Caracas.- Cinco días antes de que fuese cruelmente asesinada, Geraldine Quintero, de 16 años, publicó una fotografía en Facebook. Era 1ero de enero de 2020 y la joven se encontraba en su casa, junto a su familia, en Mérida, celebrando la llegada de un nuevo año.
En la fotografía, Geraldine vestía de blanco y lucía bastante entusiasta y alegre. Esa fue la última imagen con vida que quedó grabada en quienes la seguían en la plataforma.
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Aunque la jovencita compartía muy pocos detalles de su vida familiar en las redes sociales, constantemente publicaba fotografías de ella sola o junto a sus amigos y compañeros de clase en la Unidad Educativa Colegio Sagrada Familia, donde cursaba 5to año de bachillerato.
Nació el 10 de diciembre del año 2004. En su último cumpleaños, recibió mensajes de cariño y afecto de quienes la conocían: «Feliz Cumpleaños, que Dios te bendiga, te quiero mucho», fue el mensaje de su prima Nazareth Suárez.

Mientras que otros le desearon larga vida y salud a la joven que tenía todo un futuro por delante, pero nada de esto se llegó a cumplir.
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«Sonreír y no darse mala vida por nadie, esa es la actitud«, publicó en Facebook poco antes de su asesinato.
El cuerpo de Geraldine fue encontrado sin vida el 7 de enero del año 2020. Casi un mes después de su último cumpleaños. Su cuerpo fue calcinado dentro de una maleta que fue abandonada en el sector Salado Alto del municipio Campo Elías, Mérida.
Geraldine se convirtió en la octava mujer asesinada en Venezuela este 2020, según el registro de El Pitazo. Por su crimen fueron detenidos José Hernández Andrade, Cristian Manuel Delgadillo Contreras, Robert Enrique Arias Vielma, de 19 años, y Oneyber Alejandro Díaz Sánchez, de 20 años.

El pasado 22 de octubre, los imputados acudieron a la audiencia preliminar, donde se declararon inocentes.
Aunque las investigaciones del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) indican que Geraldine mantenía una relación con José Hernández Andrade, uno de sus homicidas, y que, probablemente, una discusión entre ambos habría detonado el crimen. En las redes sociales de la joven no hay evidencia de esto.

Esta hipótesis también fue descartada por su abuela materna, María de Molina: «Ella no tenía ninguna relación, dejen de decir que fue un crimen pasional. Ella ese día salió a vender unos dólares», declaró.