En menos de dos meses ocurrieron dos incidentes con animales silvestres que encendieron las alarmas de defensores y ambientalistas en Venezuela: en septiembre, cientos de ejemplares fueron sacados de un “zoológico” de la cárcel de Tocorón, en Aragua, y en noviembre se observó un par de avestruces caminando en el estacionamiento de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) en Caracas.
“Se desconocen bastante las leyes que amparan a la fauna en Venezuela y especialmente cómo tiene que ser el tratamiento cuando son exóticas, que no son propias del país como el caso de las avestruces. Una zona urbana no es su hábitat y por su condición deben estar más bien apartadas del resto de la población natural (otros animales)”, señaló Zoila Martínez, líder global de gestión de biodiversidad de la ONG Vitalis Iberoamérica.
Jon Paul Rodríguez, presidente de Provita y de la Comisión para la Supervivencia de las especies de UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), insiste en que el país debe avanzar en políticas y estrategias para resguardar especies y preservar fauna. Si bien el marco legal garantiza protección a los animales, la falta de políticas públicas y de acción de las instituciones estatales resultan un problema.
“El tema ambiental es poco prioritario aquí. En Venezuela es común que temas sociales o económicos reciban mayor atención. Cosas como guardería ambiental son un tema que le competería a la Guardia Nacional en conjunto con el Ministerio de Ecosocialismo y es muy obvio que la capacidad que tienen de abordar estas situaciones es mucho menor que la demanda, de lo que hace falta”, dijo Rodríguez a Efecto Cocuyo vía telefónica.
Flamencos, leones y avestruces
La situación con los animales se ha vuelto preocupante en Venezuela, en especial porque parece que las instituciones del Estado no siguen ningún tipo de protocolo para tratar con ellos. En realidad, existe poca información oficial de los procedimientos que se llevan a cabo con las especies y los criterios que se toman en cuenta para trasladarlas.
De acuerdo con Marlene Sifontes, dirigente del Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques), entre los animales registrados en el penal de Tocorón había avestruces, cunaguaros, pumas, onzas, tucanes, guacamayas, loros, toros, vacas, vaquiros, ganzos, pavos, chivos, ovejas y cabras enanas.
De los ejemplares hallados en esa prisión, cinco flamencos y una docena de gansos fueron enviados al Parque del Este, en el municipio Sucre de Caracas. Pocas semanas después, dos de las aves rosadas murieron, la primera el 13 de octubre y la segunda el 31 del mismo mes.
El resto de las especies extraídas de la cárcel terminaron en el zoológico de Caricuao, informó Sunep-Inparques. A la fecha no hay información oficial sobre el estado en el que se encuentran.
El 27 de noviembre se viralizaron imágenes de un par de avestruces a las afueras de la DEM. Posteriormente, se informó que la directiva del sitio habría instalado una suerte de “granja de contacto” o “zoológico improvisado” con más animales en la parte externa del edificio como parte de las celebraciones de Navidad, según datos del diario Tal Cual.
Autoridades no han declarado sobre el origen de estos especímenes, entre los que se hallaban chivos, conejos e incluso caballos.
Un día después de la noticia de las avestruces en la Magistratura, la gobernadora del estado Aragua, Karina Carpio, publicó en redes que en el Zoológico de Las Delicias nacieron dos crías de leones blancos de una pareja adulta que llegó al sitio en 2022 proveniente del zoológico Hodonín, en República Checa.
Del grupo de leones blanco enviados a Venezuela el año pasado, tres terminaron en Caricuao, al oeste caraqueño. No obstante, a la fecha falta uno de los felinos, cuyo paradero es desconocido. La situación ha sido denunciada por Sunep-Inparques sin que alguna directiva del zoológico se haya pronunciado al respecto.
Tras las irregularidades reportadas por especialistas, usuarios se preguntan en redes sociales cuál será el destino de los dos nuevos pequeños leones de Las Delicias, debido a la crisis generalizada que sufren los zoológicos a nivel nacional por la falta de recursos.
Sin especialistas o recursos
En medio de la crisis humanitaria compleja que sufre Venezuela, los centros de atención para animales no domésticos tienen poca prioridad. De hecho, Martínez indica que en la actualidad no hay instituciones dedicadas a la rehabilitación de esas especies, más allá de los distintos zoológicos que cuentan con escaso personal y pocos recursos para ello.
“No conozco ni un solo centro que se especialice en la rehabilitación de animales silvestres en Venezuela. Si conozco que los diferentes zoológicos, tanto los privados como públicos, los reciben y los evalúan, verifican que están en buenas condiciones y los sueltan, pero no están diseñados para eso, no tienen personal especializado. Lo hacen porque alguien tiene que hacerlo”, agregó Rodríguez.
Insistió que en Venezuela hacen falta instituciones enfocadas en el asunto y que esto resulta una gran prioridad, en especial porque en el país hay un grave problema de comercio ilegal de fauna.
De hecho, un estudio realizado por seis científicos y publicado en 2017 por la ONG Fauna & Flora International, con sede en Reino Unido, arrojó que desde 1981 hasta 2015 fueron traficadas al menos 641.000 aves en territorio venezolano.
“Hace una gran diferencia que tengamos especialistas. No tenemos ninguna institución especializadas en rehabilitación y reintroducción de animales del comercio. Es muy importante que alguien sea capaz de cuidarlos bien”, dijo Rodríguez.
Se requiere sensibilización
Finalmente, Martínez aseguró que se requieren políticas públicas, pero también una campaña de sensibilización sobre la fauna en Venezuela que debe empezar por las autoridades del Estado.
“Los entes públicos tienen que estar sensibilizados que no pueden tener fauna en su zona. Hay que empezar a sensibilizar a los funcionarios públicos de lo que implica. Después una sensibilización para la sociedad civil. Hay que tratar de hacer ver que esta es una cuestión seria, hay que darles a los animales las condiciones adecuadas de vida que merecen”, comentó.
El biólogo Carlos Peláez, ecólogo de la Universidad Simón Bolívar, expresó que el rango de acción de las organizaciones en el país es limitado y las probabilidades de que el manejo de animales sea inadecuado son muy altas, tanto por el déficit de profesionales en ejercicios como la falta de dotación en los zoológicos.
“También porque la última palabra nadie sabe quién la tiene. Recordemos que los sistemas legales judiciales deberían tener maneras de lidiar con esto. Hay procedimientos y estándares que aquí no se siguen”, puntualizó Peláez.
“Muchas de las instituciones tienen profesionales comprometidos con el tema, pero el funcionamiento de estas instituciones está siempre supeditado a las autoridades en facto. De manera que hay criterios que prevalecen sobre el ambiental”, culminó.