
Por Lisbeth Barboza Ruiz
Falcón.- Son las ocho de la mañana de este jueves 19 de septiembre; y cuando ya han transcurrido cuatro días en que se dio inicio oficial al periodo escolar 2029-2020 en las escuelas ubicadas en sectores populares y barrios de Coro, las maestras esperan a sus estudiantes, muchos de los cuales no han podido ser inscritos debido a que sus padres o representantes han señalado que no tienen ni para cuadernos, uniformes, zapatos ni para inscribirlos.
Aun cuando las escuelas en su mayoría pertenecen al Estado venezolano, los directivos describen que los representantes de los muchachos han comentado que la crisis económica por la que atraviesa el país les ha imposibilitado enviar a sus hijos a clases, y en la mayoría de estas instituciones aun el proceso de inscripciones no cerró en espera de a-al menos-, completar la matrícula escolar del año pasado.
La convocatoria a clases ha sido nula, por lo que en la E.B Las Eugenias, ubicada al oeste de Coro; y cuya matrícula es de 300 alumnos, los docentes pasan su mañana arreglando los salones en espera de comenzar el nuevo año escolar.
Carmen Bravo, directora del plantel, señaló que los padres de los muchachos han llegado a la institución planteando la grave situación económica que atraviesan y que no los deja costear útiles, uniformes y calzado, por lo que piden tiempo para poder asumir la responsabilidad de inscribir a sus hijos para el nuevo año escolar, que en la E.B. no supera el 30% de niños inscritos.
Otro de los problemas que manifestó presenta la escuela es el déficit de personal obrero, que de 13 asignados a la institución solo tres están activos, la mayoría ha emigrado y algunos están en situación de reposo.
Igual situación se observó en las escuelas Ceis Niño Simón y Margarita Bosco en el barrio Zumurucuare, en la que estudian niños de muy escasos recursos, a los que el año pasado les costó asistir regularmente a clases por falta de alimentación en las instituciones, debido a que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) no alcanzó para la totalidad de los días en los nueve o diez meses de clases.
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Ana Martínez, madre de dos hijos, apuntó al equipo de El Pitazo que “la situación de las escuelas ubicadas en los barrios es sumamente preocupante. No tenemos como comprarles uniformes ni zapatos a los muchachos y muchos de ellos dejaron de venir a clases porque no se les garantizó la comida de la que carecen en sus casas. Son niños cuyas familias no tienen para comer y vienen a la escuela porque aquí se les ofrece una comida al día, de lo contrario no ven la necesidad de asistir”, dijo.
Expresó que por ejemplo la escuela margarita bosco que depende de la Avec es una de las instituciones olvidadas por los gobierno regional y municipal. “Desde hace más de cuatro años hemos solicitado el techo para la cancha donde los niños hacen deporte a pleno sol, mientras que el alcalde de Coro prefiere gastar dinero en música con su nuevo hobby de ser DJ”, mencionó la señora Martínez.
Según informó la directora de este plantel, Lisbeth Chirinos, se espera poder comenzar clases con formalidad el 23 de septiembre, mientras tanto trabajan en la planificación y adecuación de las aulas gracias a la colaboración de muchos de los padres que saben de carpintería o herrería y ofrecieron ayudar.

En la Margarita Bosco de Zumurucuare, de 340 estudiantes que fue su matrícula del pasado año, hasta el mes de julio de 2019 solo se habían inscrito 113 niños.
Las aulas vacías en las escuelas públicas en Coro, que se repiten en muchos de los municipios de Falcón, son el mejor termómetro de la grave crisis económica que afecta a las familias, y que los dejan fuera de poder encontrar el camino para ofrecerles a sus hijos una buena educación, a pesar que el Estado venezolano garantiza el derecho a esta.
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