El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuestionó duramente este sábado, 17 de mayo, la decisión de la Corte Suprema que limita el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros para facilitar deportaciones masivas. Según Trump, el fallo impedirá expulsar con rapidez a personas consideradas peligrosas para la seguridad del país, lo que —a su juicio— “causará un gran daño".
A través de su red social Truth Social, Trump manifestó su frustración con el máximo tribunal, asegurando que la resolución obstaculiza la capacidad del gobierno federal para deportar rápidamente a “asesinos, narcotraficantes, pandilleros y personas con enfermedades mentales" que cruzan la frontera ilegalmente.
La Corte Suprema determinó que los migrantes tienen derecho a una notificación previa adecuada y la posibilidad de apelar su expulsión ante los tribunales, invalidando así el uso automático de una ley de 1798 pensada originalmente para tiempos de guerra. La decisión se emitió tras el caso de Kilmar Abrego García, un ciudadano salvadoreño deportado a pesar de contar con una orden judicial que debía haberlo protegido.
Trump señaló que el fallo pone en riesgo a los estadounidenses y agradeció a los jueces conservadores Clarence Thomas y Samuel Alito, quienes emitieron votos disidentes. El mandatario acusó a sectores de la «izquierda radical» de ejercer presión sobre el sistema judicial y obstaculizar sus políticas migratorias.
Durante su actual mandato, Trump ha promovido una línea dura en temas migratorios, incluyendo el uso de la mencionada ley para deportar a ciudadanos venezolanos supuestamente vinculados con la organización criminal Tren de Aragua. El caso regresará ahora al Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito, que deberá determinar si el uso de dicha legislación es constitucional y bajo qué condiciones puede aplicarse.
Este revés judicial representa un nuevo desafío para la agenda migratoria de la administración Trump, en un contexto de alta tensión política de cara a las elecciones de medio término.