
Valera- Los habitantes de los municipios Valera y San Rafael de Carvajal, en el estado Trujillo, hace tres semanas que padecen de escasez de agua potable, debido a fallas en el sistema de bombeo del Acueducto Metropolitano.
Esta irregularidad es provocada por las constantes fluctuaciones en el servicio eléctrico de la región. Según el ingeniero, Rafael Torres, quien se encontraba en la estación de bombeo de Santo Domingo, son necesarios 460 voltios para el correcto funcionamiento de los equipos.
Expresó que la Hidrológica de los Andes (Hidroandes) y Corpoelec trabajan para estabilizarla, pues constantemente hay altos y bajos en el voltaje. Este jueves, 2 de enero, se dañó uno de los motores operativos.
“Durante dos días estuvimos parados. Por las variaciones eléctricas se nos dañó un motor del sistema Valera. El día de ayer, con trabajos del Sistema Hidráulico Trujillano, hemos restablecido el servicio parcialmente" detalló Torres.
Aseguró que de cinco bombas, trabajan con tres, una de ellas exclusiva para el sector La Beatriz. En el caso del municipio Carvajal, la distribución se realiza desde la Planta de El Cumbe, donde, por los problemas eléctricos, funcionan dos de cuatro bombas.
Racionamientos
Esto ha traído como consecuencia la aplicación de racionamientos. Las comunidades de Carvajal reciben una o dos veces por semana el suministro y, en Valera, apenas este martes, 7 de enero, reactivarán el esquema de distribución por bloques, tras la reparación del motor.
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“Hoy le vamos a dar agua a San Rafael, todo lo que es Plata II, La Marchantica, Morón, El Centro; La Avenida 13. Llenamos los tanques uno y dos para distribuir a Las Acacias" explicó Torres.
Buscan agua de la fuente
Debido a la falta de agua, algunos ciudadanos acuden a la planta de llenado para abastecerse. Unos llevan carretillas y otros utilizan sus vehículos.
“Vengo del sector San Miguel de La Floresta. Hoy tengo ocho días sin agua. Yo hago un sacrificio para buscar el agua en el carro. Dejo de trabajar, porque no tengo ni para bañarme» contó José Suárez, quien llenaba varios recipientes cargados en su camioneta.

Incluso acuden personas de otros municipios, donde el servicio tiene años con irregularidades, y los camiones cisterna solicitan montos excesivos.
“Yo vengo de El Pensil. Allá tenemos veinte años sin agua. Uno debe invertir en un carro para poder buscar agua, porque los camiones te piden hasta treinta mil por una pipa" relató Pedro Rivas, procedente del municipio Escuque.
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