Caracas.- La madrugada de este sábado 1 de febrero llegaron a Estados Unidos los seis prisioneros liberados por Nicolás Maduro tras la visita a Venezuela del enviado especial del presidente Donald Trump, Richard Grenell.
«Estamos en casa. Dios bendiga a estos estadounidenses», escribió Grenell en su cuenta de X, en un post que acompañó de una imagen en la que se observa a los seis estadounidenses bajando del avión en su país.
Más temprano, el funcionario publicó un video en el que muestra el momento en el que se encuentra con sus connacionales recién liberados para anunciarles su retorno. «Hola. Soy un diplomático estadounidense enviado por el presidente Trump y estoy aquí para llevarlos a casa», escribió.
En un primer mensaje, publicado a las 8:15 p.m. de este viernes 31 de enero, Grenell ya había anunciado, desde el avión, el retorno de los estadounidenses que, para ese momento, habían conversado con el presidente Trump.
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Negociación con Maduro
El enviado especial del presidente Donald Trump viajó este viernes 31 de enero a Venezuela para reunirse con Nicolás Maduro y Jorge Rodríguez en el Palacio de Miraflores. Tras el encuentro, Maduro dijo en un comunicado que «planteó la construcción» de una «agenda cero para un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales».
«Estuvimos conversando, defendiendo y exponiendo, (…) creo que fue positiva (la reunión), hay temas donde hemos llegado a unos primeros acuerdos y, como se cumplan, abrirán nuevos temas, ojalá para nuevos acuerdos, para el bien de los dos países y de toda nuestra región», dijo posteriormente en un acto con motivo del comienzo del año judicial 2025.
Si bien no ofreció detalle alguno sobre estos acuerdos, adelantó que el sábado su jefe negociador, el también presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, «hará una comparecencia para explicar los pasos» dados por ambas delegaciones, en «un clima de respeto y de altura».
Sin embargo, Washington -que reiteró este viernes que no reconoce a Maduro como presidente– aseguró que la misión de Grenell en Venezuela fue «muy específica» y tenía como objetivo lograr que Caracas acepte vuelos de deportación de migrantes indocumentados y conseguir la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en cárceles venezolanas.
En paralelo, Trump aseguró que no permitirá la compra de petróleo a Venezuela como hizo su antecesor, Joe Biden, quien alivió el esquema de sanciones con la emisión de licencias a empresas extranjeras, entre ellas, la estadounidense Chevron, para operar en el país caribeño, que cuenta con las mayores reservas probadas de crudo.