En el vasto mundo de internet, se identifican principalmente dos tipos de “superdifusores” de contenido digital: por un lado, están aquellos que de manera intencionada y organizada propagan falsedades o datos distorsionados; por otro, se encuentran los individuos que, sin intenciones maliciosas, difunden información incorrecta.
Las repercusiones letales de su influencia se hicieron evidentes durante la pandemia de la Covid-19. Sin embargo, aún carecemos de información detallada sobre cómo la exposición a dicha información errónea en las redes sociales puede alterar el comportamiento humano, especialmente en lo que respecta a la vacunación y la salud pública. Esta falta de conocimiento subraya la necesidad de investigaciones más profundas para comprender y mitigar los efectos nocivos de la desinformación en la sociedad.
En un reciente estudio publicado en la revista Science los científicos adoptaron una postura neutral para identificar, a través de un enfoque inductivo, los tipos de contenido que generan escepticismo hacia las vacunas. Esta metodología les permitió descubrir diversas “fuentes de dudas” sin preconcepciones.
Mala influencia
Existen numerosas teorías sobre cómo la exposición a información falsa puede afectar la vacunación, especialmente aquellos estudios que asocian la difusión de falsedades en línea, con una disminución en la tasa de vacunación contra la Covid-19. Sin embargo, este tema es complejo y se asemeja al dilema del huevo y la gallina: ¿la información errónea provoca dudas o son las dudas iniciales las que llevan a buscar información errónea?
Las investigaciones sugieren que la duda inicial puede incitar a las personas a buscar más activamente información falsa, en lugar de que esta última cause la duda. Para comprender mejor esta dinámica, los investigadores evaluaron cómo distintos titulares influían en la intención de vacunarse, mediante dos experimentos con más de 18.700 participantes en una encuesta online.
Para ello, el grupo de investigadores hizo un estudio meticuloso con el objetivo de identificar conexiones definidas entre causas y efectos, analizando el impacto de más de 13.000 titulares de noticias sobre las decisiones de vacunación de unos 233 millones de usuarios de Facebook.
Este análisis abarcó todos los titulares relacionados con las vacunas de la Covid-19 que alcanzaron popularidad durante el primer trimestre de su lanzamiento. Entre los datos analizados, se incluyó información clasificada como “escéptica respecto a las vacunas”, la cual, aunque no es falsa, plantea cuestionamientos sobre la vacunación. Este ha sido un tema menos explorado en el ámbito de las redes sociales.
Percepción afectada
En el segundo experimento, los investigadores hallaron que la percepción de la vacunación se veía afectada negativamente por los titulares, sin importar su veracidad o precisión. Descubrieron que si un título sugería que las vacunas podrían ser dañinas para la salud, esto disminuía la disposición de las personas a vacunarse. Este hallazgo subraya la influencia significativa que tienen los medios en las decisiones de las personas ante un tema de salud pública.
Los investigadores aplicaron métodos de extrapolación a sus hallazgos sobre causa y efecto. Emplearon una mezcla de crowdsourcing y técnicas de aprendizaje automático para evaluar el impacto. Observaron que las URL marcadas por verificadores de hechos como falsas o engañosas tuvieron un alcance limitado en la plataforma. En contraste, las publicaciones no verificadas que sugerían que las vacunas eran dañinas, lograron una mayor difusión y llegaron a un público más amplio.
Según el modelo predictivo, estas historias pueden ser hasta 46 veces más influyentes que aquellas que han sido señaladas como falsas. En concreto, el escepticismo hacia las vacunas promovido por sitios de renombre, que no se marca como desinformación, parece tener más repercusión en la indecisión a vacunarse que las noticias completamente erróneas de fuentes menos conocidas.
“Las historias destacadas en Facebook sobre muertes inusuales post-vacunación son algunas de las más vistas”, señalan los autores, subrayando cómo la exposición a información engañosa puede moldear la opinión pública. Sin embargo, es importante reconocer que hay múltiples factores en el mundo real que afectan la decisión de vacunarse, y la negación a las vacunas es solo uno de ellos.
Doble estrategia
En conclusión, es imperativo distinguir entre la intención declarada de vacunación y las cifras concretas de su aceptación. Los hallazgos de esta investigación, aunque centrados en un solo país, tienen el potencial de arrojar luz sobre la diseminación de la información en un contexto mundial.
El equipo de investigación subrayó la importancia de una doble estrategia para la protección de la salud colectiva, relacionadas con la restricción de la circulación de noticias falsas y la evaluación crítica de aquellos mensajes que, aun siendo exactos, pueden llevar a interpretaciones erróneas o confusas.
Este enfoque equilibrado no solo promueve una comprensión más profunda sobre la difusión de la información, sino que también fortalece las iniciativas de salud pública frente a los desafíos en la era digital. Las historias no verificadas, ampliamente difundidas por medios de comunicación reconocidos y vistas por cientos de millones de personas, pueden tener un impacto significativo en la percepción pública sobre las vacunas, si no se controlan.
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