Génesis Chinchilla
Trujillo.- “Sí, claro que me da miedo, mucho miedo, porque aquí en mi casa se escucha completo cómo caen las piedras y el barro. Tanto cuando llueve, como cuando hace sol, siempre caen piedras", relata el productor trujillano, Miguel González, que habita muy cerca del derrumbe del Llano de Jarillo, mientras lo observa y señala que ha empeorado con las precipitaciones registradas en los últimos meses en el estado Trujillo.
Urdaneta es un municipio de tierras fértiles en la entidad andina, allí se concentra gran parte de la fuerza agrícola trujillana; pero desde hace un par de semanas, los productores se han sentido desasistidos por parte del gobierno regional.
“En estos días vi cómo unos camiones que se dirigían a los pueblos de Jajó y Tuñame llegaron a las 9:30 p.m., ellos tuvieron que pasar ahí la noche, porque no hubo nadie que les abriera paso en medio del derrumbe", cuenta Miguel González. Esta misma situación se ha repetido en varias ocasiones, afirma.
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Los problemas en las vías de comunicación de estos pueblos agrícolas se han agudizado con las lluvias; la Alcaldía del municipio Urdaneta realiza trabajos para remover los escombros y no dejar que se obstaculice completamente el paso.
El trabajador de la alcaldía encargado de la limpieza del derrumbe, Eucario Pabón, explicó que tenían la máquina parada en ese momento porque se les dañaron los filtros. “Estamos esperando los repuestos, tenemos dos máquinas disponibles, esa grande y la otra chiquita. Esa amarilla siempre se daña, pero ahí vamos recuperándola", explicó.

Los trabajadores afirman que durante el día se encuentran en el lugar removiendo las piedras y el barro, por lo que cierran el paso durante dos horas aproximadamente. Sin embargo, si se obstaculiza durante la noche, los camiones que transportan las cosechas deben esperar hasta el otro día que lleguen los trabajadores de la alcaldía.
“Un día nos tocó recoger algunos escombros nosotros mismos, con las manos. Se nos han rayado los camiones, hay muchos derrumbes y árboles caídos", lamentó el productor de La Mesa de los Morenos, Miguel Ávila, quien en ese momento trasladaba papas.

Familias afectadas
La dinámica de vida de las familias de Urdaneta cambió desde que las precipitaciones aumentaron, los productores siembran menos de lo acostumbrado porque no quieren arriesgar sus inversiones.
“He tenido pérdidas de papas, coles y zanahorias, porque desde hace 3 meses, más o menos, ha caído mucha agua y eso quema los sembradíos", expresó el habitante y agricultor del sector Los Pantanos, de Tuñame, Luis Rangel.
Por su parte, Miguel González afirma que no ha perdido ninguna cosecha, pero sí ha tenido un aumento en gastos de insecticidas. “Si antes tenía que fumigar una vez a la semana, ahora tengo que hacerlo más seguido para que no se me dañen", relató.

González también lamentó que sus hijos han vivido las consecuencias de las lluvias, porque deben caminar hasta la escuela Juan Bautista de Araujo, la más cercana a su residencia, pero con los derrumbes se les dificulta mucho más el trayecto. “Gracias a Dios tenemos este caminito por el que bajan, porque cómo pasan por todo ese barro", expresó González.
Las precipitaciones hacen que el servicio eléctrico también sea deficiente en estas zonas agrícolas. “La semana pasada estuvimos cuatro días sin luz, ni señal en los teléfonos, a mí se me perdieron unos quesos en esos días porque la planta eléctrica no aguanta tanto", contó Mario Osuna, comerciante que vende leche de vaca y queso ahumado, en Tuñame.
“Esto está horrible y hay poca atención por parte del gobierno municipal", finalizó Luis Rangel.