Ya han pasado tres meses desde la detención del periodista Carlos Julio Rojas y trabajadores de la prensa en Venezuela continúan exigiendo su liberación inmediata. Aseguran que es inocente de los delitos que el gobierno de Nicolás Maduro le atribuye.

La familia de Rojas también denuncia irregularidades en su caso, entre ellas desaparición forzada y la violación al derecho de legitima defensa. Actualmente, el comunicador está recluido en la sede de la policía política, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), en el Helicoide.

«Es inocente, y por eso reclamamos su libertad inmediata. Carlos Julio Rojas debe estar en libertad plena, disfrutando de los derechos que le da la Constitución Nacional (…) Queremos verlo pronto defendiendo su querida parroquia Candelaria», dijo Gregorio Salazar, exsecretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (Sntp).

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Sebastiana Barráez, periodista especializada en el ámbito militar, aseguró que Rojas es un luchador social y defensor de derechos humanos en el país:

«Tiene la capacidad, de manera desprendida, de defender a aquellos en estado de indefensión. Hoy está preso por un régimen cruel que se ha ensañado contra periodistas, se ha ensañado contra dirigentes políticos» y también contra las voces críticas, afirmó Barráez.

El periodista Vladimir Villegas reiteró que Carlos Julio está preso «de una forma injusta» y se sumó a las voces que exigen su libertad.

«Carlos Julio Rojas es un activista social y comunitario. Es periodista y combina su lucha por los derechos de su comunidad con el ejercicio del periodismo, con su rol como directivo del Colegio Nacional de Periodistas», señaló Villegas.

Una detención arbitraria

De acuerdo con el testimonio de Francy Fernández, esposa de Rojas, el comunicador fue detenido el 15 de abril mientras caminaba cerca de su casa en el sector de La Candelaria, en el centro de Caracas.

En ese momento, sujetos lo montaron a la fuerza en un vehículo sin placas. Tras ello estuvo más de 80 horas en situación de desaparición forzada. Rojas fue acusado de tres delitos: asociación e instigación para delinquir, terrorismo, conspiración y magnicidio en grado de tentativa.

Familiares aseguran que Rojas ha presentado problemas de salud y que, además, la audiencia preliminar se realizó en la última semana de junio sin informar a sus abogados.

Sin derecho a la defensa

Francy Fernández recordó que, en septiembre de 2023, un estudiante de la Universidad Central de Venezuela (UCV), John Álvarez, fue torturado en una sede policial en Caracas para que acusara de terrorismo a cuatro dirigentes sociales, entre ellos a Rojas.

«Venezuela sabe que Carlos Julio tiene una organización social, llamada Frente en Defensa del Norte de Caracas, que defiende derechos humanos, servicios públicos de calidad, una vida digna», dijo Fernández.

Agregó que Rojas está «llamando a ejercer el derecho al voto y a defender la voluntad del pueblo, que se expresará mayoritariamente el 28 de julio por un cambio para Venezuela».

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Finalmente, el abogado y defensor Eduardo Torres reiteró que el periodista está siendo asistido por un abogado público y que no le han permitido el acceso a una defensa privada.

Durante el gobierno de Nicolás Maduro, Rojas ha estado detenido en al menos tres oportunidades: en 2017, en 2020 y, ahora, en 2024. La Misión de Determinación de Hechos de Naciones Unidas ha denunciado los atropellos contra Rojas, y el Alto Comisionado para los DDHH y Amnistía Internacional han abogado por su excarcelación.

Con información de nota de prensa de equipo de defensa de Carlos Julio Rojas

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