Barquisimeto.- En el estado Lara, un torrente de agua acompañó a los habitantes durante el pasado fin de semana: quebradas desbordadas, vías inundadas y anegaciones de comercios y casas fue la emergencia vivida. Sin embargo, las comunidades rurales fueron las más afectadas, registrando pérdidas de cosechas y viviendas derrumbadas. Tal como le pasó a José Silva, quien vio junto a su esposa cómo parte de su casa colapsaba en el pueblo de Río Tocuyo, municipio Torres.
Era el primer día, 8 de noviembre, de una inusual lluvia, que comenzó pasadas las 5:00 pm, acompañada de descargas eléctricas y fuertes ráfagas de viento, situación que además generó fallas en el tendido eléctrico, dejando una hora más tarde al pueblo de Río Tocuyo sumergido en la oscuridad. En ese momento, José Silva, de 47 años, estaba resguardado dentro de su casa junto a su esposa, Olinda Almao, quien con escasa luz preparaba unas empanadas para la cena.

Mientras tanto, la preocupación invadía los pensamientos de José, quien trabaja en la construcción desde los 9 años. Ya habían pasado dos horas y media y la lluvia no cesaba. Él sabía que la estructura de su casa, construida en gran parte de adobe, podía debilitarse por la constante humedad, así lo explicó en una entrevista a El Pitazo este 11 de noviembre.
José, sentado en la cocina, ubicada al final de su vivienda de diseño alargado, escuchó un extraño sonido alrededor de las 8:00 pm. Al asomarse a la parte frontal, notó que caían escombros del techo. «Me imaginé lo que podía pasar y decidí, por seguridad, quedarme con mi esposa en la parte de atrás», relató. Diez minutos después, un estruendo confirmó su temor: la vivienda colapsó debido a las constantes y fuertes precipitaciones. Las paredes frontales cedieron hacia el centro, arrastrando parte de la estructura.
Olinda, quien generalmente es nerviosa, comenzó a llorar por el evento, pero tras una corta conversación con su esposo logró calmarse, cuenta el hombre, quien decidió comunicarse con unos vecinos que les dieron alojamiento durante el fin de semana. El aguacero no se detuvo hasta las 5 de la mañana del día siguiente.
José regresó el 9 de noviembre a su hogar junto a cinco amigos para derribar las paredes inestables que quedaban y tratar de organizar el lugar. Sin embargo, nuevas lluvias tanto el sábado como el domingo inundaron la casa, haciendo que perdieran gran parte de sus pertenencias. «Incluso una pared cayó sobre una cama», comentó.
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A pesar de la situación, José espera que mejore el clima para poder comenzar a reconstruir su casa, porque con el adobe húmedo «es peligroso … Lo que sí le pido a Dios es que salga el sol para poder trabajarlo», indicó con preocupación, pero con la convicción de que se puede resolver poco a poco.
José cuenta que el sábado y domingo recibieron la visita de autoridades, quienes prometieron cemento y bloques para la reconstrucción; pero «del dicho al hecho, hay mucho trecho», consideró. El hombre calcula que en el sector La Plaza, donde vive, al menos cinco viviendas sufrieron graves daños, aunque considera que la suya fue la más afectada.

La situación es crítica en otras áreas del municipio. Para este lunes, la localidad de El Paso, también en Torres, estaba incomunicada, y el sector El Paso de Baragua, en el municipio Urdaneta, enfrenta problemas similares, con 28 kilómetros de carretera intransitables. «Necesitamos solución, estamos incomunicados», fue el mensaje enviado a los medios de comunicación por el ciudadano Leiber López, quien compartió un video donde se observa a una moto intentando transitar, pero la vía está tan cubierta de piedras y barro que es imposible.
Mientras tanto, Raúl García, antiguo residente de la parroquia Reyes Vargas, también del municipio Torres, informó que el agua arrasó con los cultivos de al menos cinco haciendas. En las imágenes compartidas este 11 de noviembre, se ven las plantas sumergidas tras el fin de semana de lluvias.
Hasta el domingo, personal de la Gobernación de Lara, Alcaldía de Iribarren, Bomberos y Protección Civil se mantenían desplegados en las zonas afectadas. El gobernador Adolfo Pereira señaló que el paso de la onda tropical N°. 51 dejó seis frentes de trabajo abiertos: en Siquisique (municipio Urdaneta), parroquia Tamaca (Iribarren), Cabudare (Palavecino), parroquia Yacambú (Andrés Eloy Blanco), en varias parroquias de Torres (Chiquinquirá, Reyes Vargas, Camacaro y Castañeda), y en la parroquia Anzoátegui del municipio Morán.
Pereira destacó fallas en los bordes de las carreteras de las parroquias Yacambú y Anzoátegui, donde se habrían iniciado labores el 9 de noviembre para restablecer el paso. A pesar de las fuertes lluvias e inundaciones que azotaron Barquisimeto, no se han registrado derrumbes importantes en la ciudad. Sin embargo, uno de los incidentes destacados fue la inundación del supermercado Hiper Líder, ubicado en la autopista Cují-Tamaca, al norte de Barquisimeto.
Hasta el momento, las autoridades no han informado sobre el número de familias damnificadas.