Caracas.- Eran las 11:00 a.m. cuando sonaba «el gallo de Venezuela, yo voy a mi gallo Nico», una versión chavista de la canción El Gallo Pinto, y los adeptos al mandatario Nicolás Maduro y trabajadores de la Administración pública comenzaron a reunirse en la plaza Sucre de Catia.
Buscando los pocos espacios con sombra, los manifestantes esperaban que les dieran la luz verde para marchar hasta Miraflores. ¿El motivo? Acompañar el inicio de la campaña electoral hacia la Presidencia de Venezuela que comenzó este 4 de julio.
“¡Este sol está fuerte!", “¿Cuándo vamos a salir?", “Yo me quedó un ratico y me voy", y “Estamos con Nicolás", eran los comentarios que hacía la gente mientras las grandes cornetas sonaba una vez más el «Olole, lole, lole, lo, leilala» de El Gallo Pinto, que originalmente fue interpretada por la agrupación musical Un solo pueblo.
Pese a que en este punto catiense había cientos de manifestantes, algunos se mostraban apáticos ante el llamado a gritar consignas a favor del candidato que aspira a la reelección, Nicolás Maduro.

Los adeptos esperaban la llegada de Maduro en los diferentes puntos de Caracas, pero él estaba, a las 2:11 p.m., en el estado Zulia, en su primer acto de campaña.
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El uso de bienes del Estado
En grupos de 20 y 30 personas. Así se reunían en esta plaza varios de los que llegaban en autobuses de Coche, Santa Rosalía, La Vega, El Paraíso, El Junquito, de los Valles del Tuy, Caucagua, de los Altos Mirandinos y La Guaira.
Las más de 50 unidades del transporte público que trasladaron a los simpatizantes se estacionaron en la autopista Caracas-La Guaira, pero no fueron los únicos, la avenida Libertador también albergaba un buen número.
Algunas personas que no conocían Catia llegaban pérdidas y preguntaban: “¿Dónde está la plaza Sucre?".
“Ustedes van hacia allá (la tarima en plaza Sucre) y se retiran" esa fue una de las instrucciones que, sorprendentemente, les gritaban a los trabajadores en la avenida Sucre.

Las múltiples trancas viales, causadas por las movilizaciones, generaron malestar en los caraqueños, quienes se vieron obligados a caminar largos tramos para llegar a sus destinos.
“Me tocó caminar desde la avenida Urdaneta hasta Capitolio porque ellos (el oficialismo) trancaron toda una vía por tres pelagatos", denunció Carmen Rodríguez mientras pasaba por Los Frailes de Catia a las 4:13 p.m.
No escucharon el discurso
La amargura y molestia por las más de siete horas de espera eran notables en las caras de los manifestantes, que estaban recostados de las paredes o de brazos cruzados en la esquina del Banco Central de Venezuela (BCV).
Adeptos al chavismo y trabajadores públicos se acercaron a las tarimas y luego se retiraron al par de minutos. «Yo me voy», se decían unos a otros.
No fue sino hasta las 6:50 p.m. cuando, con su chaqueta de Caracas y las guacamayas, Maduro se subió a la tarima al frente del BCV, pero ni su llegada hizo que los manifestantes se quedaran porque en grupos pequeños continuaron retirándose del lugar sin escuchar el discurso.
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Miraflores no se llenó
La subida a la tarima de Maduro estuvo acompañada por la lluvia, que fue el otro detonante para que los manifestantes se fueran mucho antes de que llegara la caravana de 20.000 motorizados. Estos confesaron que les pagaron 30 dólares y les llenaron el tanque.

Pese a que Nicolás Maduro afirmó: “El pueblo en la calle está decidiendo su futuro y su destino", su movilización no llenó tres cuadras de la avenida Urdaneta, pues del lado de Miraflores sus adeptos no llegaban a puente Llaguno y del lado de atrás de la tarima no pasaron de la esquina Veroes.
Un trabajador del Fondo de Protección Social de los Depósitos Bancarios (Fogade) compartió con El Pitazo uno de los mensajes que le enviaron a través de WhatsApp: “Muy importante. Debemos utilizar un código de vestimenta que no identifique a la institución".
Sin embargo, en la concentración había gran número de empleados públicos identificados del Sindicato Nacional de los Trabajadores, Transportistas de Venezuela, Casa de Alimentación Acevedo, Integral de Mercados y Almacenes (Inmerca C.A.), pescadores y acuicultores de la patria, Movimiento Somos Venezuela e incluso los perritos de Misión Nevado.
Este empleado público, que prefirió el anonimato, aseguró que tenía demasiado tiempo sin marchar y menos con el nivel de exigencia en esta oportunidad. “Nos enviaron como mil mensajes para obligarnos a marchar. Estaban fastidiosos, por eso estoy aquí", reveló el trabajador.
Nicolás Maduro cerró su segundo acto de campaña a las 7:24 p.m. con el lanzamiento de fuegos artificiales durante seis minutos desde el Cuartel de la Montaña, también conocido como 4F, ubicado en el 23 de Enero.
