Cierre de minas en Tumeremo genera afectación en sector comercial del pueblo

En el sector comercial del pueblo rico en oro, ya se observa el impacto del cierre de unas 30 zonas de explotación aurífera: algunos comercios están cerrados y otros registran disminución en ventas. Entretanto, los mineros continúan reclamos para exigir se les permita el acceso a sus lugares habituales de trabajo, hasta donde no pueden pasar desde hace varios meses

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El martes 24 de septiembre, pobladores de Tumeremo protestaron en la plaza de la localidad para exigir se reabran las minas | Foto: Archivo Carlos Suniaga

Tumeremo.- “Los mineros ya no vienen a comprar como antes, porque no tienen dinero, están sin trabajo, y si ellos no me compran mercancía ¿entonces quién?", se preguntó José Gil, un comerciante informal que revende productos en una de las calles de Tumeremo, municipio Sifontes del sureño estado Bolívar. Y es que desde que los yacimientos de oro están cerrados para los mineros locales, dijo, el pueblo ya no es el mismo.

Algunas rejas de negocios están cerradas y varios de los establecimientos que permanecen abiertos, no registran gran afluencia de compradores. Los dueños de locales estiman que las ventas han disminuido en más del 50% en comparación al 2018, cuando los mineros tenían libre acceso a las zonas de explotación del mineral ubicadas en perímetro de la Sierra Imataca, cercana a un área indígena, donde ambientalistas han advertido que se genera una devastación en los bosques del sur del país.

“Si nos metemos para allá, nos matan, por eso pedimos al Ejército que nos ayude o que el Comandante Solís se vaya de aquí", dijo a El Pitazo una minera de la localidad. El temor de mencionar a grupos irregulares supuestamente colombianos, les gana. Nadie los menciona públicamente. Algunos mineros dijeron que no les importa la disputa que no les importa en control de quién esté la mina, solo tienen interés en trabajar para llevar comida a sus casas.


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“Toda la gente que trabaja en las minas de Imataca, que es la zona de Corregente, está sin trabajo y no queremos ir porque tenemos miedo, porque al que le va le quitan la comida, lo devuelven, anteayer aparecieron como tres muertos en la vía. Ya basta, aquí tenemos hambre", reclamó Marilú Bodrego, una mujer de 33 años que trabajaba vendiendo productos dentro de los yacimientos auríferos. “Aquí todo el mundo vive de la mina, el mototaxi, el peluquero. Yo por ejemplo trabajo en Hoja de Lata, Corregente, de la mina El Tigre, yo entraba a todas porque vendo linternas, ‘radiecitos’ y bóxer, ¿pero cómo entro ahora?", comentó.

Siguen las desapariciones

Tumeremo es un pueblo conocido por sus tierras ricas en oro, pero también por matanza de mineros y desapariciones. Sus pobladores aseguraron que esto no ha cambiado, “Hay gente que va a la mina y no regresa más, eso sigue pasando, y las familias no reclaman porque sienten que va a pasar lo mismo.", relató Yerania Lara, minera.

En 2016, fueron hallados 17 cadáveres en una fosa común de una mina en Tumeremo. La entonces Fiscal General de la República Luisa Ortega Díaz, confirmó que esas personas fueron ejecutadas, desmembradas y sepultadas por la banda de alias El Topo, líder negativo de varias zonas de explotación de oro en la localidad. Varias semanas, El Topo murió en un supuesto enfrentamiento con comisiones mixtas de los cuerpos de seguridad venezolanos.

Enrique Romero, un anciano que cuida el cementerio del pueblo, perdió dos de sus hijos en esa masacre, y comenta que aun siguen ocurriendo hechos como ese, pero ya la gente no se atreve a protestar como lo hizo él en aquel momento para exigir los cadáveres de sus parientes. “El gobernador Rangel Gómez nos ofreció ayuda después de la masacre y nunca cumplió, mis hijos apenas comenzaban a trabajar la minería, tenían 20 y 21 años. Esto es un dolor muy grande que voy a tener para siempre".

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