UCV- Segundo día de paro (Mairet Chourio)
Credit: Mairet Chourio (@mairetchourio)

Cada vez más universidades venezolanas plantean la necesidad de crear y mantener protocolos contra la violencia de género, que garantice entornos seguros para sus comunidades. En este contexto, la Universidad Central de Venezuela (UCV) se convirtió recientemente en la tercera casa de estudios del país en crear un marco y una ruta de atención.

Se trata del Protocolo para la prevención, detección, atención, acompañamiento, orientación y seguimiento de casos de discriminación y violencia basada en género en la UCV que, a un mes exacto de su aprobación, no ha sido publicado en la web institucional.

Sobre el tema, la profesora Isabel Zerpa, una de las principales creadoras del protocolo y directora del Centro de Estudios de la Mujer, dijo a Efecto Cocuyo el 19 de julio que es necesario que el énfasis esté en la prevención y que se haga hincapié en el tema de la educación y sensibilización en el contexto universitario. El documento fue desarrollado por una comisión que incluyó estudiantes, docentes y especialistas en el tema.

«Hay un elemento fundamental en esto: el equipo contó con el apoyo de personas vinculadas con el área jurídica porque a final de cuentas un protocolo requiere mucho de esto. Porque la universidad, y eso siempre lo aclaro, no es un centro receptor de denuncias, las únicas instancias receptoras de denuncias formales son la fiscalía y otras instancias jurídicas, pero sí somos (y tenemos que ser) un centro de recepción de casos, que oriente y apoye a las víctimas», dijo Zerpa.

Explicó que la nueva normativa contiene 22 puntos y aborda la violencia de género ejercida en todas las instancias del área académica y en el ámbito administrativo. Además, explicó que hay una ruta específica que plantea una primera instancia de atención a emergencias. Se estudiarán los casos en todas las sedes de la UCV e incluso en el contexto virtual, agregó.

«Aquí hay mucho trabajo por hacer porque esto requiere de la organización de una comisión técnica y la designación de un cuerpo y de una persona que coordine la experiencia a nivel de toda la universidad, porque aquí vamos a estar involucradas todas las personas que hacemos vida ahí», señaló Zerpa.

Son necesarias formación y sensibilización

Yaraní Acosta, miembro de la comisión creadora del protocolo y consejera universitaria, ya ha insistido en que el siguiente paso tras la aprobación del documento es el proceso de difusión y sensibilización.

Sobre lo que se debe hacer a partir de ahora, la profesora Zerpa reiteró que «hay muchísimo trabajo» en las facultades, que deberán contar con personas garantes de que se cumpla el reglamento y espacios para recibir casos y derivarlos.

«Requerimos, además, muchos recursos. Aplicar el protocolo como queremos va a requerir de una inyección de recursos importante, porque vamos a necesitar personal especializado. Haber llegado aquí, que fue un proceso de dos años de trabajo intenso con muchos obstáculos en el camino, es un logro. Pero implementar esto va a requerir una gran cuota de responsabilidad», expresó Zerpa.

Estudiantes de la UCV protestan por presuntos abusos sexuales en la universidad (Mairet Chourio)
En marzo de 2023 estudiantes de la UCV exigieron la creación de un protocolo en la casa de estudios Credit: Mairet Chourio (@mairetchourio)

Agregó que se plantea formar a todas las instancias en la universidad con talleres, cursos y encuentros que tengan que ver con los estereotipos de género y lo que representa la violencia estructural, cómo reconocerla y cómo diferenciarla o cómo dejar de naturalizar en el lenguaje y la comunicación cotidiana las expresiones violentas.

«Tenemos que empezar por lo más sencillo y por eso nuestra misión fundamental está centrada en la prevención de la violencia de género y la formación en este sentido para desmontar la cultura patriarcal, para que todas y todos estemos conscientes», apuntó Zerpa.

La Ucab, pionera contra la violencia

En abril de 2021 una oleada de denuncias de estupro, acoso y abuso sexual contra artistas y escritores causaron revuelo en Venezuela. En ese entonces, en el país se formó el movimiento #YoTeCreoVzla (MeToo), compuesto por un grupo de mujeres artistas, líderes y activistas con el fin de visibilizar casos de varias víctimas y brindarles apoyo.

Lo ocurrido abrió la discusión en el territorio nacional sobre un problema estructural que afecta de forma grave a millones de mujeres, sobre todo en instituciones universitarias y empresas privadas, que se vieron en la obligación de establecer protocolos para atender los casos y prevenir otros nuevos.

La primera institución de estudios superiores en crear una ruta de atención fue la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), que antes de que naciera el MeToo en Venezuela ya tenía contemplada una propuesta proveniente del Consejo de la Extensión Guayana en 2020.

Para crear su documento, el equipo de la Ucab revisó más de 12 protocolos y reglamentos internacionales; entre algunas referencias que evaluaron se incluyen casos de México, Chile, Ecuador, Colombia y España.

Siguieron la ULA y la UCV

Posteriormente, el 8 de marzo de 2024, el rector de la Universidad de los Andes (ULA) anunció la creación y aprobación del Reglamento Interno para la Prevención y Atención en Casos de Violencia Basada en Género Contra las Mujeres o en Casos de Discriminación.

En la redacción del protocolo de la ULA se involucraron múltiples organizaciones feministas de Mérida y de la sociedad civil y representantes estudiantiles, bajo la asesoría del Servicio Jurídico de la casa de estudios.

La iniciativa en la UCV tomó fuerza en 2023, luego de que se reportara un caso de abuso sexual en el campus de Caracas el 14 de marzo de ese año. A raíz de esto, movimientos feministas protestaron durante el lunes 21 de marzo y exigieron a las autoridades tomar acciones al respecto.

«Fue un poco la gota que derramó el vaso y esto dio pie a que se organizara una comisión, en la que se incorporan estudiantes, profesoras y profesores, personas de distintas instancias y el Centro de Estudios de la Mujer, que hace más de 30 años tenemos un servicio de orientación y apoyo psicosocial a mujeres víctimas de violencia», explicó la profesora Zerpa.

Finalmente, indicó que la violencia de género no se puede trabajar solamente en la universidad, sino que debe empezar a abordarse desde la conformación de los estereotipos de género.

«Hay una realidad que ocurre en nuestra universidad y en otras universidades. Nosotras vamos a hacer una convocatoria para reunir aliadas y aliados para hacer hincapié en esto. Necesitamos mucho apoyo, voz tenemos todas y todos», culminó la docente.

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