo se acercaba el Nazareno, el que le dio unos años más de vida a uno de sus familiares, cuenta una de ellas. Estas devotas recuerdan que el Nazareno es el que más les ha concedido milagros a los caraqueños.
Superada la urbanización Juan Pablo II, los habitantes de la parroquia El Paraíso lo recibieron contentos, igual que los vecinos de La Vega, quienes lo esperaron en la redoma de la India. Incluso algunos se arrodillaron; otros se asombraron, aunque no lo estaban viendo por primera vez. La mayoría, con mucha pasión y fe, le pedían, le imploraban salud para sus enfermos y la erradicación del COVID-19 en el país.
La reafirmación de la fe les recuerda a los caraqueños que por más que la cotidianidad vaya mal, está la esperanza de que todo mejorará gracias a la intervención de Dios.